Opinión
Usemos bien las locuciones
El complemento que se coloca después de “en aras de” expresa aquello que se favorece o propicia: “Se encaminaron estas obras en aras del bien común”.
El complemento que se coloca después de “en aras de” expresa aquello que se favorece o propicia: “Se encaminaron estas obras en aras del bien común”.
En nuestro español de hoy todavía hay quienes confunden el género de la palabra “agua”, o de “área”, “arpa”, “aula”, “águila” o “hacha”.
El Panhispánico registra ‘cotidianidad’ (“cualidad de cotidiano”), formada regularmente a partir del adjetivo ‘cotidiano’ y preferida en el habla culta. Admite que se acepta ‘cotidianeidad’, por su uso frecuente en España y América. Considera incorrecta “cotidianiedad”.
Cada día escuchamos a los encargados de mantenernos informados sobre la pandemia, usar los adjetivos “positivo” y “negativo” con un sentido diferentes al que nosotros los usamos.
Leí hace unos días acerca de la oposición entre “placebo” y “nocebo”. Asocio los vocablos a dos verbos latinos de significado opuesto: “placere” (agradar, gustar) y “nocere” (dañar, perjudicar).
En otras ocasiones, encontramos ‘jugarse’, ‘jugársela’ y ‘jugárselas’, que toman el significado de “arriesgarse por algo o por alguien”: Se jugó por ella porque la quería mucho. Se la jugó y le fue bien.
Una de las cualidades de nuestro idioma es tener varios vocablos, muy ilustrativos del accionar de los sujetos a quienes se atribuye.
si un prefijo va seguido de un nombre propio, de una sigla o de un número, se lo escribirá separado de la base por un guion: “anti-otan”.
Las Onomatopeyas establecen una relación imitativa respecto de los sonidos naturales que intentan reproducir.
¿Cómo es que ‘haber’, vocablo al que todos conocemos como verbo, pueda ser equivalente a ‘sueldo’.
La autora analiza las múltiples acepciones del vocablo boca.
La autora analiza las distintas posibilidades de la palabra ‘hasta’, inclusive en frases y refranes.