La Justicia Federal investiga si el legislador Gerardo Milman tenía conocimiento de que la noche del 1 de septiembre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sería víctima de un intento de magnicidio.
Se trata de la misma causa por la que están detenidos los referentes de Revolución Federal, Jonathan Ezequiel Morel, Leonardo Franco Sosa y Gastón Ángel Guerra.
Yaquelin, madre del hijo de cuatro años del líder de la Banda de los Copitos, brindó un testimonio en el que aseguró que mantuvo un diálogo con él un mes antes del intento de magnicidio.
Finalmente se logró acceder a la información que contenía el teléfono. Hay chats de WhatsApp, Telegram e Instagram.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que la Vicepresidente es como “una hija” durante su breve discurso en la Cámara Alta.
El líder de La Cámpora apuntó especialmente contra el expresidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y vinculó sus políticas con las de la dictadura militar de 1976.
Qué versión sobre su salud dio la detenida por el ataque a la vicepresidenta Cristina Kirchner y qué dice el informe penitenciario.
El líder de la Banda de los copitos está detenido desde el miércoles 14 de septiembre y se hizo conocido dos semanas antes, cuando acompañó a Brenda “Ámbar” Uliarte, procesada por tentativa de homicidio, durante una entrevista que le concedieron al noticiero del canal Telefé.
La magistrada consideró que no hay “hasta el momento” relación entre esa agrupación y Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte.
La decisión es enviar a los cuatro sospechosos, Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte, Agustina Díaz y Nicolás Gabriel Carrizo, al Complejo Penitenciario I de Ezeiza, aunque por cuestiones de espacio es probable que éste último luego sea derivado a Marcos Paz.
Se trata de Agustina Díaz, otra de las detenidas en el marco de la investigación por el intento del homicidio de la vicepresidente.
La querella de la Vicepresidenta aportó un dato sensible al expediente vinculado con un posible nexo del jefe de la Banda de los copitos y solicitó que sea investigado en un legajo reservado.
En el marco de su ampliación indagatoria, la jueza María Eugenia Capuchetti ratificó que a la detenida solo la unía una relación de amistad con la imputada Brenda Uliarte. La joven había conversado con su amiga sobre formas posibles de atacar a la exmandataria.
El 2 de septiembre, pocas horas después de que Sabag Montiel fracasara en su intento de asesinar a la vicepresidente, ocurrió un diálogo entre Gabriel Nicolás Carrizo y la novia del atacante.
Exigió que Irán coopere en al esclarecimiento de los atentados a la AMIA y la embajada de Israel. Insistió además con el fin del bloqueo a Cuba y Venezuela. También enfatizó el reclamo por Malvinas.
Ningún proyecto de magnicida fue tan desorganizado y carente de atención como el que armó este grupo, que además tuvo al sicario más desatento de la historia del asesinato internacional.
La frase fue hallada en el celular de Gabriel Carrizo, el cuarto detenido por el ataque a la vicepresidenta Cristina Kirchner. El texto fue enviado dos horas después del fallido magnicidio del 1 de septiembre.
En medio de especulaciones sobre un encuentro con la titular del Senado, el expresidente definió que el atentado “no está orquestado políticamente”. También opinó de Aerolíneas Argentinas y de las elecciones 2023.
La Justicia Federal pidió explicaciones al Gobierno provincial luego de que el Frente de Todos denunciara a Rodolfo Suárez por no acatar el feriado nacional debido al ataque que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández.
La jueza María Eugenia Capuchetti indicó que el intento de magnicidio comenzó a maquinarse el 22 de abril pasado. En esa fecha Brenda Uliarte consiguió la pistola Bersa calibre 32, según los chats de su teléfono.
Los mensajes en los que se refiere a la planificación del hecho complicaron la situación de Nicolás Gabriel Carrizo, jefe de “los copitos”.
Es el cuarto detenido por el intento de magnicidio a la vicepresidenta. Declaró durante tres horas y solo respondió preguntas de su abogado, Gastón Marano.
