Las telas son siempre un aliado en la decoración del hogar. Transforman los ambientes, bajan los grados de las estancias, ponen una nota de vida y positivismo y realzan el resto de elementos. En esta época del año, necesitás tejidos que no “den” calor y que traigan un poquito del exterior al interior.
Los tejidos naturales, como el lino o el algodón, son ideales para el verano. Ligeros y frescos se adaptan a cada necesidad. Se pueden emplear solos (100%) o mezclados con poliéster u otras fibras. Además, se integran bien en cualquier estilo. Aunque, sin duda, el look ‘shabby’ es uno con los que se sienten más cómodos y en el que dejan sentir su lado más 'chic'. En este universo de telas y tejidos tampoco se pueden olvidar la seda o el hilo, dos aliados para combatir las altas temperaturas. Con una gran riqueza visual, permiten jugar con los colores y las texturas.
Es indudable que la gama de los crudos es una apuesta segura. Las tonalidades neutras (desde el blanco pasando por los beiges y llegando a los grises) transmiten sensación de frescura y multiplican los metros y la luz. Resultan especialmente indicados para piezas protagonistas de los ambientes, como puede ser un sillón, las cortinas y, por supuesto, la ropa de cama.
Pero, lo cierto es que las tonalidades atrevidas e intensas son también territorio estival. El azul del mar conquista los ambientes en esta época del año. A su lado, el verde, en distintas versiones, con el verde agua a la cabeza, es uno de los que más fuerte esta temporada. Colores llenos de vitalidad, que transmiten frescura y alegría y llenan de luz cualquier rincón.
Sin duda, las flores son uno de los estampados estrellas para el hogar. Infalibles en cualquier época del año, en verano aportan la nota más refrescante y natural al interior de la vivienda. Grandes, pequeñas, de colores o en blanco y negro, este motivo decorativo nos conecta directamente con el jardín y el campo. Además, son muy versátiles, por lo que no sólo son perfectas en ambientes rústicos, sino que aportan distinción a los estilos más clásicos y elegancia a los más actuales.
A su lado, conviven otros clásicos, como las rayas, y los cuadros, con otros de nueva incorporación, como son los motivos geométricos, los étnicos o los que tienen reminiscencias clásicas, muy elegantes y llenos de personalidad. La elección viene determinada por el look que quieras imprimir a cada ambiente y por el tipo de pieza.
Cada tejido es recomendable para una función. De esta manera, las telas para tapizar tienen que ser fuertes y con textura y dejar las más delicadas para la ropa de cama. Mientras que para las cortinas es mejor elegir una tela con caída (como viscosa, por ejemplo), ya que logrará un resultado espectacular. Tené en cuenta que si llevan mezcla de poliéster, podés lavarlas en casa y no se arrugan tanto. Un aspecto importante para el mantenimiento posterior.