El poncho es el representante inalterable de Catamarca y de sus artesanos. De hecho, entre los mayores baluartes argentinos estos tejidos se distinguen, siempre son obsequiados a grandes personalidades del mundo cuando visitan nuestro país y son muestra del quehacer del interior. Por supuesto tiene su gran celebración, la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, que cobija en cada edición la mirada asombrada de los visitantes -de todo el país- ante las creaciones locales realizadas en lana de vicuña, alpaca y oveja. Este año la cita es del 15 al 24 de julio.
La ciudad capital, San Fernando del Valle, es la orgullosa anfitriona convocando a los hacedores de esta riqueza cultural que da identidad a este suelo. Hay que tomarse unos días para disfrutar la ciudad, los alrededores y empaparse del ambiente festivo en el que no faltan los mayores exponentes del folclore nacional en el escenario, la muestra de danzas típicas y, en el predio ferial, la fascinante muestra artesanal que cuenta con la presencia de manos creativas de cada rincón argento.
El gran evento de los catamarqueños fue institucionalizado en 1967 con el objetivo de reivindicar una prenda tan singular, importante y representativa de Catamarca a nivel nacional e internacional. Concretamente se hace en honor a ese abrigo utilizado por los ancestros a base de uno de los tejidos más hermosos y finos: el poncho de vicuña.
Otros motivos que incidieron en la iniciativa fueron la necesidad de exponer artesanías tan ricas y variadas en una exposición y venta al gran público y promover el folclore catamarqueño en una instancia nacional. Lo más llamativo y que simboliza la idiosincrasia local es que, tras muchos siglos, los tejidos locales siguen exigiendo la misma laboriosidad y empeño. Alcanza con darse una vuelta por Belén y admirar a sus tejedoras como para saber de qué se trata.
¿Qué hacer?
En San Fernando hay que dedicarle tiempo a la plaza 25 de Mayo y a la Catedral Basílica con el famoso camarín de la Virgen del Valle. Luego tomarse un cafecito en la esquina de la misma vereda y mirar el momento pasar. También habrá que llegar a la fábrica de alfombras y el mercado artesanal, donde se puede apreciar la fabricación de las tradicionales alfombras y ponchos. Otros lugares para visitar son Iglesia de San Francisco, Museo Histórico de la Provincia, Museo Arqueológico Adán Quiroga.
En el interior:
Fiambalá. La antigua población que cuenta con una iglesia colonial y antiguas edificaciones encantadoras está rodeada de fincas frutales y a pocos kilómetros las famosas Termas que durante el año revitalizan a propios y foráneos. ¡Ojo con la altura, que se hace sentir! Desde allí se puede cruzar, sólo con buen clima, por el Paso de San Francisco hacia a Chile.
Londres y Ruinas del Shincal. El pueblo es uno de los más antiguos de Argentina, fundado en 1558. Su humildad extrema, sus paredes de adobe y la calma en derredor, difiere de aquélla. Atravesado por la ruta 40, en sus alrededores se destacan las fincas con nogales, por tanto éste es el souvenir. A 6 kms de Londres se encuentran las Ruinas del Shincal donde en un predio de 30 hectáreas se aprecian restos de las civilizaciones indígenas del siglos XV y XVI.