Con esmero y mucha voluntad, ellas dedicaron su tiempo, conocimientos y creatividad para colaborar con un objetivo en común: que las mamás más necesitadas cuenten con una prenda o manta para abrigar a su bebé, justo en días en que el frío se hace sentir.
Movilizadas por esta tarea solidaria, ayer 140 mujeres de toda la provincia se acercaron al Espacio Cultural Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén) y compartieron la tarde entre agujas, puntadas y lanas de todos colores.
En su mayoría, las participantes que sumaron su aporte a la iniciativa integran diferentes talleres de tejido o bien forman parte de algún centro de jubilados o grupo parroquial. Pero también hubo aquellas que, sin pertenecer a ninguna agrupación, decidieron aprovechar la tarde del sábado con la idea de colaborar con su mano de obra.
La sala circular del edificio -donde se organizó la actividad- permaneció repleta desde las 14 hasta las 19, horario en el que la meta principal fue recolectar la mayor cantidad de abrigos.
El día elegido por los organizadores -Ministerio de Cultura y la empresa local Tua Lana- no fue casual. De hecho, ayer se celebró el Día Mundial del Tejido. La fecha fue establecida en Australia luego de que un grupo de mujeres decidiera tejer diferentes productos para beneficiar a las familias de bajos recursos.
En nuestra provincia, éste fue el quinto año consecutivo en que se lleva adelante este encuentro. “El fin principal que nos reúne es la tarea solidaria”, destacó Liliana Reggio, propietaria de la tienda organizadora.
Sentadas en las gradas del salón y con música y guitarra de fondo, mujeres de todas las edades apuraron sus puntadas para llegar a tiempo con la producción que será donada al sector de Neonatología del hospital Luis Lagomaggiore.
Entre ovillos de todos colores, ellas demostraron sus capacidades creativas. Tejieron a dos agujas, al crochet y al telar para crear pequeñas mantas de colores para cunas, escarpines, pulóveres, saquitos y gorros en tamaño diminuto.
Desde las más eximias tejedoras hasta las principiantes que recién descubren los secretos de este arte, mostraron su entusiasmo entre mates, charlas y sorteos. Mientras algunas movían sus manos muy rápido para dar forma a una nueva prenda, otras unieron uno a uno los cuadraditos de tejido que, en conjunto, dieron vida a llamativas mantillas.
Victoria Cuello (47), aseguró que no dudó en participar luego de que la convocaran en la escuela de Labores Enriqueta Delgado de Videla. “Nos preguntaron en el curso quién quería venir y no dudamos en sumarnos”, comentó la mujer que desde hace un tiempo encontró en el tejido una terapia.
Mientras ella remataba un cuadrado más para agregar a una colorida colcha, Paula Jerez (41) ordenaba algunas madejas para continuar su labor. “Me encanta la iniciativa, ojalá que se repita pronto porque hay mucha necesidad”, aseguró la mujer que había asistido al encuentro junto a otros integrantes de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el kilómetro 8 de Guaymallén.
De este grupo, también formaba parte Brenda (15). “Mi abuela me enseñó a tejer a los cuatro años y desde ese momento me ha gustado mucho”, contó la adolescente mientras avanzaba con la aguja de crochet. Su objetivo también era concluir varios cuadraditos tejidos para unirlos y formar una manta.
Entre la multitud, el grupo de amigas autodenominado “Las teje”, se encontraba produciendo buena parte del stock que más tarde los organizadores fueron recolectando en cajas. Ellas aseguraron que en su caso, el objetivo de juntarse a tejer para luego donar lo producido a las personas que carecen de abrigo, es habitual.
“Lo hacemos porque nos parece una forma de colaborar y al mismo tiempo hacer algo que nos gusta”, destacó una integrante de este grupo, que prefirió preservar su nombre.
Lucía Gallardo (50), por su parte, había asistido desde las 15 junto a su amiga Elba Osam (63). Con la mirada puesta en una revista de tejido y una madeja de lana que ganó en el sorteo, destacó como muy positiva a esta actividad. “Es una oportunidad más para ayudar al prójimo”, comentó la mujer que aportó con un gorrito y tres cuadrados para agregar a un mantillón.