Una simple llamada a nuestro teléfono podría ser el comienzo de una estafa. Se ha registrado un aumento de llamadas telefónicas en las que, al contestar, no se oye ninguna voz al otro lado, pero al finalizar, suena una voz automatizada.
Para las ciberestafas utilizan bots o sistemas automatizados con el objetivo de intentar robar información personal y financiera.
Una simple llamada a nuestro teléfono podría ser el comienzo de una estafa. Se ha registrado un aumento de llamadas telefónicas en las que, al contestar, no se oye ninguna voz al otro lado, pero al finalizar, suena una voz automatizada.
Aunque estas situaciones pueden parecer fallos técnicos, en realidad son parte de una táctica empleada por ciberdelincuentes para identificar números telefónicos activos, que luego pueden ser utilizados en actividades fraudulentas.
Este tipo de llamadas, conocidas como “robollamadas”, son realizadas por sistemas automáticos o bots que marcan números aleatorios. Al contestar, el sistema detecta que el número está en uso y que el usuario está dispuesto a recibir llamadas de desconocidos.
Hay varias señales que pueden indicar que una llamada proviene de un sistema automatizado. Una de las más comunes es el silencio que se escucha después de contestar. Si se espera unos segundos, a menudo una voz automatizada o una grabación comenzará a hablar.
Otra señal es la falta de respuesta natural a preguntas o interrupciones, lo que sugiere que se trata de un bot y no de una persona real. Algunas robollamadas incluso usan tecnología avanzada para intentar imitar una conversación, pero aún así presentan patrones que se pueden identificar.
Si las respuestas a tus preguntas son vagas o no tienen relación con lo que estás diciendo, es muy probable que estés hablando con un sistema automatizado. Además, si la llamada proviene de un número desconocido o con un prefijo extraño, es mejor desconfiar y no interactuar.
No todas las robollamadas son intentos de fraude; algunas empresas las utilizan para realizar encuestas o promocionar servicios. No obstante, si la llamada solicita información personal o financiera, es importante estar alerta.
Los estafadores suelen hacerse pasar por empleados de bancos u otras compañías conocidas, utilizando argumentos persuasivos para obtener datos confidenciales.
Otra táctica común es crear un sentido de urgencia. Pueden decir que hay problemas con una cuenta bancaria, que se ha detectado actividad sospechosa o que es necesario confirmar un código de seguridad.
Si una llamada te presiona para tomar decisiones rápidas sin permitirte verificar la autenticidad del interlocutor, lo mejor es colgar y contactar directamente con la institución que supuestamente está llamando.
Uno de los mayores riesgos de las robollamadas es que los usuarios, por curiosidad o preocupación, decidan devolver la llamada. Algunos de estos números están asociados a servicios de tarificación especial o internacional, lo que puede resultar en cargos elevados en la factura telefónica.
En otros casos, devolver la llamada puede confirmar a los estafadores que el número está activo y que la persona está dispuesta a atender llamadas de números desconocidos.
Para evitar posibles problemas, es fundamental no devolver las llamadas de números que no se reconocen, especialmente si provienen de prefijos internacionales inusuales. Si tienes dudas, una búsqueda en internet puede ayudar a verificar si ese número ha sido reportado como fraudulento.