Bill Gates, Mark Zuckerberg, Sam Altman, Sundar Pichai o Elon Musk anticipan el fin del celular y cada uno trae su propuesta para reemplazarlo.
Presentación de las gafas Orion de Meta
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La era del smartphone tal como la conocemos podría estar llegando a su fin. Aunque hoy parezca difícil imaginar un mundo sin pantallas táctiles, íconos de aplicaciones y notificaciones constantes, algunas de las mentes más influyentes del mundo tecnológico ya están pensando en lo que vendrá después del celular.
Cada uno apuesta a que su propio proyecto se imponga por sobre otros, una jugada que pivota entre el egocentrismo y el negocio, pero con una base en común: nuevas formas de conexión e inteligencia artificial omnipresente.
Mark Zuckerberg lleva años apostando por el metaverso, una revolución que no termina de arrancar, pero su visión a más corto plazo está centrada en las gafas de realidad aumentada con inteligencia artificial.
En una entrevista reciente, el CEO de Meta afirmó que para 2030 estos dispositivos podrían reemplazar por completo a los teléfonos inteligentes. “Podrás tener múltiples pantallas flotando a tu alrededor, hacer videollamadas, consultar mensajes o trabajar, sin necesidad de cargar con un aparato físico”, explicó.
Meta ya comercializa las Ray-Ban Meta, que permiten grabar, escuchar música y usar el asistente de voz, aunque su versión completamente de realidad aumentada (AR), llamada Orion, todavía está en desarrollo y solo se ha visto un prototipo carísimo.
Sam Altman, CEO de OpenAI, y Jonathan Ive, el mítico diseñador detrás del iPhone, trabajan juntos en un nuevo tipo de dispositivo que promete dejar atrás tanto a los smartphones como a sus pantallas. El proyecto, aún en etapa temprana, apunta a una computadora personal impulsada por inteligencia artificial, sin pantalla ni teclado.
Por ahora hay más intriga que certeza, pero todo apunta a un asistente físico que entiende el contexto del usuario, similar a lo que Humane intentó con su AI Pin, pero con una integración más profunda y un diseño más pulido.
El objetivo, según fuentes cercanas al proyecto, es construir un dispositivo “más humano” que no demande atención constante como el celular, sino que esté disponible solo cuando realmente se lo necesita.
Sam Altman afirmó en una entrevista: “Creo que aquí tenemos la oportunidad de reinventar por completo lo que significa usar una computadora”.
El fundador de Microsoft ha pronosticado que los tatuajes inteligentes podrían convertirse en la principal herramienta de conectividad digital.
Serían una forma más integrada y natural de interactuar con la tecnología, ofreciendo una experiencia similar a la de un smartphone pero sin la necesidad de un dispositivo físico.
"Los teléfonos celulares, tal como los conocemos, podrían quedar obsoletos en los próximos años. Serán reemplazados por una innovación emergente: los tatuajes electrónicos, desarrollados por la empresa Chaotic Moon. Este concepto representa un paso importante hacia el transhumanismo, la creencia de que la tecnología puede mejorar las habilidades físicas y cognitivas humanas."
El actual CEO de Google no ha señalado un único dispositivo como el reemplazo del smartphone ya que su enfoque principal es la Inteligencia Artificial (IA) como la próxima "plataforma" tecnológica.
Pichai cree que la IA es una tecnología "auto-mejorable" que cambiará radicalmente sectores como la salud, la robótica y la forma en que interactuamos con la información. Además anticipa que este cambio abrirá muchas oportunidades para la innovación en nuevos formatos de hardware, lo que sugiere que Google también está explorando alternativas a los smartphones tradicionales, posiblemente con dispositivos de IA más contextuales y menos dependientes de pantallas.
"La IA es la única plataforma que, con el tiempo, puede crear y auto-mejorarse de una manera que nunca habíamos visto antes".
Mientras Zuckerberg mira a los ojos y Altman a la voz, Elon Musk apunta directamente al cerebro. A través de Neuralink, su startup de neurotecnología, ya implantó sus primeros chips en humanos y sostiene que, a largo plazo, la comunicación con dispositivos será mental y no verbal.
“Podrás manejar un teléfono, una computadora o cualquier sistema digital con solo pensarlo”, afirmó.
Aunque esta tecnología todavía está en fases experimentales y enfrenta desafíos éticos y técnicos, Musk cree que en 10 a 15 años podría ser una alternativa real para tareas básicas como escribir, navegar o interactuar con una IA.
El CEO de Apple parece ir a contramano de sus pares de la industria ya que no predice una era pos-smartphones inminente. Según su visión, los smartphones, especialmente el iPhone, seguirán siendo el eje sobre el que girarán nuestras vidas durante muchos años.
Aunque han incursionado en tecnologías como la realidad aumentada y la inteligencia artificial, Apple los considera complementos al iPhone, no sustitutos. Por ejemplo, el Apple Vision Pro y las supuestas y futuras Apple Glasses están diseñados para integrarse con el ecosistema del iPhone, no para reemplazarlo .
"Todavía queda mucha innovación por explorar en el ámbito de los smartphones", señaló en una entrevista Cook para sugerir que Apple continúa invirtiendo en mejoras significativas para sus dispositivos móviles.
Aunque hay varios proyectos en marcha, los usuarios parecen estar bastante satisfechos con los celulares, aunque muchas veces es una relación tóxica.
La única certeza es que la transición no será inmediata y los celulares seguirán siendo parte de nuestra vida por al menos otra década.
Sin embargo, también hay consenso en que el dominio del teléfono móvil está comenzando a erosionarse. Muchos de los que buscan matarlo ya están en el mercado -como los asistentes de IA más contextuales, las gafas inteligentes o dispositivos portátiles sin pantalla- aunque ninguno con éxito masivo o reseñas descollantes.
Mientras esperamos el impredecible futuro, seguimos fascinados en el presente con la pantalla de la que nos cuesta despegarnos.
El celular es la nueva computadora en más de un sentido. Aunque técnicamente son dispositivos similares, esta vez quiero señalar al smartphone como un equivalente de la PC en su impacto tecnológico, económico y cultural.
Este aparato del que no podemos despegar la mirada revolucionó la vida cotidiana de la gente desde el inicio de este siglo, como lo hizo la computadora décadas antes y, al igual que esta última, el celular también ha recibido varias fechas de defunción.
La muerte del smartphone ya se anticipaba desde 2013, y eso que aún no se llegaba al mercado saturado que tenemos hoy. En aquella época, Shawn DuBravac, economista jefe de la Consumer Electronics Association, afirmaba antes del inicio del Consumer Electronics Show (CES) en Las Vegas de aquel año que el 65% del tiempo que se pasaba en los teléfonos se dedicaba a actividades no relacionadas con la comunicación, como aplicaciones para la salud, el entretenimiento u otras tareas, y eso haría llegar otros dispositivos que reemplazarían al celular. Así su conclusión fue taxativa: “Creo que estamos entrando en una era post-smartphone”.
Aunque los grandes líderes de la gigantesca industria tecnológica apuesten a nuevos desarrollos que podrían sustituir al teléfono móvil, en el fondo lo que se busca no es tanto erradicarlo sino más bien volver a tener un golpe de suerte con algún dispositivo que logre calar en la vida social, laboral y educativa de los usuarios.
Intentos ya hubo muchos y fracasos aún más, por eso las predicciones son más deseos que certezas, aunque el desarrollo no se detenga.
Mientras tanto el celular parece repetir la vieja frase que reza "los muertos que vos matáis gozan de buena salud".