La implementación efectiva de una carrera de Gestión de Recursos Hídricos, por parte de la Dirección General de Escuelas, en conjunto con el Departamento General de Irrigación, constituye un hecho interesante en razón de que se trata de profundizar la cultura del cuidado del agua, elemento vital para la agricultura en una provincia como Mendoza, que cuenta con un clima semidesértico, de escasas precipitaciones anuales.
La iniciativa surgió hace tres años, con la presentación de un proyecto por parte de un legislador paceño, que propuso la puesta en práctica de una tecnicatura de tres años, que comienza con los conocimientos de disciplinas básicas y la relación del agua con el sistema sociocultural y económico de la región; continúa con la ampliación de conocimientos sobre técnicas destinadas al manejo y a la gestión del recurso hídrico y culmina con una implementación del manejo y gestión de los recursos para mejorar el sistema de riego en la provincia. .
De acuerdo con el proyecto original, los egresados adquirirán conocimientos para desarrollar tareas sobre cómo operar sistemas de riego y drenaje; asistencia a los productores en el manejo de técnicas de riego; entender en la determinación del balance hídrico y la respuesta de los cultivos; capacitar al personal de campo de los distritos; realizar muestreos de agua y de suelos; entender en la selección de bombas y de equipos de riego presurizado e inspeccionar sistemas de riego para verificar el cumplimiento de la legislación vigente, entre otros conceptos.
Los estudiantes recibirán, paralelamente, nociones sobre hidráulica, geología, hidrología y manejo de cultivos, haciendo hincapié en la relación suelo-agua a los efectos de lograr la mayor eficiencia en la utilización del recurso hídrico.
Para Mendoza, la puesta en práctica de la carrera es fundamental. No debe olvidarse que, aún hoy, muchos productores continúan regando “a manto” sus viñedos, siendo que en los últimos años han surgido sistemas de riego que permiten un mejor aprovechamiento del agua.
También debe recordarse que, por falta de inversiones, especialmente en la impermeabilización de canales, aún no se logra modificar aquella ecuación que indica que, de cada 10 litros que salen desde los diques, sólo cuatro llegan efectivamente a las plantas. A ello hay que sumar la pérdida de aquella cultura del cuidado del agua en los sectores urbanos, que caracterizó a los mendocinos.
En una primera etapa, la implementación efectiva de la carrera de Tecnicatura de Recursos Hídricos se cumplirá en tres de los cuatro oasis mendocinos: en el Sur, en San Rafael, donde ya hay 80 inscriptos; en el Valle de Uco, en San Carlos, con 40 interesados y en el Norte, en Lavalle, con una cantidad algo menor de inscripciones.
Es dable escuchar el planteo formulado por funcionarios de La Paz, quienes señalan que ese departamento debería ser incluido en el dictado de las clases. Recuerdan en ese sentido que el autor primario de la iniciativa fue un legislador paceño y que esa zona de la provincia está sufriendo las consecuencias de la carencia del recurso hídrico como consecuencia del incremento en la actividad agrícola aguas arriba del río Tunuyán. Señalan también que ya han cesado sus actividades cinco bodegas y que, a mitad del siglo XX, La Paz contaba con 1.200 hectáreas en producción y que hoy sólo quedan menos de la mitad.
La iniciativa de la creación de la tecnicatura es valiosa pero también es comprensible el planteo de La Paz, una zona muy castigada por la carencia del recurso hídrico. En la aprobación del Presupuesto 2014 debería contemplarse, entonces, la posibilidad de acceder al planteo realizado por este departamento.
