Los principios son tres: "escuchar al otro, proponer sin imponer, no negar". A priori, la improvisación no dista mucho de una experiencia que todos transitamos: el juego. El juego como un espacio de creación, sin tiempo ni espacio. O mejor: con tiempos y espacios inventados, con historias (y personajes) que se despliegan en cajas chinas. En la posibilidad de jugar reside el secreto de este género teatral cuyo primer antecedente fue "Humor de miércoles" y que hoy encuentra nuevos referentes.
Es que en los últimos tres años creció notablemente el número de elencos que explora el teatro de improvisación y que instalaron sus espectáculos entre las alternativas que ya existían para públicos adeptos al humor. En ese terreno germinaron las propuestas de la Liga Mendocina de Improvisación (el enorme clan que dirige Esteban Agnello), The Piava Impro Teatral (dirigida Javier Griego Falcón), Perdón Flaco y los colgados del bigote (Agnello), Rockola Improvista (Diego Flores) y Perros de la Calle.
Para los espectadores ávidos de más, la noticia: este fin de semana, el panorama se extiende aún más pues llegan seis elencos del continente para participar de la II Cumbre Latinoamericana de Improvisación y Teatro, que organiza la Liga Mendocina de Improvisación (LMI).
En este segundo encuentro se suman Brasil (Cachorrada), Chile (Pleimóvil), Colombia (La Solución Impro), Perú (Keto), Buenos Aires (Ampersand Impro) y Córdoba (Los Pelafustanes).
A ellos se agregan los actores de "Humor de miércoles", The Piava, Perdón Flaco y la Liga.
La grilla comienza mañana y se extiende hasta el domingo, con tres funciones diarias, en tres espacios de la ciudad: El Taller, el Espacio Cultural Julio Le Parc y Rumbo Perdido.
Además de funciones, la cumbre incluye charlas y talleres a cargo de referentes del teatro de improvisación: Feña Ortalli, de Buenos Aires ("Dramaturgia improvisada", mañana y el viernes, de 16 a 19); Juan Botero, de Colombia ("Impro Clown", el viernes, de 10 14); y Sergio Paris, de Perú ("Improvisaciones mínimas" el sábado y el domingo, de 16 a 19).
El sábado, además, los actores-improvisadores reflexionarán sobre la situación actual de este género teatral en Latinoamérica.
Los talleres y las charlas serán en el Espacio Le Parc.
En Mendoza, ya dijimos, siete son los elencos que eligen la improvisación como materia de sus espectáculos. Lo interesante, para el público adepto a estas propuestas, es que cada uno explora el género desde un formato (o estilo) diferente.
Referente indiscutida del "match" (partido en el que se miden dos o más equipos), la Liga Mendocina de Improvisación instaló esta modalidad competitiva hace tres años y desató un fenómeno: los equipos comenzaron a tener hinchadas, las funciones se realizaron a sala llena (los domingos, un día poco frecuente para asistir al teatro) y creció el número de interesados en entrenar esta técnica teatral.
Incluso en su estructura, la LMI es un fenómeno: con 52 actores, un músico (el ocurrente Ariel Sedevich), cuatro técnicos y un director (Agnello) es el elenco más grande de América Latina en esta técnica. Pero el suceso de la Liga tuvo, antes, un antecedente que hoy es un clásico: "Humor de miércoles", un espectáculo que cuenta 11 años consecutivos en cartel (los miércoles, en Los Angelitos). Fraguado por Ernesto Suárez y hoy sostenido por los actores de El Taller, HDM continúa explotando las potencialidades del formato "standard": escenas breves (entre 5 y 8 minutos) inspiradas en las consignas que devuelve el público.
Este mismo formato es el que eligió Esteban Agnello para Perdón Flaco y los Colgados del Bigote, el grupo que integra junto a Guillermo García, Mauricio Fávrega y Rodrigo Casevalle (los jueves, a la medianoche, en Rumbo Perdido).
Lejos de los cuadros breves que proponen LMI y "Humor de miércoles", The Piava Impro Teatral aborda el formato "long" (largo), apostando a 'escribir' historias realistas con estructura dramática clásica (inicio, conflicto y desenlace) y con una duración que alcance los 20 minutos. En el recién estrenado "Teoría del caos", el elenco que dirige Javier Falcón redobla la apuesta y extiende la duración a una hora.
Sin embargo, aunque el camino para narrar en tiempo real es diferente, toda improvisación se alimenta del feed back que se da arriba y debajo del escenario (entre actores; entre actores y público), utiliza guiños cómplices, anclajes de actualidad, ocurrencias al pie y la certeza absoluta que "la cuarta pared" no existe.
El teatro los cría y la improvisación los junta
Con la única premisa de narrar historias en tiempo real, 10 elencos del continente vuelven a reunirse en Mendoza, hasta el domingo. Aquí, las claves de un género teatral que se transformó en suceso en los últimos años.
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