Una obra donde se produce la magia del teatro. Las convencionalidades escénicas y la actuación, al servicio del relato. Sencillo, pero diferente.
"Volver a Madryn", la obra escrita y dirigida por el cordobés Rodrigo Cuesta llega a Mendoza con excelentes críticas y una temporada exitosa por salas de varias provincias.
Después de ocho meses en cartel, el trío de actores Alejandro Orlando, Ignacio Tamagno y Hernán Sevilla, no querían desaprovechar la oportunidad de presentarse en Mendoza y esta noche, con doble función, aterrizan en la sala Cajamarca.
Donde todo puede cambiar
La idea inicial de Hernán Sevilla y Alejandro Orlando, dos actores que vienen trabajando juntos por más de una década en la escena cordobesa, era montar una obra del autor irlandés Conor McPherson.
Cuando se lo propusieron a Rodrigo Cuesta, el director cambió los planes y se sumergieron en una obra del propio dramaturgo.
“Volver a Madryn” traza la historia de tres hombres, en el invierno de 2002, que llegan a una pequeña ciudad de la costa sureña donde nunca pasa nada. Pero un hecho extraordinario cambia la vida de algunas personas.
Tres personajes parecen señalados para evocar, jugar, reconstruir una y otra vez ese suceso que representa un cambio en sus vidas y las de su entorno.
Sus historias se entrecruzan con las de otros personajes, aunque son ellos, sus voces, la única fuente con que cuenta el espectador para conocer los sucesos en torno a los cuales gira ahora la vida de este trío que emprende un retorno sin alternativa a Madryn.
“Rodrigo, el director, llevó la historia al terreno de su discurso. La historia en sí es muy sencilla: tres personajes que terminan haciendo un robo muy grande. Pero de alguna manera también se cuenta la historia argentina pos 2001, con la crisis. Además de los vínculos y lo que significa una ciudad costera fuera de temporada”, sintetiza Hernán Sevilla, actor que vuelve a pisar la sala Cajamarca (lo hizo con “Volpone”), con una comedia negra en clave de thriller.
La curiosidad del relato radica en la explotación del lenguaje cinematográfico dentro del teatro y lleva a los actores a un ritmo escénico desbocado, donde la multiplicidad de voces y personajes, se desprenden de la fragmentación del texto, el rigor interpretativo y la puesta. Es la narración que deviene en el juego escénico.
“Como actores fue un gran desafío. Hay un ritmo vertiginoso. La luz que es un personaje más y de vital importancia en la puesta. Por momentos somos distintos personajes, son saltos permanentes. La sensación es como estar dentro de una película”.
Una puesta minimalista sumerge al espectador en ese paisaje crudo, frío e inhóspito, pero a la vez bello, de una ciudad costera del sur argentino, atravesada por costumbres, creencias y prejuicios sociales.
“Es un espacio limpio, donde se produce el recorte de la situación. Con esto se potencian las ideas. La historia tiene bastante universalidad, pero es tan fuerte el modo de contar que se da esa magia que uno va a buscar al teatro. Es un discurso innovador en el teatro, que puede disparar distintas cosas”.
La ficha
Volver a Madryn
Dramaturgia, Dirección, Puesta en Escena: Rodrigo Cuesta.
Actúan: Alejandro Orlando, Hernán Sevilla e Ignacio Tamagno.
Funciones: hoy, a las 20.30 y a las 22.
Lugar: Teatro Cajamarca ( España 1767, Ciudad).
Entrada: $ 100. Dos por uno, estudiantes y jubilados.