Cada vez que los mendocinos y turistas aborden un taxi o remís verán que en el interior del vehículo se enciende una luz blanca.
Se trata de una cámara de seguridad que extrae imágenes (fotos y filmaciones) del rostro del chofer y el pasajero, material que sólo podrá ser revisado por la Justicia.
Esta medida busca sumar una herramienta que sirva de prueba a las investigaciones relacionadas a delitos que tengan como protagonistas a cualquiera de las dos partes.
Aunque se trata de una disposición que tiene dos años de antigüedad -a través de la resolución N° 1765-, la Dirección de Transporte de la provincia se decidió finalmente a aplicarla: es decir, a obligar a los dueños de los autos a instalar las cámaras en los vehículos.
Carlos Matilla, titular del área, detalló que en un plazo de tres meses, cuando los propietarios deban tener actualizada la próxima revisión técnica, las cámaras deberán estar incorporadas en la totalidad de los coches (unos 2 mil en el Gran Mendoza, entre taxis y remises).
El funcionario aclaró que en la actual revisión se está imponiendo un plazo de 15 días para otra disposición que nunca se cumplió: que los choferes realicen el trámite para llevar una oblea con sus datos personales dentro del coche.
Vale decir que esta tarjeta tiene que estar ubicada detrás del asiento del conductor, de manera que pueda ser vista por el pasajero. Allí, además de su foto, debe figurar el número de aditamento del vehículo.
A esta documentación se adjunta una tarjeta que avala la habilitación del taxi o remís y del chofer. “Estamos condicionando las revisiones técnicas a esto para que se termine de completar la documentación en un plazo no mayor a 15 días”, explicó Matilla.
Para contar con la tarjeta y estar habilitados para circular, los choferes deben presentar una constancia donde figure que no tienen antecedentes penales.
Como la revisión técnica continuó durante la última semana, Matilla aclaró que el hecho de condicionar su aprobación a la presentación de la documentación requerida generó que al menos cien choferes se presentaran a realizar los trámites entre el jueves y el viernes.
Para Fernando Sáez, representante de la Asociación de Propietarios de Taxis de Mendoza (Aprotam), la aplicación de estas medidas que ya estaban vigentes es muy positiva.
Según aclaró, hasta el viernes el 70% de los autos que prestan este servicio ya contaban con la cámara de seguridad incorporada.
Uno de los motivos por los cuales la aplicación de este recurso estaba demorada, deslizó, tenía que ver con que los dispositivos son importados. “Pero ahora se está acelerando todo para que todos los vehículos la tengan cuanto antes”, aseguró Sáez.
Este recurso, recordó, se suma a los ya existentes tendientes a reforzar la seguridad al momento de realizar los recorridos. El botón de pánico y el sistema de posicionamiento satelital (GPS-GPRS) son dos herramientas que ya vienen funcionando desde hace tiempo en las unidades.
Todo el sistema está en coordinación con el Ministerio de Seguridad y se activa en casos de sospechar que un chofer está corriendo un riesgo.
Por eso, al referirse a las cámaras de seguridad, Sáez destacó que éstas serán un elemento de prueba más para los jueces.
“Como las imágenes quedan en un sistema blindado, sólo pueden ser vistas por la Justicia en los casos en que sea estrictamente necesario”, aclaró Sáez. Es lo mismo que ocurre con las imágenes que toman las cientos de cámaras ubicadas en la vía pública en toda la provincia.
Desde el punto de vista de los choferes consultados por Los Andes, la utilización de las cámaras es adecuada. Sin embargo, detallaron que en ocasiones los pasajeros advierten sentirse algo invadidos cada vez que se encienden las luces del dispositivo.
“Incluso hay gente que pregunta si yo puedo avisarles cuándo se va a disparar la foto para no salir tan mal”, contó con humor un chofer que prefirió resguardar su nombre.
Uno de los aspectos sobre los que se registraron algunas quejas tiene que ver con el trámite que debieron realizar para obtener el carnet.
“Tuve que perder una mañana entera para tener esta tarjeta que en realidad nadie me la ha pedido”, deslizó otro conductor de taxi que opera desde la esquina de calles Rivadavia y San Martín de Ciudad.
El viernes, pasajeros que habitualmente utilizan este transporte público expresaron diferentes posturas. Mientras que algunos dijeron estar de acuerdo con la medida, otros plantearon sentirse algo intimidados con la foto.
“Espero que sea útil que exista este registro de imágenes”, opinó esperanzada Raquel Espinosa (51) antes de subir a un taxi en pleno centro.
Por su parte, Miguel Agüero (38) expresó que si bien le incomoda que se le saque una foto cada vez que se toma un taxi o remís, todo lo que sirva para prevenir los delitos y/o detectar a quienes los cometen va a ser bienvenido.
“Entiendo que a los pasajeros también nos servirá tener una prueba frente a posibles abusos por parte de los choferes”, manifestó.