El destino vuelve a juntar a Gerardo Martino con Ramón Díaz en apenas 18 días, luego del inicio de la Copa América y ahora con el pase a la final del máximo torneo continental de selecciones. Una señal que parece marcada a fuego para los respectivos entrenadores actuales de Argentina y Paraguay, con coincidencias y a la vez diferencias en cuanto al tiempo y lugar.
El “Tata” fue un director técnico clave en una albirroja que se acercó a la elite del mundo durante Sudáfrica 2010. El “Pelado” recuperó la identidad guaraní en la alta competencia proveyendo de una mentalidad fuerte a un grupo de futbolistas que había perdido la confianza en sus fuerzas propias. En sendos casos, la importancia del trabajo en el país vecino fortaleció un proyecto a mediano y largo plazo.
Ramón, sin embargo, apostó todo a ganador en su pelea por convertirse en el sucesor de Alejandro Sabella tras el Mundial Brasil 2014. El por entonces DT de River Plate creyó que ése era su momento para acceder al máximo cargo, avalado por su trayectoria pero también por la reciente coronación del “Millo” en el Torneo Final del año pasado. Luego del paso bisagra por el fútbol del ascenso, en Nuñez se festejó el 35to. título a nivel nacional de la mano del riojano. No fue éste un festejo más en el rico historial de éxitos en Nuñez, sino que tuvo el valor agregado de haber sido el de la recuperación tras la reinserción en los primeros planos del fútbol argentino.
El director técnico más ganador de la historia riverplatense también le agregó otro matiz ascendente a su registro de marcas: consiguió la primera victoria en la Bombonera después de una década, con un 2-1 en el Superclásico que se definió con un cabezazo de Ramiro Funes Mori. Poco después, sumó la Copa Campeonato tras vencer 1-0 a San Lorenzo (ganador del Torneo Inicial 2013) en San Luis, hecho que le permitió acceder a un cupo en la Copa Sudamericana, finalmente conseguida pero ya bajo la conducción de Marcelo Gallardo.
Con tales antecedentes, Ramón creyó que Julio Humberto Grondona iba a considerarlo dentro del listado de candidatos a suceder a “Pachorra”, quien había anunciado su egreso del seleccionado nacional el día anterior a la final contra Alemania, en el Maracaná. De todas maneras, riojano se equivocó: JHG ni siquiera lo tuvo en cuenta y hasta ni siquiera hubo un llamado o notificación de cortesía. Más allá de que Martino contaba con consenso dentro de la dirigencia y sobre todo de la conducción interna del plantel - Lionel Messi y Javier Mascherano - lo cierto es que el “Pelado” se sintió ninguneado por la AFA y con derecho al pataleo.
“Martino es un gran entrenador, pero nos hubiera gustado que por lo menos nos escucharan para ver qué opinábamos sobre éso”, dijo lacónicamente Díaz a la prensa argentina. El DT, inclusive, fue más allá y estuvo lejos de utilizar un tono protocolar y contemplativo en sus expresiones.
Le apuntó directamente al por entonces presidente de la AFA: “Ya estaba todo decidido por Grondona y ni siquiera nos dejaron expresar nuestro pensamiento”. No perdió oportunidad para manifestarse con su ya habitual ironía: “Tendremos que ganar algo más parece, así que esperaremos las chances para la próxima vez”.
Antes de que finalizara el año anterior, la propuesta para dirigir un seleccionado nacional llegó por intermedio del presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Alejandro Domínguez, la cual aceptó al punto de caracterizarla como un hito en su carrera como entrenador profesional. Para Ramón significaba un reto a sus propios parámetros. Para los guaraníes, no. Curiosamente, el anterior técnico argentino en la Selección Mayor de Paraguay había sido Martino, quien había conseguido resultados valiosos durante el período 2007/2011.
La llegada del Tata al seleccionado albirrojo se concretó luego de una campaña plagada de éxitos en los clubes Libertad y Cerro Porteño, con quienes obtuvo cinco y dos títulos, respectivamente, entre 2002 y 2006. Curiosamente, más allá de la seguidilla de logros, el hombre surgido en Newell's quedó en el medio de una disputa política entre el entonces presidente de la APF, Oscar Harrison, y su sucesor en el puesto, Juan Ángel Napout. Éste, tras acceder al ejecutivo futbolístico, le dio la oportunidad a Martino. En esta Copa América Chile 2015 volvieron a cruzarse, ya que Napout es el actual presidente de la Conmebol tras la renuncia de su compatriota Nicolás Leoz mucho antes del FIFAgate.
Martino tiene ahora la posibilidad de volver a ser finalista de la Copa América, aunque - paradójicamente - en contra del equipo al que llevó a la definición del torneo 2011, cuando Uruguay se quedó con el triunfo tras ganarle 3-0 en el Monumental de River Plate. Es tan llamativa la situación, que hasta parece propia de una comedia de enredos: si Argentina se clasifica ganando la llave semifinal será contra la formación que dirige quien quedó de lado en la puja de agosto 2014 por llegar a la conducción del seleccionado albiceleste.
El Tata, en tanto, tendrá también que acomodarse en el Estadio Ester Roa, de Concepción, a una situación que deberá resolverse favorablemente durante el desarrollo del juego contra Paraguay: ni más ni menos que Messi, Mascherano y el Kun Agüero no sufran una amonestación que los prive de jugar el sexto y último partido de la competencia. Dada la amarilla recibida en cuartos de final ante Colombia, tres futbolistas de altísima influencia en el juego estarán condicionados por tal eventualidad. Con la sagacidad de Ramón enfrente - más allá de su origen argentino - tal hecho no pasará inadvertido y muy probablemente sea uno de los puntos a explotar en el afán de provocarle zozobras a la Selección.
Si en el primer duelo, en el Estadio La Portada, de La Serena, el “Pelado” supo reacomodar el esquema a tiempo y pudo levantar un 0-2 hasta transformarlo en una igualdad valiosa en todo sentido, quizá sin darse cuenta le dio oportunidad a Martino de ensayar una variante impuesta por Sabella en su etapa previa, con Pablo Zabaleta como salida por el extremo derecho y Lucas Biglia en la función de relevo táctico para suplir a Mascherano cuando éste sale de posición.
Como en el juego de la perinola, este deporte está salpicado de un toma todo que pueda venir en algún momento de la aplicación de una fórmula exitosa de tal o cual colega. De ésto también sirve evaluar la tozudez o la apertura de un entrenador a nuevas ideas sin pecar de plagio. Por qué quizá no habrá que descartar que los caminos se vuelvan a cruzar. En el fútbol, como en la vida misma.
