Tarifazo del gas

No se entiende que un Gobierno que se define como nacional y popular haya llevado su incapacidad y obcecación ideológica al punto de encontrarnos en la actual crisis energética que, una vez más, tendrán que cargar los sufridos hombros de los habitantes de

Tarifazo del gas

Los resultados de la aberrante política energética de la década kirchnerista, que desde esta columna hemos criticado repetidamente, serán pagados como siempre por los sufridos habitantes del país. En realidad por una parte de ellos, ya que los desmesurados incrementos de tarifas no se aplican para provincias del Sur, que teniendo solo 7% de los usuarios residenciales de todo el país, consumen 22% del gas de esa categoría.
 
También se ha excluido al sector industrial bajo el falaz argumento de incentivar el crecimiento de la industria, ignorando a la vez que dada la alta inflación existente ese aumento se habría absorbido rápidamente. Por otro lado, como el gas no alcanza, apenas comienza a bajar la temperatura es a la industrias a las que se les disminuye o corta el suministro.

Las tarifas de gas se han mantenido sin aumentos, tanto para los consumidores como para las distribuidoras, desde hace una década. A los productores de gas hasta fines del 2012 les ocurrió lo mismo; a partir de este entonces se estableció un precio diferencial para el incremento de producción. Pero esa medida llegó tarde y mal, la falta de inversión ya había provocado una sensible caída de las reservas y la producción de gas natural, obligando a crecientes importaciones de gas natural desde Bolivia por el que se paga un precio varias veces superior al que se paga a quienes extraen en nuestro país.
 
Luego se debió recurrir a la importación en grandes cantidades de gas licuado de petróleo que llega en barcos de gran porte y debe ser re gasificado para inyectarlo en la red. Todo este proceso, que incluye tanto el valor del gas como los fletes y estadía de los barcos, lleva el valor del metro cúbico del producto a precio siderales. Esa es la cifra sorprendente que nos llega con las boletas bajo el rubro costo del gas importado, cuyo pago en nuestra provincia está suspendido por la existencia de un recurso de amparo interpuesto por una asociación de consumidores.

En resumen, y como hemos dicho aquí hace unos días, esto ha terminado en un gran desbarajuste que obliga a este desordenado y violento ajuste de tarifas. Es notable cómo a un gobierno que se define como nacional y popular, que llevó por su incapacidad y obcecación ideológica a esta situación, se le ocurra realizar este desmesurado aumento de tarifa justamente a las puertas de los meses de frío y obviamente de mayor consumo en los hogares. El procedimiento empleado para aumentar las tarifas es complejo, abstruso, difícil de entender por los consumidores.

Al efecto se han dictado varias resoluciones tanto por la Secretaria de Energía de la Nación como por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), normas que sólo pueden dilucidar los especialistas. No deja de ser curioso que el propósito perseguido sea racionalizar el uso del producto, incentivando una disminución del consumo, justamente después de que se estimulara el mayor consumo con tarifas que en algunos lugares llegaron a ser irrisorias. Como lo que se está haciendo es quitar el subsidio estatal, como incentivo para reducir el consumo se establece que quien reduzca el consumo en 20% o más seguirá pagando lo mismo que ahora. Quienes lo hagan entre 5% y 20% sólo pagarán la mitad del aumento.

Aquí corresponde hacer una breve disquisición económica comparando el consumo de electricidad y gas. En el primero, el consumo tiene elasticidad, aumenta si es barata la tarifa y se puede reducir cuando aumenta. Siempre en el hogar hay alguna luz que se puede apagar, algún aparato que se puede desenchufar. El consumo de gas, por el contrario es sumamente inelástico y tiene mucho ver con la composición del hogar, si hay niños o personas mayores, enfermos, personas con discapacidades físicas.

Son estos tipos de hogares los que más consumen, lo contrario ocurre con aquellos en que los integrantes pasan mucho tiempo fuera de él. Sin espacio para detalles digamos que la tarifa de gas es progresiva, el precio aumenta a medida que hay más consumo. Esta progresividad es ahora mayor; cuánto pagaremos lo sabremos cuando nos llegue la factura, pero hay que prepararse para aumentos de entre 200% y 650%.

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