El oficialismo busca desbaratar los intentos de la oposición en la sesión de Diputados por sancionar leyes "anti-tarifazo", entre ellas un pedido de interpelación en el recinto del ministro de Energía, Juan José Aranguren, y un conjunto de iniciativas para derogar y dejar sin efecto los bruscos aumentos en las tarifas de los servicios públicos que dispuso el Ejecutivo.
Sin embargo, para no generar una ruptura total con el arco opositor, Cambiemos propuso que el polémico Aranguren asista -en fecha a definir- a un plenario de comisiones a fin de explicar el tarifazo, una instancia menos ruda que la interpelación en el recinto que pidió la oposición. Aranguren ya faltó a varias citaciones que realizaron los bloques opositores, pero esta vez su convocatoria emana desde el oficialismo.
El arco opositor logró a las 11.01 el quórum reglamentario. Consiguieron los 129 legisladores que se exigen en el reglamento, sin sobrarles ni un diputado. Entre los ausentes estuvieron legisladores opositores que responden a los gobernadores de Neuquén, Santiago del Estero, Misiones y Tucumán.
Ante la conquista del quórum por parte de la oposición, el oficialismo nucleado en el interbloque Cambiemos ingresó al recinto para dar la discusión cuerpo a cuerpo.
Desde el primer momento, el debate se trabó sobre una cuestión reglamentaria: la mayoría que exige el reglamento de la Cámara de Diputados para tratar sobre tablas proyectos que no tienen dictámenes de comisión, como es el caso de los relativos al tarifazo. Desde el massismo, Graciela Camaño y Juan Brügge, sostuvieron que no era necesario reunir dos tercios de los presentes. Pero desde Cambiemos, el titular de la Cámara, Emilio Monzó, avisó de entrada que el reglamento exige la mayoría calificada mencionada.
En auxilio de Monzó se sumaron la diputada Elisa Carrió y el cordobés Mario Negri. La chaqueña sostuvo que el reglamento fija la exigencia de dos tercios “en defensa de las minorías para que las mayorías circunstanciales no puedan sorprender con sesiones especiales con temas que no están en conocimiento de toda la Cámara”. Negri, jefe del interbloque Cambiemos, afirmó: “El reglamento es taxativo. Acá se lo está queriendo descuartizar”.
Desde la oposición, los argumentos que se levantaron fueron varios. El principal fue que la sesión no es ordinaria sino especial. “El reglamento de la Cámara no puede obstruir el funcionamiento del cuerpo”, agregó Camaño. La kirchnerista Diana Conti coincidió: “El reglamento no puede impedir que cumplamos con nuestra manda constitucional. Además, las comisiones, que son las que deben dictaminar, son asesoras, de ninguna manera pueden tener más importancia que el cuerpo”.
La oposición también aunó fuerzas para reclamar la interpelación en el recinto de Aranguren. Atento a esta presión, el jefe del interbloque oficialista, Negri, propuso para descomprimir que se invite al polémico ministro al plenario de las comisiones (Energía, Presupuesto, Defensa del Consumidor y Obras Públicas), una instancia menos traumática que la comparecencia en el recinto. “Hace 20 años que este Congreso no interpela a un ministro, el último caso fue Domingo Cavallo en 1996. Si les gusta la política espectáculo, en las comisiones tendrán 20 cámaras de TV durante 20 horas”, dijo el cordobés radical a los opositores.
Cuando entendió que se había agotado el debate, Monzó reclamó que se votara, pero con la exigencia de que la oposición reuniera los dos tercios. Esto generó un griterío desde las bancas y los presidentes de los bloques opositores -conscientes de no poder reunir ese requisito- salieron eyectados desde sus asientos hasta el centro del hemiciclo donde estaba Monzó conduciendo la sesión.
Los reclamos y negociaciones provocaron que la sesión se frenara. Debido a esto, Monzó llamó a una reunión en una sala contigua a los presidentes de los bloques opositores. En este conclave, que duró media hora, se acordó que los opositores pudieran seguir haciendo uso de la palabra. Pero avisó que, al momento de la votación, el oficialismo insistirá con que la oposición reúna dos tercios, una mayoría calificada que está lejos de su alcance.
El desenlace que se presume es que los proyectos deberán seguir el trámite regular en las comisiones, que a su vez podrán escuchar las explicaciones del ministro Aranguren, esta vez citado también por el oficialismo.