Inevitablemente, en el gobierno provincial tienen que seguir atentamente el rumbo de la economía y, principalmente, el impacto del ajuste que debe afrontar el Estado para acomodarse a los requerimientos del Fondo Monetario Internacional.
En ese contexto, y luego de que la Nación aceptara atenuar las expectativas provinciales absorbiendo una mayor parte del ahorro previsto para 2019 (inicialmente el gobierno de Macri planteaba un 50 por ciento para la Nación y otro tanto para las provincias en su conjunto), se supo por versiones periodísticas que Mendoza debería recortar unos 3.800 millones de pesos.
En realidad el importante monto sería descontado del porcentaje de la coparticipación para la provincia.
Los semestres han generado expectativas desde que Cambiemos es gobierno. En esta oportunidad, la segunda parte del año se presenta problemática en lo económico y, como lógica consecuencia, riesgosa desde el punto de vista electoral por aquello de la percepción que la gente tiene de sus gobernantes según las instancias que éstos deben sortear pero principalmente por cómo se siente la situación general en la economía doméstica.
Ni los buenos augurios que dejó ayer la titular del Fondo, Christine Lagarde en sus primeras declaraciones en Buenos Aires, le dan seguridad a las provincias de que las cosas van a ser más accesibles.
No en vano Cornejo viene afirmando que el respaldo absoluto al modelo político y económico del gobierno de Macri no significa dejar de estimar, como lo hizo hace varios días, que el pretendido ajuste en un contexto recesivo como el que se avecina es lo mejor.
La política doméstica. Mientras tanto, un reciente contrapunto mediático blanqueó las diferencias que generan las aspiraciones de Cobos de figurar entre los anotados para 2019.
En realidad, quedó más expuesto un grupo de cornejistas molestos con el senador nacional. Están los que dicen no tolerar que Cobos pretenda adelantar los tiempos, como sostuvo Néstor Majul, aunque lo que hizo aquél fue sólo recurrir a su tradicional habilidad en el manejo de los misterios, posiblemente en homenaje a los diez años de su voto contra la Resolución 125, que justamente se cumplieron en estos días.
Pero también hay una elocuencia: las mediciones que se realizan en la provincia siguen ubicando al ex gobernador en un lugar destacado, junto al macrista Omar De Marchi, relegando a importante distancia a quienes están anotados del lado del cornejismo.
En nombre de los más cercanos a Cobos, el intendente de Junín, Mario Abed, conciliador pero enérgico ante las críticas de cornejistas, defendió los “títulos logrados” por Julio Cobos en su trayectoria política y pretendió aclarar que éste “simplemente contestó a una posibilidad de ser candidato.
Eso no tiene por qué afectar al partido; él está habilitado como tantos otros a medirse", señaló a Los Andes.
Tanto Cobos como quienes pertenecen al elenco de Cornejo coinciden en señalar que lo que resta de este año no es propicio para aventurar candidaturas.
Sin embargo, en la práctica las partidas ya se están jugando. Es evidente que en Mendoza, donde no hay reelección inmediata, la puja por suceder al gobernador de turno suele ser tentadora, en especial cuando el jefe político del oficialismo, generalmente el titular del Ejecutivo, no tiene asegurada a la persona que él pueda promover.
Aseguran que Cornejo pidió a los suyos y a los que están más cerca de otros precandidatos, como Cobos, mesura y tolerancia para no generar un escándalo innecesario en estos momentos.
De todos modos, no cayó bien entre radicales que están “en el medio”, es decir, balanceando entre el poder de Cornejo y las aspiraciones de otros dirigentes, que “invocando el nombre del Gobernador” algunos dirigentes se expresaran con furia contra Cobos.
“Cornejo habitualmente no necesita voceros”, señalaron.
Al cruce entre cornejistas y cobistas le siguió, sobre el final de la semana, un almuerzo de dos horas, a solas, entre el Gobernador y el intendente De Marchi, en la residencia oficial, para hablar de aspectos de la gestión y, según lo que se informó oficialmente desde el Pro local, coincidir en la necesidad de sostener a Cambiemos en el orden nacional y a Cambia Mendoza en el plano local.
Esto se traduce en el alineamiento nacional con Macri y provincial con Cornejo, inspirador del frente que gobierna en la provincia. Una reunión extensa que fue muy valorada por el jefe departamental en virtud de la siempre apretada agenda del Gobernador.
La situación de De Marchi en el espacio oficialista es muy particular. Es el claro representante del macrismo a nivel provincial y ha logrado que su partido, Pro, crezca bastante en Mendoza en poco tiempo.
Su válida pretensión de competir por la sucesión de Cornejo lo sitúa en un camino para nada despejado, en el que compiten mayoritariamente radicales que en algunos casos están en sintonía plena con el Gobernador o que, como en el caso de Julio Cobos, tantean el terreno para ver qué posibilidades de éxito tienen.
En virtud de la concordia que piden desde el macrismo nacional a la hora de pensar en las candidaturas, pese a saber que cuenta con explícito respaldo del Pro a nivel nacional, De Marchi aparece para varios observadores del día a día político local como el más proclive a algún tipo de acuerdo para definir listas y postulaciones locales y nacionales para el año próximo.
Por ahora Cornejo no pretende negociar la precandidatura a gobernador con la que Cambia Mendoza irá a las PASO. A partir de ahí todo se podría conversar, según algunas fuentes. En ese posible marco de negociación puede estar incluida la fórmula provincial (el número 2) como ministerios y, obviamente, lugares en la lista nacional de diputados.
Las encuestas seguirán dando su aporte y seguramente llevarán a Cornejo a efectuar los cambios o retoques en la estrategia que estime convenientes.
En mayor o menor medida, los sondeos que se realizan en la provincia demuestran que los problemas económicos derivados de la inestabilidad nacional repercuten en la consideración ciudadana de las gestiones locales.
Pero muchos coinciden en que “falta mucho tiempo” de acuerdo con las características tiempiestas del Gobernador.
En política suele afirmarse que cuando las posibilidades electorales son buenas, generalmente hay varios interesados en competir por los cargos que se ponen en juego.
¿Será ese el caso del oficialismo mendocino? A Cobos lo respaldan los resultados de las últimas elecciones, que lo tuvieron como gran protagonista.
En 2013, cuando comenzó a acentuarse el derrumbe del kirchnerismo, su sola presencia le valió para llegar con notable respaldo a su banca de diputado nacional.
En 2015 fue leal compañero de campaña para la elección de Cornejo y en 2017 reforzó la buena calificación del gobierno provincial con su postulación ahora para el Senado nacional.
Una posible interna plantea las dudas de cómo organizaría Cobos su campaña sin contar con la sólida estructura del cornejismo.
Debe tenerse en cuenta que el hoy gobernador, más allá de haber sido funcionario suyo, fue el gran operador político que sostuvo la imagen cercana a la gente que siempre tuvo el actual senador nacional.
Más allá de conjeturas, el oficialismo mueve sus piezas en una suerte de convite para que la oposición empiece a mostrar sus recursos.