Tandil, tierra de picadas y aventuras

Las sierras bonaerenses son tierra fértil para el turismo aventura y la religión. Una ciudad pujante que conserva su patrimonio y ofrece un menú variado, donde sobresalen los tentadores chacinados.

Tandil, tierra de picadas y aventuras

El 12, el Indio Solari llegó a Tandil, para rockear en este paraje enmarcado en el suave y armónico paisaje que dibujan las sierras del sistema de Tandilia, arastrando su procesión rockera sin parangón. Pero la localidad, que si hablamos de procesiones sabe de qué se trata, no se encogió. Tandil es reconocido por ser uno de los sitios más visitados durante Semana Santa.

A partir del 18 de marzo, fieles de todo el país y resto del mundo peregrinarán en masa al Monte Calvario, remplazando el misticismo ricotero por el religioso. Según se afirma por acá, este Calvario es el tercero en importancia a nivel mundial. Tiene diecisiete conjuntos de esculturas que ilustran el vía Crucis, y una escalinata de 195 peldaños que culminan en la figura de un Cristo monumental. Es uno de los circuitos religiosos más llamativos y relevantes para los creyentes de todo el continente americano.

Pero también es aventura, gastronomía, y patrimonio. Además, claro, es muy popular por la mítica Piedra Movediza, que se cayó hace mucho ya, allá por 1912. Pero a pesar del paso del tiempo, la fama de Tandil creció, en gran medida, gracias a esta roca-ícono. En 2007 una réplica fueemplazada en el mismo lugar donde finalmente perdió su llamativo punto de equilibrio. En el pico del complejo turístico donde también están los trozos de la piedra original se puede disfrutar de una buena vista de parte de la ciudad y alrededores.

De quesos y picadas

Ubicado en el centro de la provincia de Buenos Aires, a cuatro horas de Capital y a dos de Mar del Plata (la referencia vale para los que van a la costa atlántica con frecuencia). La ciudad, de 130 mil habitantes, está encajonada entre un conjunto de macizos erosionados que no superan los 500 metros de altura, y es la que ostenta las montañas más altas de todo este sistema que se extiende hasta el mar, con picos menores en la Sierra de los Padres y la Sierra de la Ventana.

La ciudad es reconocida por su gran producción de chacinados, sobre todo los salames: Tandil es denominación de origen y sinónimo de excelente calidad, con marcas líderes que exportan a todo el mundo y que mantienen, sin embargo, una producción artesanal. Todo comenzó con los inmigrantes italianos y españoles que encontraron por aquí características similares al clima de su tierra, y comenzaron a perpetuar la tradición de sus chacinados, de generación en generación.

Para comprobarlo, basta darse una vuelta por Época de Quesos, una vieja casona de 1860 que funcionó primero antigua posta; desde 1920 a 1970 como almacén de Ramos Generales para cerrar en 1970 y permanecer como una tapera hasta 1990, cuando finalmente abrió como el local que es hoy: uno de los mejores y más autóctonos para picadas, y otras delicias de la cocina regional.

El Patrimonio arquitectónico

"Acá no tenés estilo puro en los edificios -señala de arranque Magdalena Conti, coordinadora de Patrimonio Cultural y Archivo Histórico-. La iglesia es ecléctica, tiene algo del renacimiento pero mucho de la época medieval. No creció como el proyecto original, porque el carillón, que vino de Alemania en 1930, no entraba, y hubo que alterar el proyecto y romper el techo".

La Iglesia también tiene influencia gótica en los pináculos y una virgen llamativa. "Es una mujer muy joven, tiene los hombros descubiertos y se le ve el cabello, algo que no es habitual", detalla la guía mientras caminamos por la plaza principal, que está rodeada de los edificios más emblemáticos de la ciudad. El patrimonio histórico del siglo XIX y comienzos del XX de la urbe permanece muy bien conservado.

El Palacio Municipal es de estilo neoclásico con influencia francesa, que tenía a su lado el antiguo Banco Hipotecario, donde hoy funcionan oficinas municipales. Al lado de la Iglesia está la Escuela Normal, que tiene más de 150 años de antigüedad. "Hay que pensar como la legislación y la economía iban de la mano. En una manzana tenemos lo religioso con lo educativo, y en la otra la parte administrativa y el banco. De esta manera vemos la ciudad que Tandil estaba buscando", explica Conti.

En la plaza, alrededor de la pirámide, hay un conjunto de estatuas. Son cuatro esculturas de mujeres, doradas y de pequeño porte que fueron traídas por el ex intendente Ramón Santamarina, quien en 1934 compró para sus estancias estas réplicas de los originales que se habían hecho para la gran exposición universal en Francia, y que luego las donó al poblado.

"Es la plaza que tiene el mayor conjunto de esculturas de procedencia francesa en un mismo espacio público, en todo el país y toda América", apunta Conti como dato curioso.

En otra esquina de la plaza la Casa Manochi, una de las más antiguas y bellas hoy transformada en la Casa de la Cultura.

Aventuras en el centinela y el picapedrero

"Las personas no sólo quieren venir a ver el paisaje. Quieren agarrar una bici, subirse a la aerosilla, hacer tirolesa, quieren vivirlo. No pretendemos ser Mar del Plata ni Córdoba, no queremos perder la esencia, y la esencia es el sentido de pueblo. Queremos ser buenos anfitriones", afirma el director de Turismo, Alejandro Bonadeo. "Antes, eran tres o cuatro momentos de estacionalidad -continúa-. Hoy, sea fin de semana largo o normal, siempre tenemos actividades ligadas a lo deportivo y a lo cultural".

La propuesta aventurera de Tandil tiene matices extremos y familiares, desde el Valle del Picapedrero al Complejo del Cerro Centinela. Ambos funcionaron mucho tiempo como canteras, sobre todo a principios del siglo pasado, ya que en esta región se instalaron picapedreros que venían de Europa, y es de aquella inmigración que surge la explotación de piedra y granito en toda la zona que terminó revistiendo muchas calles, incluso del centro porteño y otras ciudades del interior.

Hubo por aquí una gran cantidad de canteras con extracción a cielo abierto, pero hoy ya no se puede extraer más en los alrededores. Era un oficio artesanal, que algunos inmigrantes supieron transmitir a las generaciones que los sucedieron.

Hoy, en el Valle Picapedrero, funciona un emprendimiento de turismo aventura. Caminando por la sierra, todavía se pueden ver las marcas en la piedras de la época en que funcionaba la cantera.

En el complejo hay un circuito con paredes de escalada, bajadas en rappel, tirolesas y un puente tibetano. La pared del cerro Aurora es una de las preferidas por los escaladores dada su abrupta caída. Los guías son todos profesores de educación física especializados en montañismo.

Otro de los sitios para la aventura es el complejo del Cerro Centinela, un buen plan para pasar el día en familia. En este complejo abierto en 1995 también trabajaron arduamente los picapedreros y está custodiado por otra de las piedras icónicas de Tandil: El Centinela. Se pueden hacer cabalagatas y mountain bike; rappel y escalada; hay toboganes de agua y un paintball.

El Camino del Aventurero es un circuito en el que hay que atravesar puentes de cuerdas y de troncos, una laguna caminando sobre una red y otros obstáculos que se ubican con brújulas. Además, en el cerro tienen la única aerosilla de la provincia de Buenos Aires. Se trata de un recorrido de un extremo al otro del cerro, de diez minutos, que finaliza en una confitería y mirador.

Para la pausa del mediodía, el Parador tiene una excelente propuesta gastronómica. Es un pintoresco rancho de adobe, donde se puede degustar, como no, una gran tabla de picadas, pero también una buena oferta en platos regionales, suculentos asados y repostería y dulcería serrana.

Luego de un día ajetreado, queda por ver el atardecer en un punto panorámico con vista al lago Fuerte, donde hay un viejo tanque de agua al que le pusieron aspas, como si fuera un molino, y que disparó la idea de construir sendas estatuas de Don Quijote y Sancho Panza, completando el panorama y erigiendo así un monumento a la literatura en el corazón de las sierras bonaerenses.

Información

Dónde dormir
Colinas Serranas-Ruta 226 Km 161 Paraje El Paraíso
www.colinasserranas.com.ar. Tel. 0249 – 15-4467441

Dónde comer
Restaurante La Cuadra: 14 de Julio y Constitución. Tel: 0249-4428179

Época de Quesos: 14 de Julio 604 esq. San Martín. Tel. (0249) 444-8750 / 444-0267. www.epocadequesos.com 

La Serrana fiambres y regionales: Av. Colón 1231
Tel: 0249-4220818. www.facebook.com/laserrana.tandil

Cata regionales: www.catatandil.com.ar. Tel. 0249 4424354

Actividades

Valle del Picapedrero: www.valledelpicapedrero.com.ar
Tel 0249-4436424 / 15-4340227

Parador Cerro El Centinela
www.cerroelcentinela.com.ar. Tel. 0249 4448933/0249 154631510

Más info: www.tandil.gov.ar

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