Los argentinos inmersos en la coyuntura, a veces mezquina, olvidamos que el desarrollo global sigue, pese a nuestro desánimo.
Por cierto que algunos problemas, como la pobreza, requieren de soluciones urgentes; no alcanza que esta época sea curiosamente más pacífica que el siglo anterior.
Sin embargo, estamos muchísimo mejor que en el siglo II y el progreso continúa aceleradamente.
Federico Kukso, en un interesante trabajo: "Los mejores años de nuestra vida", aporta datos concretos obtenidos de fuentes indubitables (Organización Mundial de la Salud, Global Monitoring Report, Banco Mundial, etc).
En el siglo II el promedio de vida era de 25 años, uno de cada tres bebés morían antes de cumplir un año, a las mujeres las casaban a los 11 años, 20% de la población eran esclavos.
En el siglo XIX la pobreza alcanzaba a 90% de la población y en 1970 se había reducido a 26%, 10% en condiciones de extrema pobreza.
En Argentina de hoy la "esperanza" de vida de las mujeres es de 79 años y los hombres 72. La mortalidad por enfermedad, principal causa, bajó 10% en los últimos 30 años.
En rigor estas mejoras son promedios, pero sirven para poner en contexto al pesimismo.
De cara a la obscena pobreza de algunos argentinos, debemos redoblar los esfuerzos, aquí y ahora.
Como bien sentencia Max Roser, seamos "optimistas racionales" .
Alfredo Gustavo Quaglia
DNI 8.107.096