Los talleres culturales de la Municipalidad de Mendoza son un clásico con todas las letras. Desde hace años son aprovechados por miles de personas en la sede de la vieja estación de trenes Belgrano (lugar que se institucionalizó como la Estación Cultural en 2004), aunque con anterioridad ya se dictaban en la Alameda.
La oferta es por demás variada, con alternativas atípicas como la posibilidad de aprender chino o cantoterapia, esta última la preferida cada vez más por adultos mayores. "No son talleres gratuitos, pero tienen precios muy razonables (empiezan desde los 75 pesos y llegan hasta 350 pesos mensuales) y en algunos de ellos ya no tenemos cupos", destacó la directora de los emprendimientos, Gabriela Benalbaz.
Danza, teatro, plástica, música, fotografía, artesanías, literatura, idiomas y artes marciales son las distintas categorías de los cursos que se pueden tomar, y a su vez estas están divididas en distintas temáticas, ya sea como talleres municipales o particulares.
"Hace 2 semanas empecé el taller y es la primera vez que hago algo así. Pero dibujar es algo que me gusta mucho, desde siempre. Siento que tengo una beta artística que quiero expandirla acá", contó Clara (18), una joven estudiante lasherina que toma justamente clases de dibujo.
Dependiendo de la opción, los talleres tienen una duración anual o cuatrimestral.
"Hace 7 años estoy haciendo cantoterapia y no quiero dejarlo. Porque para mí es terapéutico también. Tengo una alergia bronquial y estuve a punto de tener que usar broncodilatador, pero el canto y los ejercicios respiratorios me han mejorado", contó a su turno Hilda García, alumna de ese taller.
Para todos los gustos
De lunes a sábado, con el cronograma repartido entre las 8 y las 22, las salas de la Estación Cultural (Perú 1.530) se van transformando en distintos escenarios. Así, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la enseñanza de idiomas -está entre los talleres más elegidos- se destacan chino I y II (375 pesos al mes), italiano, portugués I y II (350 pesos) e inglés (300 pesos).
En danza el abanico incluye folclore para adultos, para niños y flamenco (como talleres municipales, a 120 pesos mensuales); mientras que entre los particulares también se encuentra iniciación a la danza, bachata para niños, ritmos caribeños, danzas afro, danza clásica, tango, ritmos latinos y el tan promocionado baile coreano. Estos últimos, por tratarse de talleres particulares son más caros y la cuota mensual oscila entre los 200 y los 300 pesos.
Aquellos interesados en el teatro también tienen su espacio. Bajo la modalidad de municipal, hay talleres para jóvenes y adultos (por 140 pesos mensuales), mientras que éstos también están como particulares (300 pesos) al igual que la comedia musical para niños (250 pesos).
La plástica también está presente con clases de arteterapia, reciclado experimental y plástica para niños -por 120 pesos al mes cada una-, mientras que los interesados puede inscribirse además a pintura artística (250 pesos), pintura al pastel - óleo - acrílico y taller de plástica -técnica mixta- (300 pesos).
"De chico me gustó siempre dibujar y tomé un par de talleres. Pero este es más específico, ya que te enseñan otras técnicas", contó por su parte Darío (38), un artesano maipucino que toma clases de dibujo.
En lo que se refiere a música, por sólo 75 pesos mensuales es posible aprender guitarra y música andina (dentro de los talleres municipales), mientras que las clases particulares de guitarra para niños y de canto tienen un valor de 250 pesos. Aquí también está disponible la cantoterapia -uno de los talleres "vedettes", mientras que con horario a convenir la gente puede aprender guitarra (clásica y eléctrica) y batería.
El rubro que más opciones presenta es el de las artesanías. Aquí se ofrece arte textil, macramé, papel maché, porcelana en frío y repostería por 120 pesos al mes. Con una cuota un poco más alta, también se enseña repostería y porcelana en frío, crochet y tejido dos agujas, cestería ecológica, arte europeo, encuadernación, serigrafía, marroquinería y costura.
Los talleres de literatura, por otra parte, incluyen uno literario (a 200 pesos), uno de introducción al diseño gráfico (250 pesos) y otro de historieta. Dentro de las artes marciales se destacan Taichi (350 pesos), Yoga y Taekwondo (250 pesos ambos).
"Están destinados para chicos a partir de 6 años y no hay una edad límite, sino que es hasta que uno quiera o pueda venir", acotó Benalbaz.
Cualquiera puede cantar
No sólo es uno de los talleres más elegidos, sino que es una actividad que ha crecido mucho durante los últimos años (sobre todos en aquellos y aquellas que ya peinan algunas canas). Se trata de la cantoterapia, o -hablando en lenguaje más familiar- de un taller para aprender técnicas básicas de canto y ser feliz sacándose las ganas de cantar.
"Hay una enciclopedia de la música que sostiene que cuando Dios expulsó a Adán del Paraíso, además de condenarlo a tener que trabajar, le dijo que no iba a tener nunca más música que lo acompañe. Y según esta misma bibliografía, un ángel le dijo a Dios que era mucho.
Es que la música nos acompaña a todos lados y siempre queremos cantar, aunque nos salga mal. Porque nos hace bien", destacó Alberto Caparotta, quien dicta este taller en Ciudad y quien celebró sus 75 años haciendo lo que más le gusta: dando clases y cantando.
"Yo veía que mucha gente que quería cantar se iba frustrada, entonces empecé con la cantoterapia y actualmente se dicta en 26 centros de jubilado y hay más de 300 personas que cantan", destacó el instructor.
"Los viejos le ponemos la vida. Queremos ser felices y esa alegría la dejamos en cada actuación. Además trae beneficios para la salud. Nosotros teníamos un señor con cáncer de colon desde 2008 y empezó a ir a cantoterapia. Falleció el año pasado y la mujer no dejó de ir, porque lo disfruta y sabe lo bien que le hizo a su marido", siguió Caparotta.
"Empecé hace 6 años porque el médico me dijo que tenía muy tomado el pulmón -yo fumaba mucho-. Pero mejoré, y también salí de una fuerte depresión en la que estuve", destacó por su parte Beatriz, de El Bermejo.
"Es un grupo muy unido, te enamorás. Yo empecé porque tenía hiatus y aprendí a manejar la respiración, a desarrollar la voz. Soy docente de matemática, pero estoy pensando seriamente en dar clases de música y dejar las ciencias exactas", contó entre risas Analía.