Tal como parece ser el denominador común de la AmeriCup, la selección argentina es otra más de las que decidió apostar por la renovación.
En realidad se profundizó una idea que ya se fue gestando en las últimas competencias internacionales. La edad promedio del plantel es de 24,3 años y, exceptuando a Luis Scola y sus 37, el más grande sería Nico Laprovittola con 27 años. No solamente la edad es un factor relevante y que permite generar expectativas positivas de cara al futuro, sino que también la altura juega a favor de este equipo que formará parte de la AmeriCup: 1,97 metro de media. Quienes levantan el promedio son los internos elegidos por Sergio Hernández. Se trata de Marcos Delía (2,09 metros), Luis Scola, Javier Saiz y Tayavek Gallizzi (los tres con 2,06 m).
La preparación argentina constó de cinco partidos y la labor de los jugadores interiores fue de menor a mayor, tal como le sucedió al equipo en general. Los puntos de mejoría fueron varios desde el primer partido en Uruguay hasta el triunfo ante Brasil, que les permitió consagrarse como los campeones del Súper 4. Pero en lo que se subió de nivel fue en el trabajo defensivo y en el aumento de tiempo en que el equipo se mantuvo intenso y agresivo.
Tras haber disputado cinco partidos el récord finalizó de manera favorable 4-1, lo que permite crear otro clima en el día a día y también acostumbrar al nuevo grupo de chicos a acostumbrarse a lo que significa ganar con la selección. Entre ellos, quienes debutarán oficialmente en la AmeriCup son Máximo Fjellerup (19 años y 1,96 metro) y Lucio Redivo (23 años y 1,83 metro), dos grandes promesas del básquet argentino que se han ganado un lugar en base a sus buenos rendimientos.
Lo negativo: las lesiones de Scola (jugaría sólo el final four), Garino y Vildoza.
Otro punto positivo: la proyección internacional, ya que es fundamental para pegar el salto de calidad. Hay material. Se pude soñar. Basquetplus