Los accidentes domésticos en niños menores de 5 años son algo bastante común que preocupa a los pediatras. El equipo de Neumonología del hospital Notti está particularmente atento al notorio aumento de casos de obstrucciones, es decir elementos que ingresan por la boca pero terminan en las vías respiratorias. Explicaron que han notado un incremento drástico los últimos meses: pasaron de atender un caso por mes a uno por semana e incluso han llegado a presentarse dos en una misma noche, tal cual destacó la jefa del servicio, Ana Lores. Desde enero hasta fines de setiembre se realizaron 100 procedimientos de extracción, lo que se denomina fibrobroncoscopía.
“Son accidentes en los que puede correr riesgo la vida del niño y, si no se diagnostica, se puede desarrollar neumonitis química”, señaló la médica.
Lo que más les ha llamado la atención es el aumento de ahogos con talco en niños pequeños. Éste suele ocurrir cuando se da a los niños el envase para entretenerlos. Cuando no está bien cerrado, termina abriéndose y el niño aspira el talco. Según explicó Lores, esto es muy grave para los pulmones porque se forma una especie de “masa”.
Otro producto por el que se han presentado muchos casos es el maní, algo muy común en niños de 3 y 4 años. Como es un elemento muy pequeño no debería darse a menores de 6 años. La profesional del Notti señaló que se vende en los quioscos de los colegios o está presente en las mesas de los cumpleaños: “Lo que pasa es que los niños no los comen de a uno si no que sacan un puñado y se lo meten todo en la boca”.
La situación se complica porque el maní contiene un aceite que puede provocar un cuadro “gravísimo” de neumonía química debido a la reacción que esta sustancia provoca en el pulmón.
El neumonólogo Eduardo Lemos -miembro del equipo de guardias pasivas de cuerpos extraños del hospital pediátrico- detalló que si bien el procedimiento es sencillo, en el caso del maní se complica porque los niños lo han masticado, por lo que hay que rastrear los pequeños trozos en las vías respiratorias y los pulmones.
Riesgo de vida
Si de alimentos se trata, helados que contengan frutas secas, pipas, tutuca o semillas como las de la mandarina, pueden transformarse en un problema si no se tiene particular cuidado.
Lores dijo que lo ideal es no darles cosas pequeñas hasta que desarrollen bien la dentadura. Pero hay otros productos que pueden resultar de riesgo: juguetes pequeños o que se desarman, como por ejemplo volantes o ruedas de autos. Entre las niñas también se debe tener precaución con los elementos para armar bijouterie, como perlitas, pelotitas o ganchitos. “En el caso de los alfileres, a veces los usan las maestras en los jardines, los sostienen con la boca y luego los niños las imitan. Hemos sacado hasta clavos”, mencionó la jefa de Neumonología del Notti.
Los niños, además, pueden ir caminando mientras comen o con algún objeto en la boca, caerse, golpearse o ser empujados, y es entonces cuando se produce la aspiración que provoca graves consecuencias si no se actúa a tiempo.
El ámbito donde generalmente ocurren estos accidentes es el hogar pero la escuela no está exenta. Entre personas más grandes también puede ocurrir: capuchones de biromes o la parte superior del portaminas son los casos más comunes. Lores relató que han tenido que hacer procedimientos hasta en chicos de 15 años.
Es mayormente a partir de los 18 meses de edad que aparecen con más frecuencia estos casos, pero la profesional destacó que por los accidentes con talco ha bajado mucho la edad: se están presentando a partir de los 6 meses.
Como los niños son curiosos entonces suelen tomar todo tipo de elementos, A veces los introducen en la nariz pero esto reviste menos riesgo, ya que puede extraerse fácilmente. Pero cuando ingresa por las vías respiratorias el ahogo puede ser tal que impida el paso de aire y corra riesgo la vida.