La Presidenta dio un implícito aval a los ataques contra el socialismo, el radicalismo y el macrismo que lanzó el diputado oficialista Andrés "Cuervo" Larroque durante el debate de la ley que aprobó el voto opcional de los jóvenes de 16 y 17 años y que ayer merecieron un amplísimo repudio de legisladores y dirigentes de la oposición.
Las afirmaciones de Cristina Fernández apuntaron a reafirmar la vigencia de la libertad de expresión, durante un acto en la Casa Rosada en el que entregó el nuevo DNI número 20 millones y anunció la promulgación de la ley del "voto joven". Pero sus dichos bien pueden entenderse como un respaldo tácito al comportamiento de Larroque. Sugestivamente, el diputado y dirigente de La Cámpora no estuvo ayer en el acto, cuando es habitual que lo haga siempre en la primera fila de los invitados.
"Todo se hace en un clima de democracia y de absoluta libertad de expresión, donde cada argentino dice lo que le da la gana y a mí me encanta vivir en un país así", dijo la Presidenta. Y agregó: "Ahora se escuchan cada vez más voces y todas las voces tienen derecho a expresarse, a decir lo que se siente y a no ofenderse nadie. Porque la verdad es que si alguien tendría que ofenderse por las cosas que se dicen, creo que estoy primera en la fila con el derecho a la ofensa".
Anteanoche, sobre el final del debate, Larroque lanzó furibundos ataques a la oposición: calificó de "narcosocialismo" al partido de Hermes Binner por la supuesta relación del jefe policial de Santa Fe con narcotraficantes; descalificó a los radicales al decir que "no pueden gestionar ni una calesita", y sostuvo que el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, "desprecia al pueblo". Como remate, al conjunto de los opositores los tildó de "esclavos de las corporaciones". De inmediato, los diputados opositores, muchos de los cuales iban a apoyar el "voto joven", se retiraron en pleno de la Cámara.
Ayer, de manera oficial, el interbloque de diputados del Frente Amplio Progresista (FAP), que el año pasado tuvo a Binner como candidato presidencial, exigió a las autoridades de la Cámara y del bloque oficialista la "rectificación" y el "desagravio" por los ataques del dirigente camporista. "El diputado Larroque ha roto las reglas de convivencia democrática del Parlamento, con acusaciones tan graves como disparatadas e intolerables", aseguraron en una declaración sus integrantes y agregaron que "existe por detrás de la infamia, la intolerancia de los débiles de razones y la clara conducta de los autoritarios".
Blanco principal del ataque, Binner le salió al cruce al afirmar que ante un problema nacional como el narcotráfico, el Gobierno, "en vez de unirse a nosotros en esta lucha, sólo intenta sacar rédito político con insultos y calumnias". Desde ese mismo sector, la diputada socialista Alicia Ciciliani sostuvo que el ataque de "una fuerza política que perdió el rumbo" buscó desprestigiar a Binner y a la coalición socialista-radical que gobierna Santa Fe.
El jefe de Gabinete del gobierno de Macri, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que la actitud del legislador kirchnerista "fue una falta de respeto para todo el pueblo argentino", en tanto la diputada macrista Laura Alonso consideró que el referente de La Cámpora, "más que cuervo, es Herminio (Iglesias) sin cajón", en alusión al candidato a gobernador bonaerense del PJ que en las elecciones de 1983 le prendió fuego a un ataúd.
