Diciembre termina con noticias impactantes en materia de recursos hídricos, cuidado del ambiente y avances y retrocesos en el campo de la salud.
En este último aspecto podemos citar que distintos programas sanitarios se han cumplido y avanzado, que casi está controlado el uso de la pirotecnia en el territorio y que a la red de hospitales se ha sumado uno más con la puesta en servicio de la primera parte del nosocomio de Luján de Cuyo, en Perdriel, sobre el Acceso Sur, establecimiento que sin embargo deberá seguir en obra hasta completar el proyecto definitivo, de 4.500 m2 cubiertos, frente a los 1.100 m que están en uso ahora.
Una noticia francamente negativa en el campo sanitario fue la que dio este diario el sábado 7 de diciembre, al revelar que más de un cuarto de los habitantes mayores de 18 años consume tabaco. O lo que es lo mismo: la provincia es la segunda del país entre las que más se fuma.
Así que expresa la IV Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada por el Ministerio de Salud de la Nación con datos de 2018. El ranking de fumadores por provincia lo encabeza Santa Cruz, con 27,1%; le sigue nuestro terruño con 26,8%, casi en igualdad de condiciones con Córdoba (26,7%). Una clasificación de la que debemos salir lo más rápido posible.
En general la mayoría de los que consume apela a los cigarrillos de paquetes o por unidad, pero también hay nuevas formas de intoxicación a través de los cigarrillos electrónicos y vapeadores, que conforman una verdadera amenaza, según estableció el doctor Alfredo Morán, integrante del Programa de Cesación Tabáquica de Mendoza.
Fumar, lo sabe el que practica el hábito y el que no lo hace también, produce tantos trastornos de salud, algunos irreversibles, que describirlos nos tomaría prácticamente buena parte del espacio dedicado a este comentario. Baste señalar –con el asesoramiento de la neumonóloga del Hospital Central, Sabrina Álvarez-, algunas de las patologías posibles: ACV, infarto, arterioesclerosis, aumento de la presión arterial y frecuencia cardíaca, tumores de mediastino, aneurisma de aorta, cáncer de mama, tiroides, enfisema, EPOC, bronquitis crónica, infecciones respiratorias. La lista continúa.
Es así que se pierden cada año en el país 825.000 años de vida saludables y este “placer” se lleva la vida de 40.000 personas por año, siendo además la primera causa de muerte “prevenible”.
Aunque la salud y mantener vivos a quienes consumen tabaco es la prioridad para el equipo médico, no se pueden soslayar los costos de atención de esta peligrosa rutina: en 2018, más de 30 millones de pesos se invirtieron en atender enfermedades producidas por el tabaco (esto supera ampliamente lo que dejan las tabacaleras en impuestos), además debe sumarse el costo de bolsillo de los consumidores. Se trata, en resumen, del 15% del gasto en atención médica.
La esperanza entonces es arrebatar a los adolescentes de esta nociva práctica y generar todas las medidas necesarias para que los jóvenes se alejen de estos hábitos.
Hay que destacar las buenas campañas de muchas obras sociales para que el ciudadano se libre de este vicio que tanto daño le produce al consumidor tanto activo como pasivo y debe auspiciarse y promoverse el ejercicio pleno, con reglamentaciones de por medio, de varias normas útiles que deben ser más utilizadas, como el Convenio marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), el Programa Nacional de Control de Tabaco (2006) y la ley nacional 26.687 de control del tabaco. Mendoza también aporta diversas normativas.
El desafío de todos es que la provincia salga de manera urgente de ese incómodo segundo lugar del ranking de las provincias que más fuman en el país, posición que no nos trae ningún beneficio, y sí muchas penurias.