El próximo miércoles, entre las 8 y las 18, más de 20 mil afiliados al Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE) estarán en condiciones de votar una nueva comisión directiva.
Se trata de la elección gremial más numerosa, que decidirá la conducción de un sindicato que representa a 15.384 docentes y celadores en actividad y a 5.292 jubilados, pero cuya actividad suele recaer en las condiciones laborales de más de 60 mil educadores de toda la provincia.
Un gremio altamente politizado, con tres listas en competencia en una votación que a priori se presenta como la más pareja de los últimos años. La Celeste, oficialista, recurrentemente acusada de ser "amiga del Gobierno" y que ha visto decaer su influencia en los afiliados.
La Lila, opositora, denunciada de tener "acuerdos políticos" con el referente de Unidos y Organizados, Guillermo Carmona, y el presidente radical, Alfredo Cornejo. Y el Frente de Recuperación, integrado por un abanico multicolor de agrupaciones, entre la que se destaca la Marrón, vinculada a sectores de izquierda.
Todas luchando por conducir un sindicato que suele estar en el tapete de la escena social no sólo por el rol de los educadores, sino porque sus paritarias son altamente movilizantes, ya sea por acuerdos salariales o por el tratamiento de temas vitales, como el brote de violencia contra los docentes en los establecimientos escolares.
Por eso lo que se juega el miércoles no es una simple carrera por conducir el gremio. Se juega uno de los espacios de poder más deseables para cualquier aspirante.
Lo demostró el anterior secretario general a la actual conducción, Gustavo Maure, que no sólo recaló en el gremio nacional la CTERA, sino que hasta llegó al máximo nivel referencial de Kolina, partido liderado en el país por Alicia Kirchner.
También lo demuestra el actual jefe gremial, Javier Guevara, que ya confesó que su sector también buscará posicionarse en la CTERA, al finalizar esta tarea.
Un ámbito de poder con alta virulencia en posturas y campañas. Con marchas paralelas cuando se hacen reclamos sectoriales, como más de una vez hizo alguna agrupación. Con plenarios polémicos y tensionados cuando de tomar decisiones se trata, en los que alguna vez hasta se llegó a los forcejeos para impedir el ingreso de militantes.
O con denuncias de intentos de fraude para la votación, como la que los opositores hicieron días atrás a partir de una conversación de Facebook entre dos docentes "oficialistas" que hablaban de "qué trampilla" se podía ingeniar, algo que finalmente fue desestimado.
Por eso no pocos especulan con un final parejo, similar a lo sucedido en 2010, cuando la Celeste ganó con 34% de los votos, frente al 30% de la Lila y 20% de la Marrón. Por eso todos estarán atentos al resultado que, según la titular de la Junta Electoral, María Elena Lucero, se dará a conocer recién a las 22 del miércoles, porque "se busca un dato exacto".