El flamante barrio SUTE Centenario fue inaugurado el pasado 12 de agosto por lo que, haciendo una comparación, se podría decir que está comenzando jardín de infantes ya que está dando sus primeros pasos como tal.
Para llegar a estas diez viviendas primero hay que atravesar el barrio Docente y recorrer esa zona repleta de árboles hasta vislumbrar las casas nuevas de color gris que brillan bajo el intenso sol de octubre.
Ubicado entre Gervasio Ortiz y Mariano Moreno, al noroeste de la Ciudad de General Alvear, el barrio SUTE Centenario está ocupado íntegramente por trabajadores de la educación y consta de diez viviendas que son parte de otras 275 que el sindicato logró en las paritarias del 2009, a General Alvear le tocó un número de ocho viviendas por la cantidad de afiliados con los que cuenta, pero se redondeó a diez y finalmente tras dos licitaciones el barrio se puso en construcción.
El estilo de las viviendas es la estándar del IPV y cada una cuenta con dos habitaciones, baño y cocina comedor, al momento de ser entregadas no contaban con piso ni pintura por lo que algunos de los vecinos remodelaron antes de instalarse en sus flamantes hogares aunque otros prefirieron realizar algunas otras obras que tienen que ver con la construcción de medianeras o ampliación de las mismas antes de irse a vivir allí.
Por esta opción de ampliación o mejoras es que actualmente hay dos viviendas que todavía no han sido ocupadas por sus propietarios ya que están construyendo.
En total hay unas veinte personas que viven en el barrio, la mayoría adultos aunque también hay algunos pequeños que aprovechan el escaso tránsito para jugar a la pelota en las calles de tierra o se acercan a la plaza del barrio Docente, que es el más próximo junto con el CEC VI, éste último aún está en construcción.
"En Alvear pasó algo muy particular porque en otros puntos de la provincia los barrios del SUTE están ocupados por un 70% de docentes y un 30% de celadores, sin embargo acá es un 50 y 50 ya que hay cinco personas que son celadores y cinco que son docentes", cuenta Javier Viñolo quien además de vivir en el barrio también es delegado de Acción Social del sindicato.
"Cuando se abrieron las inscripciones para que los afiliados se inscribieran solamente se anotaron dieciocho personas porque había mucho descreimiento de que el sindicato fuera a construir un barrio, pero después se pudo conseguir el terreno, ya que en General Alvear no hay terrenos fiscales que puedan ser cedidos por el municipio para la construcción de barrios, y finalmente se pudo concretar", agregó.
La construcción del barrio se hizo en un período corto, en 2009 se logró en paritarias y el 14 de agosto de 2014, en coincidencia con el mes del centenario de General Alvear, se entregaron las viviendas, a pesar de que hubo una licitación complicada ya que "al principio se habían presentado tres empresas pero sufrieron impugnaciones entre ellas mismas por lo que tuvo que haber una nueva licitación, que en Alvear era difícil porque tenía que ser con previsión de terrenos, en otros departamentos la comuna donó los terrenos pero acá era imposible porque General Alvear no tiene terrenos fiscales o no son compatibles para la construcción de viviendas".
En una segunda licitación se presentaron dos empresas y aunque había un lote hubo algunas quejas de los delegados locales porque "era al lado de un desagüe, había problemas de olor y con las cloacas, el terreno era muy salino y rompía los cordones, las medianeras y todo, por suerte logramos que se cambiara la ubicación y se construyera el barrio en donde está ahora", resaltó el dirigente gremial.
Los momentos de ocio en el lugar son como los recreos en un colegio local ya que al no contar aún con patios cerrados "cada vez que alguno de los vecinos hace un asado se enteran todos y se empiezan a acercar con alguna gaseosa o una cerveza bien fresca en algunos casos", cuentan entre risas Javier y Miguel Ángel Torres, quienes actualmente viven allí y disfrutan de esos fortuitos momentos que se generan y que ayudan a la unidad.
Si bien reconocen que es una de las prioridades, el hecho de no contar aún con las medianeras para cerrar los patios es una buena forma de conocerse y reunirse, "son momentos divertidos, porque nos juntamos, cuando a alguien le hace falta algo ahí nomás aparece algún vecino para colaborar, lo único que para estacionar un vehículo hay que pasar por los patios de los demás vecinos".
En este incipiente barrio hay pocas necesidades aún, si bien las calles están sin asfaltar, los vecinos no se desesperan, "todavía es muy temprano para reclamar que se asfalte, además son poquitas calles" sin embargo sí esperan que pronto se construyan más viviendas y que el lugar se agrande, "ese es el principal sueño, que hayan más casas y que el barrio crezca" dicen Javier y Miguel Ángel, que por lo pronto disfrutan del lote baldío que se encuentra cerca del SUTE Centenario en donde "un caballo está siempre pastando y llama la atención de los chicos".
Los vecinos del flamante conjunto habitacional ahora están a la espera de la segunda etapa que cumpliría con las expectativas de que el barrio crezca ya que se espera que lleguen veinte casas más, además otro de los sueños es tener algún colegio cerca, "las escuelas están lejos, quedan a varias cuadras, por ahora los chicos van a la Carlos María, a la 70 o a la Azcuénaga, pero el principal sueño es que el barrio se agrande, ese es el desafío número uno, conseguir el lote para que se hagan más viviendas".