Suspendido en el aire: mendocino documentó una hazaña histórica

Con su cámara y colgado del techo, el fotógrafo Bernardo Giménez siguió la escalada en roca del checo Onda en el risco más difícil del mundo, en Noruega.

Suspendido en el aire: mendocino documentó una hazaña histórica

Suspendido de un arnés a metros del suelo en una caverna en Noruega, el fotógrafo mendocino Bernardo Giménez logró la ecuación mágica de su profesión: estar en el lugar preciso en el momento justo. El sitio fue la cueva de Hanshelleren -nueva meca de la escalada deportiva- y la ocasión fue en la mañana del lunes pasado, cuando el escalador checo Adam Ondra superó el tramo decisivo del "risco más difícil del mundo" y marcó un hito histórico en su actividad. 

Giménez suma, a las coordenadas ideales, el hecho de ser la persona indicada para la tarea. Su doble condición de escalador y fotógrafo le ha ganado un nombre propio en la escena internacional de las actividades de montaña. Por eso, Ondra lo convocó para integrar el reducido equipo que se instaló en la costa noruega con el objetivo de completar esta escalada y documentarla en una película de video y en imágenes fijas.

Además, la relación entre atleta y fotógrafo viene desde hace años. "Hemos hecho cosas juntos desde que Adam tenía 15 años (ahora tiene 24), y tuve la suerte de poder participar en este proyecto surrealista", explica el mendocino vía WhatsApp. Para entender a qué se refiere hay que ahondar en la dimensión del logro.

"Project Hard", la ruta que subió Ondra, es una pared de roca natural de sólo 45 metros de alto, pero de una dificultad tal que estableció una categoría nueva, hasta hace poco considerada imposible. Giménez cuenta que el joven checo se preparó durante dos años para este proyecto, trabajó con un osteópata para ganar la flexibilidad extrema que necesitaba y realizó siete viajes a Noruega.

A diferencia del montañismo o las llamadas “grandes paredes”, este tipo de escalada concentra los desafíos en espacios reducidos -generalmente el largo de una cuerda de montaña- pero que requieren una fuerza y destreza descomunales. En el caso de “Project Hard”, parte de la ruta es un “techo”, donde Ondra se movió colgando cabeza abajo, con los pies en una mínima ranura de roca como único apoyo.

Para poder registrar estas complejas maniobras en el mundo vertical, Bernardo Giménez tuvo que armar una logística paralela de cuerdas y ubicar los tramos cruciales de la vía. "La idea era documentar (en video) la escalada real, no tener que simular con tomas posteriores", cuenta. Para "moverse en la pared" el mendocino tuvo que empotrar un seguro en la roca, para colgarse mientras trabajaba. El terreno es tan complicado que sólo instalar el "anclaje" le tomó una jornada entera.

Esas movidas, de todos modos, son familiares para Bernardo, cuyas imágenes ilustran catálogos de marcas globales como Black Diamond o Patagonia, a pesar del glamour de la fotografía publicitaria, de la vida nómada  -hace más de 15 años que vive en Europa, con base en España pero viajando a donde el placer lo llame- y la adrenalina de los deportes de montaña (esquí, escalada, bici...lo que le pongan por delante), el mendocino atesora en su formación haber sido reportero gráfico en diario Los Andes. 

“El fotoperiodismo sigue siendo lo que más me atrae -comenta-. En el diario aprendí a cubrir cosas que no están buenas para fotografiar… Hacer algo aceptable de un lugar que está bueno es más fácil, pero encontrar una buena imagen en cosas cotidianas como el asalto a una verdulería, que además ocurrió el día anterior …   eso es más complicado”.

El fogueo de haber retratado reinas vendimiales desayunando seguramente le será útil a Bernardo en estos días: mientras los llamados de los medios -desde el diario The Guardian hasta sitios web de montaña de todo el mundo- interrumpen la idílica paz del campamento noruego, todavía tienen bastante trabajo por delante. “Al día siguiente de completar ‘Project Hard’ ya estábamos haciendo fotos de la ruta para los sponsors -comenta-. Estamos tan metidos en el trabajo que todavía no proceso bien toda la movida”.

Será deporte olímpico y debutará en Argentina

Aunque por estas latitudes estamos acostumbrados a asociar la escalada con la actividad de subir montañas, son cosas bien diferenciadas. El montañismo, con sus sinónimos alpinismo y andinismo, y “subespecies” como el senderismo, no termina de encajar en la definición de deporte. No es una competencia con reglas y no tiene normas definidas, tampoco controles y generalmente se desarrolla en terrenos lejanos, sin espectadores.

La escalada deportiva, en cambio, es un deporte reglado. De hecho tendrá su debut como disciplina olímpica en nuestro país, durante los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.

En Tokio 2020 ya integrará los juegos mayores. 

Esta disciplina se enfoca en la habilidad del atleta y la dificultad de la ruta, en lugar de enfatizar el entorno o las condiciones naturales. En los últimos años se ha popularizado mucho en las ciudades, con estructuras artificiales como palestras o rocódromos. De acuerdo a la Federación Internacional de Escalada Deportiva (IFSC), 35 millones de personas practican la actividad en todo el mundo (con una edad promedio de 23 años) y existen muros artificiales en más de 140 países.

La escalada deportiva se mide mediante el sistema francés, que evalúa con números ascendentes la complejidad. Por ejemplo, un tramo fácil recibe un grado de 5, y uno altamente complejo, de 8. Además cada grado se subdivide en A, B y C. "Project Hard", la ruta de Ondra en la caverna Hanshelleren, fue calificada con 9c, un grado inédito y que hasta hace poco se consideraba imposible. 

Perfil

Bernardo Giménez nació en Mendoza hace 49 años. De acuerdo a su sitio web (www.bernardogimenez.com), “su trabajo está enfocado a los deportes al aire libre, estilo de vida y montañas. Ha tenido el placer de trabajar con algunos de los mejores atletas del mundo y ha fotografiado y filmado algunos momentos históricos y primeras ascensiones”.

Giménez obtuvo el primer premio en el “Memorial María Luisa”, uno de los más importantes concursos de fotografía en Europa, y el Primer premio en el “Concurso de fotografía de montaña” de editorial Desnivel. (Madrid, España).

Sus fotos han sido seleccionadas como finalistas para el Red Bull illume 2013, un libro que recoge la mejor fotografía de acción en el mundo.

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