Un empleado de la Municipalidad de Tunuyán la emprendió a golpes contra uno de sus jefes, causándole diversas lesiones. Fue suspendido y ahora la Justicia investiga lo ocurrido.
En el municipio, el propio jefe comunal, Martín Aveiro, admitió los hechos y dijo que la agresión se produjo, de manera inexplicable, tras un desmayo del subalterno, quien reaccionó violentamente tras recuperarse de su estado de inconsciencia.
El caso se registró en el anexo deportivo que el municipio tiene en la unión vecinal Scaravelli, en pleno centro de la ciudad de las manzanas, el lunes pasado. Allí estaba trabajando el empleado Ceferino Juan José Fredes, apodado "Miki", de 39 años, con unos 10 años de antigüedad en la repartición.
El intendente describió lo ocurrido de esta forma: "Hubo un aviso de que Ceferino (Fredes) había sufrido una descompostura y un desmayo, y por eso las autoridades (del área de Deportes) fueron a asistirlo; cuando se recobra del desvanecimiento, la emprende a golpes en la cara contra el jefe de Deportes (David Álvarez), hasta que lograron calmarlo".
¿Cómo se explica este episodio? se le preguntó al intendente. "No, no sé, hay que investigar, pero él (por el dependiente) manifestó que no se acordaba de nada. Hablé con él, le manifesté que hay un sumario, pero que si tiene algún problema, vamos a tratar de ayudarlo".
Se supo que el atacante fue suspendido provisoriamente en sus tareas, se inició un proceso administrativo y existe una denuncia policial y una investigación judicial en curso. Efectivamente, en la 2a Fiscalía de Instrucción de Tunuyán, a cargo de la doctora Carla Cruzado (secretaria Susana de Pont), se esperaban en la víspera las actuaciones policiales para empezar a tomar declaraciones.
Aveiro negó que el ataque se haya debido a una demanda de aumento de sueldo por parte de Fredes, quien cobraría alrededor de $ 8.500, aunque lo que va como neto a su bolsillo es algo más de $ 3.000.
En fuentes extraoficiales se conoció que Álvarez hizo la denuncia en la comisaría 15a, donde fue revisado por el médico policial, comprobándose lesiones en rostro y otras partes del cuerpo. Sin embargo, en la misma dependencia el agente municipal se presentó en la misma dependencia para exponer que había recibido golpes, siendo revisado por el mismo facultativo.
Cuando Los Andes trató de hablar con Álvarez, el funcionario golpeado, su superior, el director de Deportes, Enrique Romero, prefirió preservarlo y que fuera el estrado judicial el que develara la verdad de lo sucedido. "Esto ha sido un shock muy grande para nosotros", precisó.
Fredes, un hombre corpulento, de 1,96 m de altura, y 100 kilos de peso, recibió a este diario en su casa. Tiene seis hijos entre adolescentes y menores de edad. Una de las niñas protagonizó el año pasado un caso de acoso escolar (ver aparte). Lamentó lo sucedido y explicó que tenía "dificultades" de trato con "este muchacho" (el jefe de Deportes). "Estoy sufriendo problemas de tipo personal, creo que doy más que para pasar el lampazo (en el anexo donde trabaja)".
Sobre lo ocurrido, explicó que el lunes pasado sufrió un pico de estrés, del que se recuperó tras haber sido atendido por el personal del Servicio de Emergencia Coordinado y que posteriormente hubo "un cambio de palabras" con Álvarez. Después se produjeron los golpes.
"Fue un tome y traiga...", ejemplificó y mostró el rostro en el que se observan magulladuras. Añadió que tiene un parte médico por 10 días, expedido por el doctor que lo revisó en la seccional. También comentó que esta administración lo había ascendido, aunque teme ser despedido.