Esta pandemia del coronavirus avanza sin cesar. Inédita, inesperada, letal. Los números alarmantes marcan 1.800.000 personas contagiadas y unas 110.000 muertes al 11 de abril, desde aquel primer caso registrado en Wuhan, China. Las hipótesis sobre el origen Covid-19 aparecieron inmediatamente. Las más fuertes apuntaban al mercado de animales de Wuhan, como los murciélagos, para el consumo humano.
Sin embargo, mientras el mundo se encuentra en aislamiento para evitar la propagación, mientras se encuentra la cura definitiva y se desarrolla una vacuna, proliferan las teorías sobre el surgimiento del coronavirus.
El periodista Joshua Philipp, del periódico The Epoch Times, trazó en el canal de YouTube Crossroads un camino alternativo que lleva al laboratorio de bioseguridad nivel 4 del Instituto de Virología de Wuhan, donde, como agravante, el SARS-CoV-2 podría haber sido un diseño o recombinación de fragmentos de distintos virus para facilitar su ingreso a los humanos, parte del estudio que realiza la científica Shi Zhengli.
Philipp señala en "El origen del coronavirus de Wuhan" dos puntos clave: primero, que hay pruebas científicas desde el comienzo de los contagios de que existieron casos que no se vinculan con ese lugar. Y por otro lado, la insistencia de Beijing por controlar la narrativa de la trayectoria del coronavirus.
El periodista rastreó la primera comunicación oficial sobre el tema, un documento del 30 de diciembre de 2019 de la Comisión Nacional de Salud, que hablaba de "sucesivos de casos de neumonía de origen desconocido" y pedía a los centros de salud que denunciasen casos similares.
Recién al día siguiente se mencionó el Mercado de Wuhan, que el 1° de enero de 2020 fue clausurado, mientras otro documento del gobierno mencionaba "pruebas evidentes de transmisión entre humanos".
Pero la sospecha se agiganta con otras aristas que menciona en el documental. Philipp comparó la desinfección del mercado con "la destrucción de la escena del crimen", ya que pronto el Instituto de Virología del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades de China (CCDC) anunció que "33 de las 585 muestras ambientales del Mercado de Huahan revelaron contenidos del ácido nucleico del nuevo coronavirus, y que el virus fue exitosamente aislado, lo cual sugiere que se originó en animales salvajes que se vendían en el mercado".
De allí a la evidente conclusión a la que arribaría el Partido Comunista Chino (PCC): el virus comenzó en un centro de venta de vida silvestre para el consumo humano, consignó Clarín.
En el documental que está en YouTube, Sean Lin, ex director de la rama de virus del Instituto Militar de Investigaciones Walter Reed (WRAIR), explica un estudio publicado en The Lancet: "El hallazgo principal es que en este estudio se contaron 41 pacientes y 14 de ellos resultaron no estar relacionados con el mercado de animales, lo cual representa más de un tercio. Y nadie vende murciélagos en el mercado de animales, además".
A partir de otros relevamientos y porcentajes que mostraban cierta contradicción o al menos generaban dudas, Daniel Lucey, epidemiólogo de la Universidad de Georgetown, cuestionó: "Si los datos eran precisos, el primer caso de infección por el coronavirus sería de noviembre de 2019 dado el período de incubación; es decir que el virus tendría que haber llegado al mercado antes de haber salido".
Gordon Chang, experto de Asian Affairs también alzó una voz inquisidora al régimen oficial: "Las cifras que recibimos de China sobre nuevas infecciones y muertes son simplemente muy sospechosas".
Y sostuvo: "Sabemos que Beijing suprimió información sobre la epidemia durante seis semanas en diciembre y enero y luego, cuando oficialmente lo reconocieron, el 21 de enero, comenzaron una campaña de eliminación de información".
El brigadier general Robert Spalding es ex director de estrategia del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense (NSC) e investigador del Instituto Hudson.
"Es difícil ver una proteína que sea 100% idéntica cuando un virus pasa de una especie a otra. Eso puede sugerir que quizá el virus fue generado por un proceso de ingeniería inversa", concluye.
Además señala que en 2003 él estuvo en China cuando fue el brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), y que “la respuesta actual, en perspectiva con lo que vi entonces, es exactamente la misma”.
A esta teoría que de a poco cobra mayor interés adhiere Judy A. Mikovits, bióloga molecular y ex directora del Laboratorio de Mecanismos Antivirales del Instituto Nacional de Cáncer (NCI) de los Estados Unidos, que asegura: "No es posible que sea una mutación natural. Casi con certeza es un evento de recombinación de laboratorio".
La investigación no hace más que generar más dudas sobre una teoría conspirativa que da vueltas y vueltas. Los especialistas se plantean el motivo de la creación de un virus tan poderoso como letal con el que tendremos que lidiar por mucho tiempo.
Es por ello que tampoco se descarta una posibilidad que deja helado y expectante al mundo: si el coronavirus fue o no creado con un claro objetivo: ser un arma letal.