Superó un cáncer en el tobillo, se recibió de ingeniero y fue reconocido por el esfuerzo

"Estaba a la mitad de mi carrera, cuando comencé con dolores muy fuertes en mi tobillo", dice Carlos Galea (35) recordando aquel momento de 2007, cuando comenzaron sus problemas de salud mientras cursaba agronomía en la facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo.

Hoy, 10 años más tarde fue premiado por la UNCuyo junto a 24 estudiantes y graduados de diferentes disciplinas por su esfuerzo al sobreponerse de una adversidad, ya sea social, económica o, como en el caso de Carlos, de salud.

Cabe agregar que la distinción lleva el nombre de María Elisa Norton Farmache, estudiante de medicina que a pesar de una enfermedad terminal se esforzó por finalizar sus estudios y que recibió el galardón universitario de manera póstuma en 2014.

"Espero que la gente logre ver que a pesar de todo lo que te pueda pasar es una cuestión de seguir adelante, de llegar con esfuerzo hacia donde uno quiere", describió Carlos desde la provincia de Río Negro, donde trabaja en una empresa holandesa productora de nueces orgánicas.

Muletas en el campo

Cualquiera sabrá que usar muletas en el campo no es nada cómodo y mucho menos sencillo. Sin embargo, el Carlos estudiante de agronomía de hace unos años atrás lo hizo, porque su empeño pudo más que sus dificultades.

"Desde el 2007 comencé con estudios que dos años más tarde determinarían que tenía un cáncer en el tobillo", contó Carlos.

"Tenía carcomida la médula de esa parte del pie. Se trataba de un cáncer complicado y poco común, único en Argentina y creo que en el mundo. Por eso se demoraron tanto en diagnosticarlo", explica el ingeniero de 35 años.

Fue por esta época en que tuvo que empezar a valerse de muletas para poder caminar. También fue el tiempo en que comenzó la quimioterapia para frenar al cáncer, que nueve meses después dio signos de haber desaparecido.

"A partir de allí no volvió el cáncer pero tuvieron que pasar un par de años más hasta recuperar el hueso. Por eso seguía con las muletas, además tuve algunos problemas de columna pero el tobillo lo conservé", describió.

Fueron en total cuatro años utilizando ese apoyo para caminar, incluso en el campo, donde eran la mayoría de las clases en la facultad. Pero nunca dejó de asistir a las prácticas y a rendir, salvo en los casos en que las sesiones de quimioterapia se lo impedían.

"Tuve la mejor predisposición de los profesores. Siempre lo intenté y lo pude hacer. Obviamente me atrasé, pero regularicé todo y fui rindiendo a mi ritmo", confió Carlos.

Lamentablemente, la historia no termina aquí. Sucede que al año de recuperarse su papá falleció por un cáncer de páncreas diagnosticado sólo dos meses antes.

"Tuve una depresión muy grande, estuve muchos años así, sobre todo teniendo en cuenta por lo que yo había pasado que se sumó al fallecimiento de mi papá. De todas formas, seguí a mi ritmo, trabajando con computadoras y con pequeñas cosas relacionadas con la agronomía", recordó.

Cuando logró sobreponerse, solo estaba a pocas materias de recibirse pero ya estaba trabajando en proyectos importantes y eso lo retrasó aun más.

Todo eso hoy  ha quedado en el pasado y aunque no pudo ir a la entrega del reconocimiento porque debía oficiar de traductor ante enviados de Estados Unidos en la empresa holandesa, admite que fue emocionante que la UNCuyo se acordara de él. "Yo no necesitaba la mención, pero es muy lindo sentirse reconocido", finalizó con orgullo.

La premiación

En el Consejo Superior, la Universidad Nacional de Cuyo homenajeó a 25 estudiantes y graduados de Ingeniería, Ciencias Médicas, Ciencias Agrarias, Odontología, ITU y del Departamento de Aplicación Docente (DAD).

Acompañados por sus familias, recibieron la distinción María Elisa Norton Farmache que instituyó el Consejo Superior en honor a la destacada estudiante de Medicina.

“Lo que nos reúne esta mañana es algo muy especial. Está un poco más allá de lo que tradicionalmente la Universidad hace con algunos reconocimientos que implementa desde hace mucho tiempo”, dijo el rector de esta casa de altos estudios Daniel Pizzi ante los consejeros superiores.

Con la distinción se busca reconocer méritos excepcionales de jóvenes en pro de la obtención de su título como consecuencia de situaciones excepcionales de adversidad –sean de índole social, económica o de salud– y que manifiesten una trayectoria académica destacable.

En ese ámbito el rector Pizzi resaltó además del esfuerzo "que hay que hacer durante cuatro, cinco, seis, siete y en algunos casos hasta 8 años para coronar una carrera de grado, el adicional de los que tienen una dificultad para seguirla".

Asimismo señaló que con la entrega “estamos destacando y homenajeando a estudiantes que han pasado y muchos de ellos siguen pasando por situaciones especiales y vemos que aún siguen haciendo un esfuerzo excepcional para coronar un título que seguramente será una marca de por vida”.

María Teresa Farmache –madre de Elisa Norton- agradeció a las autoridades por hacerla partícipe de la distinción.

"La acepto en nombre de mi hija que es quién se merece los honores", expresó.

Asimismo ponderó la labor de profesores, secretarios y directores que hacen “que estos jóvenes sean reconocidos y tengan una pequeña alegría frente a tantos infortunios o a tantos exámenes que día a día rinden”. En ese sentido describió a los docentes como “coprotagonistas” del reconocimiento que se realiza año tras año.

Finalmente se dirigió a los estudiantes: “los felicito porque lo que hacen es muy meritorio y merecen tener un lugar importante en la vida. Sé, porque lo he vivido, el esfuerzo que hacen, sacar ánimos muchas veces de donde no existe ninguna posibilidad de animarse y seguir adelante”.

Los elegidos

De la Facultad de Ingeniería lo recibieron el estudiante de Petróleos Mauricio Gabriel Aguilera, los alumnos de Mecatrónica Yeugen Borovets, Gastón Emanuel Cisterna, Federico Sebastián Sesto, los egresados de Ingeniería Industrial Solange Romina Calderón Morales, y de Petróleos Leonardo Sebastián Leguizamón y Maximiliano Miguel López. También a la estudiante de Industrial Sofia Laura Vaquié, la alumna de Arquitectura Monserrat González Castellvi, y el estudiante de Industrial y egresado de Petróleos Maximiliano Edberto Tormo.

A pedido de Ciencias Agrarias se distinguió al ingeniero agrónomo Carlos Rodolfo Galea. De Odontología a los estudiantes Salomón Genaro Mandarino, Javier Alvarado, Mauro Mardonado y Luisa Molina.

En tanto, Ciencias Médicas reconoció a la egresada de Medicina Basilia Esperanza Mamaní. Por su parte el Instituto Tecnológico Universitario (ITU) entregó el premio Norton al alumno de la Tecnicatura Universitaria en Gestión de Empresas, Pablo Quiavetta. En tanto que Filosofía y Letras se lo otorgó a la estudiante de Traductorado Bilingüe Inglés-Español, Paula Beatríz Chaves.

Asimismo por el Departamento de Aplicación Docente (DAD) reconocieron a Maisa Albarracín, Sergio Agustín Alonso, Valentina Martínez, Micaela Ferreira, Enzo Echenique, Nahomi Raia Rodríguez y Leila Zanatta.