Arrancó la segunda mitad del año. Quedó atrás un semestre para el olvido en materia de indicadores económicos y sociales. Sin embargo, el panorama no luce mucho más alentador para este segundo semestre que recién se inicia.
Un indicador fundamental es el de la evolución de la actividad económica. En abril de 2020, nuestro país cumplió dos años en recesión. Otro grupo de indicadores primordiales son los asociados a la dinámica del mercado laboral. En los dos últimos años, la tasa de desempleo ha aumentado algo más de 1 punto porcentual, acercándose a los dos dígitos.
Estos indicadores evidenciaron un empeoramiento durante el primer semestre de 2020. Según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, que muestra el comportamiento mensual de la economía a través del desempeño de 16 sectores, la actividad económica exhibió en abril una caída de 17,5% respecto a marzo, y de 26,4% en la comparación interanual. Abril fue el primer mes completo de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) y es el último dato publicado por el Indec. En estos cuatro meses del año el EMAE acumuló una caída del 11,0% con relación al mismo período de 2019.
Todos los sectores mostraron una retracción durante el cuarto mes del año. En dos de ellos, Construcción, y Hoteles y restaurantes, la caída llegó al 86% en términos interanuales. La Industria manufacturera se retrajo 34%; Comercio y reparaciones 27%; Transporte y comunicaciones 26%; y Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 20%.
Esta dinámica de la economía argentina durante abril estuvo ligada a la estricta cuarentena implementada en todo el territorio nacional. Sin embargo, este comportamiento no es exclusivo de nuestro país. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la pandemia está provocando el colapso de la economía y un marcado aumento del desempleo en sus países miembros. La OCDE asegura que el impacto sobre el empleo ha sido 10 veces mayor al causado por la crisis financiera global del 2007/8.
El mercado de trabajo en nuestro país también asintió el golpe de la cuarentena. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), el número de trabajadores registrados en el total del país se redujo 3,0% entre abril de 2019 y abril de 2020, lo que representa alrededor de 364.000 trabajadores menos respecto a un año atrás.
La cantidad de trabajadores registrados en el total del país alcanzó los 11.754.678 en abril de 2020. De este total de trabajadores registrados, 9.475.596 eran asalariados registrados y 2.279.082 eran trabajadores no asalariados (independientes).
Entre los trabajadores asalariados, 5.804.650 pertenecían al sector privado, 3.194.209 al sector público, y 476.209 eran personal de casas particulares. Entre los trabajadores independientes, 1.557.103 eran monotributistas, 352.386 monotributistas sociales, y 369.593 autónomos.
La caída del total de trabajadores en abril se explicó principalmente por la contracción de los asalariados privados y, en menor medida, por la reducción de los trabajadores autónomos y de monotributistas. La única categoría o modalidad que mostró un incremento interanual fue el empleo asalariado del sector público (modalidad que exhibe incrementos interanuales desde febrero de 2014).
La retracción de los asalariados privados se observó en todas las provincias y en todos los sectores. Las caídas más pronunciadas fueron en Construcción; Hoteles y restaurantes; Servicios comunitarios y sociales; Transporte y comunicaciones; y Servicios empresariales.
Un problema que viene desde hace tiempo
La dinámica del empleo observada en abril no es muy diferente a la dinámica que se viene observando desde hace algunos años. El empleo registrado acumula 20 meses consecutivos con variación interanual negativa. En este periodo, también, las mayores contracciones se observaron entre los asalariados privados y en los trabajadores autónomos.
En Argentina, las condiciones macroeconómicas de los últimos años no han sido favorables para la creación de empleo privado. Incluso en muchas provincias y municipios aumentó el número de asalariados públicos. Según el ex vicejefe de Gabinete, entre 2015 y 2019 el número asalariados en el sector público de las provincias aumentó en 70.000 y en el de los municipios en 30.000, mientras que a nivel nacional se redujo en 60.000.
A la vez que aumentó el empleo asalariado en los sectores públicos provincial y municipal, disminuyó el número de asalariados registrados en el sector privado. Entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 (última gestión), sólo en 3 de las 24 jurisdicciones aumentó el número de asalariados privados y entre diciembre de 2011 y diciembre de 2019 (dos últimas gestiones), en 11 de las 24 jurisdicciones.
Si bien el de abril es el último dato disponible, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del MTEySS analiza la evolución de la dinámica del empleo en el mes de mayo. La EIL sigue mensualmente la evolución de la dotación de empleo de un conjunto de empresas privadas en 12 centros urbanos. En mayo, la totalidad de las actividades redujeron el nivel del empleo registrado, en comparación con el mes anterior y con el mismo mes del año 2019. El sector con mayor caída fue la Construcción, seguido por el Comercio y la Industria. En términos interanuales todos los aglomerados, excepto uno que se mostró casi sin variación, presentaron contracción del empleo en mayo.
Así, los números y la realidad manifiestan que la economía argentina venía golpeada con anterioridad a la irrupción de la pandemia. Este será el tercer año consecutivo en el que caerá la economía, lo que evidencia que desde hace tiempo Argentina no cuenta con los pilares macroeconómicos adecuados que le permitan no sólo crear las condiciones necesarias para crecer, sino también para generar empleo en el sector privado.
En estos años, los sectores más castigados han sido justamente aquellos que emplean a la mayor parte de los trabajadores privados registrados del país. La Industria manufacturera ha sido el sector en donde más puestos de trabajo asalariado se perdieron durante las últimas dos gestiones, seguido por la Construcción, y las Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler. En la última gestión hubo además un deterioro de los sectores Comercio y reparaciones; y Transporte, almacenamiento y comunicaciones. Estos sectores emplean a más del 65% de los asalariados registrados del país.
El ASPO no ha hecho más que empeorar esta situación. La economía asintió el golpe de la cuarentena durante el primer semestre del año, con caídas de la actividad económica nunca vistas en la historia de nuestro país y retrotrayéndonos a niveles de 2005. Por su parte, el mercado de trabajo también sufrió este impacto y como resultado el total de asalariados registrados volvió a niveles de 2010.
Las proyecciones para lo que resta de 2020 no son muy alentadoras. Es muy difícil aventurar un pronóstico preciso, pero el segundo semestre no será mucho mejor que el primero. Si bien la cuarentena se ha flexibilizado en algunas provincias, la incertidumbre con respecto a la evolución de la pandemia a nivel mundial, las dudas acerca de hasta cuándo se extenderá la cuarentena en nuestro país, y la falta de cimientos macroeconómicos sólidos dificultarán una edificación rápida y sostenida de la economía y la creación de empleo privado.