Podemos imaginar una mesa, un grupo de personas charlando y seis sombreros de colores que presentan desafíos diferentes. Es una técnica que permite abordar un problema desde distintos ángulos y encontrar una solución creativa. A lo largo de tres momentos, por medio de una conversación con aire distendido, en el marco de la Expo Logisti-K, Carlos Mackinlay Jr. fue abriendo las puertas de su universo de empresario que mezcla con diversas proporciones, pero bajo el misma atención, el desarrollo tecnológico, la producción agropecuaria, la curiosidad por el mundo actual y la venta de autos.
El Ceo de Lo-Jack en Argentina y Uruguay, en el predio Rural de Buenos Aires, presentó en sociedad la plataforma Strik Flotas; que en los últimos dos años demandó una inversión de U$S 3.000.000.
Bajo el sombrero blanco, que nos pone en perspectiva y nos ofrece una mirada más objetiva, Mackinlay explicó: “Strix es la evolución natural de LoJack, es una plataforma que en tiempo real es capaz de interpretar los datos de donde está el vehículo, si la zona es segura, si esta en movimiento, determinar la velocidad máxima, por ejemplo. A partir de esos datos podemos brindar a nuestros clientes una información más precisa. En el caso de las flotas, en el mundo logístico, brinda datos acerca del comportamiento de la conducción del camión; a través de la detección de diferentes patrones permite analizar el desgaste de las cubiertas o el consumo de combustible, entre otras variables. Son herramientas que apuntan a la eficiencia logística y al ahorro de dinero, lo que otorga un diferencial competitivo importante”.
Sobre la capacidad de operación de esta plataforma, agregó: “Procesamos 2.200 millones de datos por mes y esa capacidad la vamos a duplicar el próximo año”. Entre los objetivos de la empresa Strix, preparan su llegada a Chile en 2023. Actualmente prestan servicios a 750.000 usuarios, entre ellos a una flota de 60.000 camiones distribuidos entre Argentina y Uruguay (la productora de agroquímicos Monsanto, integra su cartera de clientes).
El poder de adaptación
El sombrero rojo trasmite la pasión por el hacer, Carlos Mackinlay cuenta sobre los desafíos que debieron afrontar como compañía en los últimos tiempos a causa de la pandemia y sobre los descubrimientos que hicieron durante los cambios en el sistema de trabajo. “Hace cuatro años empezamos el proceso de transformación de una empresa tecnológica enfocada en el hardware a una compañía que desarrolla software”, relata. Habla sobre la escucha activa como una marca de personalidad de la compañía.
-Hablas del ejercicio de la escucha activa. ¿Cómo se construye a partir de una iniciativa colectiva?
-El escuchar en forma activa es parte del ADN de esta compañía, para desarrollar un producto y brindarle a nuestros clientes soluciones útiles tenemos que saber interpretar su necesidad. Entender lo que nuestros clientes quieren y juntos co-crear un mejor resultado, no se puede desarrollar tecnología mirándonos a nosotros mismos, por el contrario es un trabajo conjunto. Escuchar es parte del desarrollo tecnológico.
-Potencias el trabajo home office, ¿Qué resultados se han conseguido?
-El home office fue una obligación porque la pandemia nos presentó este desafió y lo tuvimos que aceptar, pero durante el proceso lo que pudimos ver y leer es que este sistema nos daba un mejor balance entre el trabajo y la vida personal de cada uno de nuestros colaboradores. Eso potenció a la compañía, porque teníamos empleado felices y mucho más comprometidos; ellos se autogestionan, trabajan por objetivos y con más libertad. El home office hizo que el trabajo fuese más eficiente. Volviendo al tema de la escucha y del compromiso, son nuestros colaboradores los que hablan, los que proponen y ejecutan procesos de mejora continua. Ellos son lo que llevan adelante el futuro de la compañía.
-Avanzaron en el terreno de la domótica, ¿Qué servicios ofrecen para la casa inteligente?
-La seguridad en el hogar es un campo estratégico para nuestra compañía. En la actualidad estamos desarrollando un softweare que permita un control total de una casa y donde la domótica sea una parte importante de esa mirada estratégica, porque le brinda al usuario la posibilidad de monitorear en tiempo real lo que pasa en su casa a través del celular. Estamos trabajando sobre un sistema y dándole una vuelta de tuerca para volver en el futuro con una propuesta más novedosa.
-La seguridad es una sensación, ¿Qué es necesario para lograr el estado de satisfacción del cliente?
-Nosotros trabajamos, día a día, para darle a nuestros clientes certezas, nuestras soluciones se basan en la administración de datos que le ofrecen al cliente la oportunidad de tomar mejores decisiones. La certeza de saber, por ejemplo, en dónde está su auto, a qué velocidad transita o por dónde; es lo que a nuestros clientes les brinda tranquilidad.
El desafío del agro-exportador
El sombreo azul, en esta dinámica, muestra la capacidad de gestión. Argentina produce 300 mil toneladas de aceitunas aproximadamente por año. En este contexto, Mackinlay ha montado un emprendimiento en Media Agua, San Juan; una finca de cultivo intensivo de varietales con una fábrica propia de elaboración de aceite de oliva virgen extra que exporta a granel.
-¿Cómo se cambia el chip de vendedor de autos a productor agroindustrial?
-Me encantan los desafíos, abrir la mente para encarar nuevos proyectos con lo cual para mi es fácil poder cambiar de chip. No me genera una complicación, estoy entrenado para ello, puedo estar hablando de la realidad del mercado automotor, de la dinámica, de cuáles son las problemáticas del sector y rápidamente hablar de cómo está el mercado agroexportador y cuáles son sus desafíos. Para mi es algo natural, no me representa ningún esfuerzo, es algo que me divierte y me estimula para seguir creciendo.
-¿Cómo nació el desarrollo de aceite de oliva? ¿Qué objetivos persiguen?
-El emprendimiento nació en 2007 para sustituir las importaciones de los chips que usamos. Creo que surge de que otras cosas podemos hacer. Se presentó una oportunidad de iniciar un desarrollo en la industria alimenticia. Al principio era un finca después le sumamos una fábrica, porque entendimos que el lado del valor agregado estaba en producir aceites de calidad y no tanto en vender la aceituna. Hoy lo que perseguimos es ser uno de los principales jugadores del mercado de exportación de aceite a granel. De a poco estamos consiguiendo ese objetivo.
-A tono personal y por curiosidad. ¿Cuál fue el último libro que leístes?
-En el último tiempo he migrado de la lectura de libros a consumir contenidos audiovisuales en Internet, me gusta capacitarme en forma permanente, mirar cosas más cortas y concretas relacionadas con la aplicación de la tecnología y el mundo actual. He diversificado las temáticas de los contenidos que consumo y la lectura ha quedado en otra etapa de mi vida.