Expresiones numéricas

Los números son una de las primeras cosas que aprendemos, tanto en nuestro idioma como en cualquier lengua extranjera.

Expresiones numéricas
Los números nos acompañan desde la infancia.

Una de las primeras cosas que nos enseñan al iniciar la vida escolar, quizás mucho antes, es el valor de los números. Incluso, al aprender un idioma extranjero, moderno o clásico, se nos dan, entre las nociones básicas, el equivalente a nuestros ‘uno, dos, tres…’; pero, luego, a medida que vamos usando el idioma para nuestras comunicaciones cotidianas, advertimos que las expresiones numéricas no solo indican cifras, sino que, a través de diferentes locuciones y con connotaciones diversas, nos sirven para dar a conocer estados de ánimo y otras realidades. Comprobémoslo: si comenzamos por el ‘cero’, podemos indicar con él la ausencia de elementos: “Hoy he realizado cero ventas”.

También, en una serie numerada, marca el punto de partida: “En la intersección de esas dos calles, se ubica el kilómetro cero”. Ser considerado ‘un cero a la izquierda’ es, coloquialmente, referirse a una persona inútil o, en una organización, aludir a alguien a quien no se toma en consideración: “No me importa la opinión de Juan porque es un cero a la izquierda en ese grupo”. Comenzar ‘desde cero’ significa no solo empezar desde el principio, sino haberlo hecho sin contar con recursos: “Estoy orgulloso porque construí todo a base del esfuerzo personal, pues vengo desde cero”.

El valor de ‘uno’ indicador de la unidad queda patente en la expresión ‘de uno en uno’, que equivale a decir “separadamente, en orden, de manera exhaustiva”: “Fuimos pasando para el examen visual, de uno en uno”. Puede decirse también ‘uno por uno’: “Revisamos cada archivo, uno por uno”. Y decir ‘uno tras otro’ es indicar que algo se verificó sucesivamente, sin interrupción: “Se fumó el atado completo de cigarrillos negros, uno tras otro”. Pero, además, ‘uno’ puede ser igual a “primero”: “Julio es el número uno en su clase”.

El ‘dos’ asociado al ‘tres’ aparece en la locución adverbial ‘cada dos por tres’, que toma el significado de “con frecuencia”: “Cada dos por tres está temblando en la zona”. En cambio, ‘en un dos por tres’, también con valor adverbial, es sinónimo de “en un momento, rápidamente”: “Hizo ese trámite en un dos por tres”.

A veces, ‘dos’ toma connotación negativa: sucede en la locución ‘a dos por hora’, que en forma coloquial señala que algo se cumple de manera muy lenta: “La ruta está muy congestionada y los autos avanzan a dos por hora”. También es negativa la frase coloquial ‘dos dedos de frente’, que señala poca inteligencia: “No tiene ni dos dedos de frente para ese razonamiento básico”. En cambio, ‘en dos patadas’ da a entender que un proceso se desarrolla muy rápidamente, con facilidad: “Hizo el examen en dos patadas”. Y si usamos la expresión ‘de dos en dos’ habremos señalado que algunas personas o cosas van apareadas: “Deben entrar alineados de dos en dos”. La locución ‘entre dos fuegos’ indica que alguien se encuentra “en una situación difícil de resolver pues hay dos alternativas consideradas negativas: “Me encuentro entre dos fuegos para decidir de manera adecuada”. Coloquialmente, la explicación para ‘jugar a dos puntas’ es “actuar falsamente, adoptando dos actitudes distintas e incompatibles, según lo que convenga”: “En política, hay siempre algunos falsos que juegan a dos puntas”.

Para señalar la incuestionable evidencia de una verdad, se puede utilizar la expresión coloquial ‘como tres y dos son cinco’: “Estoy seguro, como tres y dos son cinco, que hubo fraude en el conteo”. Y, para indicar que algo no se verificará de ningún modo, se puede usar la locución coloquial ‘ni a la de tres’: “Ni a la de tres van a arreglar semejante enredo”.

El número ‘cuatro’ puede usarse para señalar una cantidad indeterminada, pero escasa: “Han caído cuatro gotas”. El número de cuerdas (cuatro) permite que lleve el nombre de este número la guitarrilla venezolana: “Acompañó el ritmo del joropo con un cuatro”.

Tenemos expresiones cotidianas con este número: ‘a los cuatro vientos’ equivale a “abiertamente, sin reservas ni disimulo”, como en “Lo gritó a los cuatro vientos”; ‘cuatro ojos’ (cuatrojos) connota a quien usa anteojos: “Se burlaban por ser cuatro ojos”. Y ‘cuatro por cuatro’ es un vehículo diseñado para transitar por terrenos escarpados: “Accedió al lugar en su flamante cuatro por cuatro”.

En cuanto a ‘cinco’, podemos escuchar ‘esos cinco’, en plural y coloquialmente, para indicar que se estrechan las manos como saludo, felicitación o acuerdo: “Choque esos cinco”. ‘Estar sin cinco/no tener ni cinco’ significa no tener nada de dinero: “En los últimos días del mes, no tiene ni cinco”. Esta expresión se relaciona con ‘un cinco’, equivalente a “muy poco o nada”.

En Puerto Rico, una de sus expresiones musicales es el ‘seis’, baile muy alegre de las clases populares, en que bailan enfrentadas seis parejas de hombres y mujeres. ¿Y quién, en sus travesuras infantiles, no ha vuelto con un desgarrón en la ropa, en forma de ángulo, que merecía una reprimenda por ser un ‘siete’ destinado a ser zurcido?

Hay dos locuciones coloquiales en que el ‘ocho’ aparece unido a otros números: ‘dar con los ochos y los nueves’ para expresarle una queja a alguien, con palabras sensibles; ‘dar lo mismo ocho que ochenta’ señala indiferencia; ‘más chulo que un ocho’ significa “muy arrogante o presumido”.

En cuanto al ‘nueve’, referido a las armas, se habla de ‘nueve corto’ o de ‘nueve largo’, según su calibre. Y el ‘diez’ se encuentra en la expresión ‘de diez’, con valor adverbial equivalente a “muy bien, de manera excelente”: “El espectáculo salió de diez”. Si se usa como adjetivo, indica la excelencia del sustantivo al que se refiere: “Es un alumno ‘diez’ siempre”.

Tomamos al azar dos expresiones coloquiales formadas con números: ‘estar/seguir/mantenerse en sus trece’ significa que alguien persiste con pertinacia en algo que ha aprendido o empezado a ejecutar: “Nadie logra convencerlo pues se mantiene en sus trece”. Además, ‘cantar a alguien las cuarenta’ significa decirle con resolución y desenfado lo que se piensa aun cuando le moleste: “Sin inhibiciones, le cantó las cuarenta”.

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