Había que sumar. La derrota en San Francisco ante Sportivo Belgrano había golpeado y por eso Independiente necesitaba sumar ante un Atlético Tucumán que llegaba a Mendoza embalado por tres triunfos al hilo. Por eso era importante quedarse con algo, si eran los tres puntos, mejor.
Esa necesidad llevó a Ricardo Rodríguez a cambiar el esquema para salir a buscar el partido más arriba con dos delanteros de área como González Vega y el debutante como titular Claudio Velázquez.
En la primera parte Independiente fue protagonista, sobre todo cuando el “Bebu” Velázquez y Diego Tonetto pudieron armar juego en la mitad de la cancha, pero no lo supo capitalizar.
Por su parte, Atlético Tucumán estuvo bien parado, dejando en claro que un punto era un buen negocio para seguir arriba en la zona.
El juego se fue nivelando y allí fue donde la visita comenzó a crecer en varios sectores de la cancha, ya que tuvo un par de llegadas con con pelotazos de afuera del área que hicieron revolcar a Ayala y con contragolpes peligrosos, pero que fueron desactivados por la prolija defensa leprosa.
Esto es lo que hay que remarcar, ayer la defensa azul estuvo muy segura e inteligente para replegarse, ya que Atlético intentaba jugar mucho de contragolpe, pero nunca lo encontraron mal parado.
Así se fue el primer tiempo, con muchas intenciones, pero pocas concreciones.
En la segunda parte todo siguió igual: Independiente intentaba proponer, mientras que el “Decano” se sentía cómodo con el trámite del partido.
Por esa razón es que Ricardo Rodríguez intentó dar un golpe de timón con los cambios, ya que en los partidos anteriores le dio buenos resultados.
Por esa razón apostó a los ingresos de dos “rapiditos” como Diego Cardozo y Alfio Lorenzo, pero ninguno fue solución para poder abrir a la férrea defensa tucumana.
Tuvo la chance de ganarlo, en la jugada donde “Palote” González Vega le ganó a los dos centrales y definió por encima del “Laucha” Lucchetti, pero su disparo se fue apenas desviado. De ahí en más no hubieron más jugadas peligrosas para los dos equipos.
La visita se replegó y casi no contraatacaba, mientras que la Lepra no pudo descifrar y perforar un equipo que se paró bien en bloque. Se extrañó la verticalidad de Lucas Gamba por las bandas y el cerebro de Ezequiel Pérez para hacer jugar al equipo.
Ahora se viene el viaje a Tandil para enfrentarse a Santamarina y tratar de recuperar los puntos perdidos en los últimos dos encuentros.