Para las personas alérgicas, la llegada de la primavera implica el comienzo de los molestos síntomas: picazón de ojos, congestión nasal, tos, bronco espasmo, asma, sarpullidos.
Sin embargo, para algunos, las incomodidades no se concentran en setiembre -muchas veces se empiezan a sentir en agosto-, sino que se extienden en el tiempo, ya que hay especies del arbolado que emiten polen en octubre y noviembre, y los pastos lo hacen hasta marzo.
En los últimos días, el aire en la provincia ha estado cargado de pelusas blancas, que flotan y se acumulan en el piso, no sin antes causar molestias en ojos y narices. Es que en esta época poliniza el álamo blanco.
Pero, como advierte el alergista Miguel Lisanti, también lo está haciendo el olivo y aún quedan el turno del famoso -y temido- plátano y de las gramíneas (hierbas y césped).
Lisanti comentó que todos los años ocurre lo mismo con lo que él denomina la “nieve intrusa” (su intromisión se debe a que ocurre en primavera) y añadió que en algunos sitios llega a crear una alfombra en el suelo. Las pelusas, detalló, producen efectos irritantes en las mucosas respiratorias.
Sin embargo, resaltó que el olivo también poliniza a mediados de octubre y es una sustancia mucho más alergénica. Si bien no se observan muchos ejemplares de esta especie en la ciudad, estas partículas son capaces de viajar muchos kilómetros.
De hecho, indicó que, para una investigación, colocaron un colector de polen en el Corredor del Oeste y se descubrió que había mucho proveniente del olivo.
El alergista recordó que en breve los plátanos comenzarán a largar sus “pelotitas”, con espículas que explotan y se esparcen, cargadas de polen, que también producen grandes reacciones en las personas alérgicas. Y que en breve empezará la floración del césped, que se extiende hasta fines de marzo, momento en que florecen los arbustos (que se encuentran sobre todo en el pedemonte).
Miguel Lisanti planteó que en Mendoza la polinización más fuerte ocurre en una época muy seca, a lo que se suma que 150 días al año hay viento Zonda en altura, que no favorece una buena ventilación del llano.
Por eso, recomendó que los alérgicos eviten circular por parques y plazas en los días de mayor presencia de polen y que ventilen sus casas al mediodía o a la noche, ya que en la mañana es cuando hay más concentración de estas partículas en el aire.
El médico reconoció que hace 20 años sólo se hablaba de la alergia de primavera y la provocada por el plátano, pero luego se fueron sumando los “gusanitos” de la morera, el álamo, las gramíneas y el olivo.
El generador de pelusas
La ingeniera agrónoma Claudia Martínez, del Instituto de Ambiente Hábitat y Energía (CCT-Conicet), detalló que el álamo llegó a Mendoza desde España a principios del siglo XIX.
Esto fue muy importante para la provincia, ya que hasta entonces la madera para la construcción provenía de Tucumán, Chile y Paraguay. Además, fue muy utilizado para crear cortinas que protegieran los viñedos y las huertas.
Las pelusas blancas que causan malestares y alergias, explicó la especialista, se deben a que los frutos son cápsulas que encierran numerosas semillas pequeñas, cubiertas por pelos algodonosos y que son diseminadas por el viento.
Martínez indicó que en Mendoza se empezó a utilizar para el arbolado urbano en la emblemática Alameda -a fines del siglo XIX-, pero luego fue reemplazado por plátanos y tipas.
Lo mismo ocurrió en el resto de la ciudad, en donde se ha ido cambiando en forma paulatina. Esto, debido a que causa alergias, al alto consumo de agua, su baja longevidad y a que la madera es frágil y blanda, por lo que puede desprenderse fácilmente con los vientos.
El ingeniero agrónomo Dardo Mur, quien participa en el Consejo del Arbolado, señaló que en esta época no sólo florece el álamo blanco, sino también el paraíso, que causa alergias por la gran carga de polen que emite, mientras que las pelusas blancas suelen generar molestias mecánicas, cuando se meten en los ojos y la nariz.
Mur recordó que el plátano “cayó en desgracia” y se lo comenzó a erradicar porque se creía que era un gran generador de alergias, cuando el principal alergeno es el polen de otras especies.