Cómo no recordarla. Debe ser la mujer más odiada por los argentinos. ¿Alguno de los que estuvimos frente al televisor aquel 25 de junio de 1994 puede haber olvidado su cara?
Pasó a la historia como la "gordita" que se llevó a Maradona. Hablamos de aquella rubia "enfermera" que se llevó a Maradona al control antidoping en Boston tras el partido que Argentina le había ganado a Nigeria por 2 a 1, episodio que derivó en el doping positivo del ídolo y la famosa frase "me cortaron las piernas".
Qué fue de la vida de esa mujer que dejó a todos los argentinos con bronca.
Si bien en un momento se dijo que se llamaba Ingrid María, su nombre real es Sue Ellen Carpenter, este dato se conoció dos años después, cuando esta doctora de profesión fue designada como la encargada del estadio de Birminghan en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Fue ella la que en esa momento se dio a conocer frente a los periodistas argentinos. Ya tenía otro aspecto y nadie se había dado cuenta que estaba frente a la famosa "enfermera".
Carpenter es estadounidense, nació en Los Angeles y en 1994 tenía 33 años. Durante el Mundial, la FIFA la había designado como auxiliar del control antidoping en Boston. En ese Mundial, había cuatro mujeres especialmente para esperar a los jugadores que habían salido sorteados en la boca del túnel y los llevaban al consultorio.
Carpenter en realidad es una doctora con una prolífica carrera. Hoy, con 56 años, trabaja en el Centro de Medicina Reproductiva de Atlanta, al que se unió en 2003 después de una posición distinguida en la Facultad de Medicina de la Universidad Emory División de Endocrinología Reproductiva e Infertilidad.
La doctora Carpenter recibió su diploma de grado Magna Cum Laude en Bioquímica del Mount Holyoke College en Massachusetts en 1979 y fue galardonada con un título de medicina de la Universidad de Columbia College of Physicians and Surgeons en la ciudad de Nueva York en 1983.
Formó parte del equipo del Hospital de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, que tuvo una participación importante en la gestación del primer bebé americano concebido vía fecundación in vitro. Inspirada por estos avances en la cirugía laparoscópica y el advenimiento de la fecundación in vitro, la doctora Carpenter enfocó su carrera en convertirse en endocrinóloga reproductora y terminó su formación de becaria en Endocrinología Reproductiva e Infertilidad en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en 1989.
No sólo es una especialista en la infertilidad, también es reconocida en su campo como una de las principales expertas en ginecología adolescente y la reconstrucción de las anormalidades uterinas.
Valora la posibilidad de educar a los pacientes en su diagnóstico y opciones de tratamiento y el desarrollo de planes individuales para ayudar a las parejas a alcanzar su meta de la paternidad. Está casada con el doctor Rick Carpenter, que es pediatra y psiquiatra familiar.
Tiene dos hijos en la universidad y la escuela de posgrado y disfrutar de seguir sus actividades académicas.
Su primer matrimonio fue con un argentino, del que ya estaba separada en el '94 y por eso dominaba perfectamente el español.
Ese dato, fue el que la llevó a poder estar en la mitad de la cancha ese día en Boston.
Así lo cuentan los periodistas Alejandro Wall y Andrés Burgo en el libro "El último Maradona, cuando a Diego le cortaron las piernas",
Es que mientras esperaba en la boca del túnel, donde también estaba el doctor Roberto Peidró (segundo médico del equipo nacional) le dijo a su colega que había estado casada con un argentino de Congreso.
La charla con Peidró hizo que el médico la alentara a la "travesura". "Entrá a buscarlo a Diego y así salís en todos los diarios del mundo", le aseguró Peidró.
Carpenter se envalentonó y así lo hizo. Dicen que Maradona se sorprendió cuando la vio a su lado, pero rápidamente Peidró le contó quien era. "Saliste sorteado Diego, ella te acompañará al doping".
En el camino, Ingrid le dijo "Viva Argentina, Viva Maradona", y allí fue donde Maradona la agarró de la cintura y le dio un beso en la mano.Previo a salir de la cancha, Diego se acercó a la tribuna donde estaba Claudia y, cómo puede verse en los videos, le dijo: "¿sabés cómo la vacuno a esta? Ahora me voy con ella".
Mientras se iban de la cancha, una compañera de Ingrid se les acercó y le pidió un autógrafo en la remera, a la altura del pecho, pero Diego te sacó a relucir una de sus frases: "Mirá que hace mucho que no veo a la Claudia y si se entera no sé cómo podrá reaccionar, así que mejor dejémoslo así".
Después llegaría la confirmación del doping que haría famosa a la efedrina y la posterior eliminación de Argentina del Mundial.
Lejos de todo aquello y sin remordimientos por lo que pasó aquella tarde, la doctora Carpenter cuenta que hoy disfruta de actividades al aire libre con su familia y encontrar tiempo para la lectura, la jardinería y el bordado.
Quizá a veces recuerde aquella tarde como la que le dio más de 30 segundos de fama mundial.