Mientras el vino argentino pierde volumen exportado en mercados clave como USA y Canadá, en el Mediterráneo se baten récords de exportaciones a dichos países y muchos otros menos relevantes.
La crisis afecta a todo al sector y pega más duro en los viticultores.
Todas las miradas apuntan a la pérdida de competitividad del vino argentino debido a la inflación.
Pero sumado a este factor determinante, en Europa se habla de éxito de los fondos OCM que desde 2009 entraron en las cajas de las bodegas europeas y se quedarán hasta 2020 y deberán ser tenidos en cuenta por todos los productores del nuevo mundo para entender mejor la competencia.
Desde 2009 una gran parte de subsidios para la destilación del vino, que permitía a los productores europeos vender la sobreproducción a destilería y cubrir sus costos, fueron destinados a la creación de los famosos fondos OCM para la promoción del vino en países extra comunitarios.
Con esta medida, Europa buscaba incrementar ventas en el exterior y equilibrar la producción con las ventas reales de vino, no generando sobreproducción y bajas de precios en el valor de la uva.
Hoy son cerca de 200 millones de euros que las bodegas europeas reciben como subsidio para promocionar sus marcas, sin contar los subsidios que las entidades públicas reciben para promocionar denominaciones de origen o zonas definidas sin mencionar marcas.
Las bodegas pueden usar estos fondos para pagar brand managers en el exterior, cenas y degustaciones con clientes, participar de ferias, crear merchandising, pagar gastos de operadores extranjeros para visitar las bodegas, costear anuncios en revistas del sector como Wine Spectator, hacer promociones en puntos de venta importantes como el monopolio canadiense y muchas acciones promocionales más.
Los subsidios cubren el 50% de la inversión y muchas bodegas han cambiado su estructura comercial para poder sacar el máximo beneficio de esta importante ayuda.
Las bodegas europeas miran el futuro y piensan en estos subsidios que, a pesar de muchas críticas de otros sectores, han demostrado su eficacia dando más poder de negociación con los importadores y llegando al consumidor con mayor facilidad.
Mientras las bodegas sigan creciendo y generando empleo, el Parlamento Europeo seguirá con esta política de subsidios que, para países como Argentina, puede ser un freno a la expansión de las exportaciones ya que la producción mundial de vinos continúa siendo mayor que la demanda y donde se pone un vino en una góndola, generalmente se quita otro.