El 17 de setiembre pasado, Los Andes informaba acerca de la denuncia de los empleados del casino nucleados en ATE, quienes decían que el año pasado, con el viejo canon y 369 máquinas, en los primeros ocho meses, la empresa del grupo Vila-Manzano cobró $ 10.468.309. En 2012, con nuevo contrato y una cantidad creciente de máquinas (de 408 en enero a 550 desde julio), la concesionaria cobró $ 19.244.632. Su facturación creció 83,84%.
Por el contrario, el Instituto no ha visto subir sus ingresos, a pesar del incremento de tragamonedas. En los primeros ocho meses del año pasado el Casino estatal recaudó $ 29.441.372 y en el mismo período de 2012, $ 29.758.975. El Instituto obtuvo apenas un 1,08% más. Y eso que aún no se le sube el canon a Mendoza Central Entretenimientos al 47%.
El interés de ATE tiene que ver con que, de aplicarse el convenio, también se verían resentidos los sueldos de los trabajadores. Es que, una vez pagada la parte que le corresponde a la concesionaria, el 10% de la recaudación se reparte entre los administrativos del Instituto, y el 7% entre el personal de sala.
De hecho, hubo reclamos salariales que terminaron de acordarse en octubre pasado. De acuerdo a la publicación de este diario del 16 de octubre pasado, el reparto de ese porcentaje entre los trabajadores se hace mediante un complejo sistema de puntos que se asignan a cada trabajador en función de cargo y antigüedad, entre otros.
Cada punto tiene un valor en plata. Se acordó que el Instituto lo pagara a 62 pesos, pero la realidad es que el punto, en función de la recaudación, valdría 57 pesos. Es decir, el Instituto está "subsidiando" el valor del punto, por la caída de los ingresos, y eso sin haber llegado a la aplicación plena del convenio que eleva el canon al concesionario.
Antes, cuando la empresa se llevaba el 26,23%, significaba que la provincia se quedaba con el 73,77%. Según se cuestiona y se justifica la elevación del canon, los casinos del interior de la provincia se llevan entre el 47 y 54% de la recaudación de las máquinas.
Lo que no se dice es que esas salas ponen muchos gastos, como personal de vigilancia, de limpieza, se hacen cargo del local (lo alquilan o lo construyeron), se hacen cargo del servicio y del personal de confitería y pagan todos los impuestos y servicios, incluida la electricidad que consumen las tragamonedas.