Es un clásico instalado en nuestra cultura que cada vez que aumenta el dólar hay una traslación de precios en el mismo porcentaje, lo que resulta absurdo porque se instala un mecanismo de retroalimentación. La inflación atrasa al dólar y cuando este se recupera, vuelve a aumentar la inflación.
En realidad, la devaluación el peso puede impactar en algunos productos que tangan algún componente importado pero hay cosas que tener en cuenta. Los importados forman parte del costo pero hay otros que no los tienen y no se justifica una traslación lineal.
En este tiempo, además, se registra un problema con los salarios, que quedaron desactualizados con la inflación, impactada por los ajustes tarifarios.
Esto implica que las familias no están en condiciones de absorber nuevos aumentos. Esto implica que las empresas deben ser muy cuidadosas a la hora de retocar sus precios.
Según datos de consultoras que hacen un seguimiento semanal de los niveles de precios, en las dos primeras semanas hubo reajustes pero se estancaron una vez que el dólar alcanzó el nivel actual, donde parece haber encontrado un techo después de recuperar casi todo el atraso que tenía.
Esta situación puede registrar un impacto más directo en productos exportables, como ciertos alimentos, y en otros que tienen alguna participación de productos importados entre sus componentes. Pero puede generar un impacto distinto en varios sectores.
Uno de ellos será el turismo internacional. Para los argentinos que quieran contratar paquetes turísticos al exterior será mucho más caro, pero será posible que mejore la llegada de turistas del exterior, a pesar que también se han devaluado las monedas de la mayoría de los países de la región, incluido el euro.
La actual situación cambiaria puede mejorar, también, la situación de las exportaciones. Referentes del sector vitivinícola aducen que en teoría esto sería posible en la medida que los proveedores no se desboquen en sus ajustes de precios.
No obstante, habrá una repercusión sobre los precios, aunque impactando de distintas maneras en las categorías de productos más importantes. Según estimaciones de las consultoras más importantes, la inflación podría llegar a 27%, como mínimo en el mes de diciembre.
Es que están tratando de calcular la forma en que se aplicarán los aumentos postergados de los combustibles, que suman un mínimo de 12% y que las empresas decidieron diferir para aplicar en forma gradual, a pedido del gobierno.
Sin que haya control de precios el gobierno está hablando con las empresas para tratar de que no hagan una traslación directa de la devaluación. Las próximas semanas nos pueden dar una idea más certera de la respuesta de los empresarios.
