Suárez no jugó pero su presencia se sintió

En el Maracaná, muchos hinchas llevaron las caretas del goleador. Mientras tanto, en Uruguay, el delantero salió al balcón de su casa para saludar a los compatriotas que lo apoyaban.

Suárez no jugó pero su presencia se sintió
Suárez no jugó pero su presencia se sintió

Los 2.300 kilómetros que separan a Montevideo de Río de Janeiro desaparecieron este sábado. O al menos eso pudo sentir por un rato Luis Suárez, quien desde que la FIFA anunció su sanción de nueve partidos sin jugar con el seleccionado uruguayo el pasado jueves tuvo que emprender la vuelta a su hogar.

Allí, seguían todavía varios compatriotas para apoyarlo en la antesala del duelo que en el Maracaná iban a protagonizar uruguayos y colombianos. Y él, vestido con la 9 del conjunto charrúa, salió a saludarlos desde el balcón.

Mientras tanto, en el estadio carioca donde en 1950 se produjo el Maracanazo, miles de hinchas fueron a la cancha con las caretas del jugador del Liverpool, más allá de que desde algunos medios uruguayos aseguraron que a muchos hinchas les hicieron tirar las máscaras fuera del estadio por una medida de la FIFA.

Minutos antes del comienzo del partido entre Uruguay y Colombia por los octavos de final del Mundial de Brasil, Suárez saludó a la gente con sus dos pequeños hijos en brazos, Benjamín y Delfina, y besó el escudo de la Asociación Uruguaya de Fútbol que luce en el pecho la camiseta de su selección. Su esposa, entonces, le tomó una fotografía y todos ingresaron a la casa.

Antes, esta mañana, el delantero se expresó públicamente por primera vez después de la sanción: fue a través de su cuenta de Facebook, en la que agradeció el apoyo de la gente.

“Hola a todos, escribo este mensaje para dar las gracias a todas las muestras de apoyo y cariño que estoy recibiendo. Tanto yo como mi familia se lo agradecemos mucho. Muchas gracias por estar a mi lado y quiero que todos hoy apoyemos a mis compañeros de selección para el partido contra Colombia”, expresó.

Mientras eso sucedía a escasos kilómetros de Montevideo, una camiseta con su número se encontraba colgada en el vestuario de Uruguay del estadio Maracaná, en un gesto de solidaridad hacia el delantero del Liverpool, que fue sancionado el jueves por la FIFA con una suspensión de nueve partidos con Uruguay y cuatro meses apartado de cualquier actividad relacionada con el fútbol por morder al italiano Giorgio Chiellini en la última jornada de la fase de grupos.

En las tribunas, en tanto, otros cientos se ponían la máscara con su cara para hacerlo sentir un poco más cerca.

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