Esta semana se estrenó en todos los cines "Ready Player One" (2018), un largometraje dirigido por Steven Spielberg y que es la adaptación de la novela homónima que habla, entre otras cosas, de la ecología, de las relaciones humanas y del abuso de las nuevas tecnologías.
La trama nos sitúa en el año 2045. El mundo es un lugar sombrío, los recursos naturales se están agotando y la mayoría de la población a nivel mundial subsiste como puede. El único momento en el que la gente escapa a sus problemas es cuando entra al mundo virtual de Oasis, un universo inmersivo de realidad virtual en donde la mayor parte de la humanidad pasa sus días.
Allí se puede ir a cualquier lugar, hacer lo que uno quiera, cómo y cuándo quiera. Y, lo más importante, ser quien quiera; el único límite es la imaginación.
El Oasis fue creado por el brillante y excéntrico James Halliday (Mark Rylance), quien al morir hereda su inmensa fortuna y control total del Oasis al ganador de un concurso que él mismo diseñó para encontrar a un heredero digno.
Wade Watts (Tye Sheridan) es uno de los que participa en esta larga competencia. Pero cuando él resuelve la primera pista de la cacería que desafía los límites de la realidad, Wade y sus amigos se sumergen en un universo fantástico de misterio, exploración y peligro para salvar a Oasis y a su mundo.
De esto trata la nueva película de Steven Spielberg, quien volvió así a la ciencia ficción después de mucho tiempo. Y ese es uno de los géneros con los que se hizo famoso y marcó una década. Los otros dos son, por supuesto, el terror y la aventura.
Con su estilo tan personal, con su forma clásica de rodar y una excelente elección de música para sus largometrajes –salvo tres filmes, todos los demás tuvieron una banda de sonido cortesía de John Williams–, el realizador definió para siempre cómo se debían realizar este tipo de películas y hacerlas exitosos.
Un listado admirable
Al repasar sus 33 películas como realizador, es imposible que alguna persona no considere una obra maestra alguna de ellas. Además, en estos años se dio el lujo de filmar todo tipo de historias y, en mayor más que en menor medida, salió airoso de cada proyecto.
Repasemos algunos de sus largometrajes: "Tiburón" ("Jaws", 1975), "Encuentros cercanos del tercer tipo" ("Close Encounters of the Third Kind", 1977), "1941" (1979), "Los cazadores del Arca Perdida" ("Raiders of the Lost Ark", 1981), "E.T., el extraterrestre" ("E.T. the Extra-Terrestrial", 1982), "El color púrpura" ("The Color Purple", 1985), "El imperio del sol" ("Empire of the Sun", 1987), "Jurassic Park" (1993), "La lista de Schindler" ("Schindler's List", 1993), "Rescatando al soldado Ryan" ("Saving Private Ryan", 1998), "I.A. Inteligencia Artificial" ("Artificial Intelligence: AI", 2001), "Sentencia previa" ("Minority Report", 2002), "Atrápame si puedes" ("Catch Me If You Can", 2002), "Guerra de los mundos" ("War of the Worlds", 2005), Munich (2005), "Caballo de guerra" ("War Horse", 2011), "Lincoln" (2012), "Puente de espías" ("Bridge of Spies", 2015) y "El buen amigo gigante" ("The BFG", 2016), "The Post" (2017), por nombrar algunas. Impresionante, ¿no?
El contador de historias
Sí, este hombre lo puede hacer todo. Lo que lo diferencia del resto es su brillantez, su candor y su amor por contar historias: nadie lo supera en eso.
Por si fuera poco, Steven Spielberg también aporta su grano de arena como guionista o productor –el trabajo que más realiza–.
A continuación, les vamos a nombrar algunos títulos en los que colaboró y que tal vez no sabían: "Poltergeist" (1982), "Gremlins" (1984), "Los Goonies" ("The Goonies", 1985), "Volver al futuro" ("Back to the Future", 1985), "¿Quién Engañó a Roger Rabbit?" ("Who Framed Roger Rabbit", 1988), "Cabo de Miedo" ("Cape Fear", 1991), "Twister" (1996), "Hombres de Negro" ("Men in Black", 1997), "Shrek" (2001), "La conquista del honor" ("Flags of Our Fathers", 2006), "Cartas desde Iwo Jima" ("Letters from Iwo Jima", 2006), Transformers (2007) y "Super 8" (2011), de nuevo sólo nombrando un puñado. Y eso que ni siquiera tocamos el formato televisivo, en el que también demostró ser muy eficaz.
Visto este panorama, notamos el estilo que impuso y la tendencia que marcó para todos los que lo precedieron. Se divierte, juega, imagina, se sensibiliza, emociona y encanta a la vez, porque es un niño jugando a su juego favorito: el de narrador.
Así como nuestros hijos se van a dormir felices después de escuchar los cuentos que les leemos a la noche, ese mismo efecto provoca Steven Spielberg con los espectadores: desata nuestras fantasías y hace que nuestras imaginaciones vuelen. Gracias Steven, por no haber crecido nunca y seguir jugando con nosotros.