La irracionalidad del espanto provocó ayer otro día de furia en el mercado: los inversores huyeron despavoridos de los activos argentinos tras la decisión de Mauricio Macri de modificar las condiciones con las que se pagará la deuda de corto plazo.
Es que la jugada con la que el Gobierno nacional buscó conseguir algo de oxígeno frente al nuevo cimbronazo financiero terminó por confirmar el mayor de los temores, que la Argentina entró en un "default selectivo", tal como lo definió ayer la agencia Standard & Poor's.
Macri salió temprano a tratar de calmar los ánimos y aseguró que su objetivo es "reducir el impacto de la inflación y la incertidumbre, que afecta el bolsillo de los argentinos". Sus palabras no lograron revertir el colapso y nuevamente los inversores corrieron para evitar que sus posiciones puedan verse afectadas por una eventual cesación de pagos.
Todas las pantallas del sistema financiero local se tiñeron de rojo y el Riesgo País de avanzó 204 unidades hasta ubicarse en 2.276 puntos básicos, su nivel más alto desde la reestructuración de deuda soberana que se realizó en 2005. El otro termómetro para medir el pánico reinante fue el precio de los seguros contra default (CDS, según sus siglas en inglés) a cinco años, que se disparó a 4.247 puntos básicos.
Los bonos soberanos cayeron 3,1%, en promedio. Entre las mayores caídas, se destacaron las de los dolarizados Bonar 2020 (-8,62%) y Bonar 2024 (-8,55%). El desconcierto entre los operadores también desencadenó una extrema volatilidad en las negociaciones de los títulos a lo largo de la jornada.
Las empresas argentinas que cotizan en Wall Street determinaron la dimensión de la sangría en el sector de la renta variable. En la plaza de Nueva York, los conocidos técnicamente como ADR (por sus siglas en inglés) terminaron con caídas de hasta 7,2% (Banco Supervielle), a contramano del buen clima que favoreció a los mercados de referencia.
La Bolsa local asimiló los ánimos y su principal índice, el Merval, terminó con una caída de 5,7% que lo dejó en 24.009 puntos. Los papeles de Transportadora Gas del Norte perdieron 13% y los de Supervielle, 10%.
Hubo empresas, como la fundada por Mauricio Macri, Mirgor, que salieron a recomprar acciones. Es que el tembladeral hizo que las posiciones de las compañías coticen a niveles bajísimos y hasta irreales frente a la posición de sus activos: tras las primarias el precio de mercado de las firmas se desplomó, en promedio, un 47%.
En ese marco también fueron llamativos los rendimientos de YPF, cuyas acciones en Estados Unidos quedaron el miércoles en su menor nivel desde 2002. Ayer, esos ADR ganaron 1,4% y los papeles de la petrolera estatal fueron las menos golpeadas (-0,6%) en la bolsa local.
Tal vez los inversores aprovecharon la oportunidad ante los atractivos precios y los augurios de Guillermo Nielsen, el principal asesor económico del aspirante presidencial Alberto Fernández, quien adelantó que la intención es modificar el marco normativo del petróleo y el gas para establecer "un impuesto menor y acelerar la amortización de las inversiones", fundamentalmente en Vaca Muerta.
El Central vendió U$S 223 millones y llevó la tasa al 78,20% para contener la frenética demanda de dólares, consiguiendo que la divisa termine en el mercado mayorista con su primera caída, tras seis jornadas de subas consecutivas. La moneda estadounidense, que abrió por encima de los $ 62, bajó 13 centavos del cierre previo y terminó en $ 60,30.