La falta de unidad del FIT (Frente de Izquierda y los Trabajadores) es cada vez más visible. A tal punto es así que todo se encamina a que sus integrantes diriman diferencias internas en la PASO del próximo 13 de agosto.
El lanzamiento de la precandidatura de Soledad Sosa, principal figura del PO (Partido Obrero), lo confirma. La pelea será contra Noelia Barbeito, del PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas), postulada hace casi un mes.
Sosa estará acompañada por Héctor Fresina y Víctor Da Vila para legisladores provinciales.
El PO nunca pudo deglutir la jugada del PTS, cuando Nicolás del Caño abandonó Mendoza como distrito electoral, para postularse a una diputación nacional en provincia de Buenos Aires. "Eso favoreció el internismo" dijeron en el PO cuando se hizo aquel anuncio, el pasado 15 de marzo.
Es que hasta ese momento, ellos soñaban con repetir la exitosa fórmula Del Caño - Sosa. Ésa que en 2013 les permitió acceder, por primera vez, a una banca en el Congreso, la que ocupa hoy Soledad, luego de que Nicolás se la entregara, en diciembre de 2015, en la "rotación" que el FIT acostumbra.
A ese desaire se le sumó que el mismo día se presentó a Barbeito como precandidata, lo que multiplicó reproches.
Y si bien todos hablan de que el FIT "se mantiene" y que buscan la unidad, la división es indisimulable.
En el PTS siempre se mostraron “a favor de la integración y de la unidad”. Pero está claro que esa unidad es “con Noelia” liderando, la alianza.
También en el PO han dicho que quieren mantener la unión, aunque desde su interior se desprenden voces que dudan de la integración.
“Está claro que el PTS y el PO son dos fuerzas cada vez más antagónicas”, deslizó un destacado militante obrero.
Otros señalan que el FIT “dejó de ser una expresión progresista de la izquierda y ahora es sólo un salvavidas”.
Incluso están los que aseguran que “nadie quiere correr el costo político de abandonarlo primero”.
La mala relación ha trascendido ámbitos de militancia. Un caso es el que ocurrió en la presentación de listas en Federación Universitaria de Cuyo (FUC). Allí, las versiones estudiantiles de ambos partidos participan separadas. Incluso el PTS llegó a impugnarle el nombre al PO, por querer incluir la frase “en el frente de Izquierda”.
También en el SUTE -que elige autoridades en junio- matienen distancias. Allí, el PO reprocha al PTS no haberlo apoyado “en una lista en Las Heras”. Del otro lado señalan que el PO jugó en soledad. Y le endilgan actitudes de ruptura. “El PO, desde ATE Educación, con Gabriela Blas (hermana de Raquel), quiso romper al SUTE”, le achacan.
Queda claro que la experiencia de 2013 no se repetirá. Pero, sobre todo en el PO, tampoco quieren que vuelva a pasar lo de 2015.
Ese año, en la PASO para presidente y legisladores nacionales, el PTS y el PO (también la Izquierda Socialista en Buenos Aires), dirimieron candidatos presidenciales. La pelea era entre Nicolás del Caño (PTS) y Jorge Altamira (PO). En el país fue claro ganador el entonces diputado nacional por Mendoza.
Pero en la provincia, el triunfo fue “aplastante”, con 91,3% logrado por el PTS, frente al 8,7% del PO, en los votos internos (el FIT no llegó al 9% del total de votos mendocinos).
En esa elección, la interna local también fue liderada por dos mujeres. Barbeito en el PTS y Raquel Blas en el PO (que sólo tuvo 8 mil votos).
"Fue un error haberla llevado a ella", reconocen a la distancia en el PO. Pero de inmediato recuperan optimismo y apuntan a que hoy la situación es distinta. "Barbeito está posicionada pero tampoco es para tanto", dicen. Además, consideran que la figura de Soledad Sosa puede arrastrar suficientes votos como para soñar con un triunfo
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En el PTS en tanto, aseguran que Barbeito es quien mejor mide.
Así las cosas, y ante una unidad que se predica pero no se practica, las urnas tendrán la última palabra.