Al final, Andrew Fox pudo volver a respirar. El joven de 29 años tenía todo lo necesario para tomar una de las mayores decisiones de su vida anoche. Tenía el anillo de compromiso, la novia perfecta y una noche preciosa en el Yankee Stadiun, donde una cámara enfocó a la pareja para captar el momento inolvidable y mostrarlo en la pantalla gigante que está ubicada detrás del jardín central.
Pero por un momento, a Fox todo se le escapó de las manos... literalmente.
El residente de New Castle, Pennsylvania, sacó el anillo de su bolsillo y puso una rodilla en tierra, frente a Heather Terwilliger, de 29 años, a fin de proponerle matrimonio durante una parte del juego de beisbol. Pero el anillo se le cayó en el segundo piso del parque.
La multitud emitió un gemido de decepción, al que siguió una risa colectiva. Fox y Terwilliger comenzaron a buscar el preciado anillo. Entre cada lanzamiento del juego, la cadena YES de los Yanquis transmitió los esfuerzos de los dos jóvenes por encontrar la joya.
Pero la búsqueda se prolongó durante cinco minutos de tensión. Fox comenzó a llorar, temiendo que el anillo no reapareciera. Otros espectadores se unieron a la misión de encontrarlo, hurgando en el piso, debajo de los asientos e incluso dentro de las bolsas de pochoclo.
``Abrí la caja del anillo, me arrodillé y, en cuanto la abrí, se cayó y no pude encontrarlo durante una eternidad'', relató Fox.
De pronto, Terwilliger miró hacia abajo y vio que algo brillaba cerca del dobladillo de sus pantalones.
``Todos ayudaban a encontrarlo, y al final estaba en la manga de sus pantalones, hasta abajo'', dijo Fox.
El joven llevó a Terwilliger al juego como un regalo tardío por su cumpleaños, celebrado el 21 de septiembre.
La pareja, que comenzó a salir el 1 de febrero, tenía previsto visitar Times Square después del juego. Terwilliger nunca había visto esa plaza de noche.
Paul Olden, locutor del Yankee Stadium, informó al público que el anillo había aparecido. Una foto de la pareja se mostró en la pantalla durante la pausa del séptimo inning, y a ambos se les nombró como ``los fanáticos del juego''.
``Estoy conmocionada, pero todavía enamorada'', dijo Terwilliger.
El final feliz para una historia romántica y propia de una serie televisiva de ficción. (AP)
