"Todos lo hacen, pero nadie se lo esperaba de Volkswagen", se oía el lunes en los pasillos del Salón del Automóvil de Fráncfort, después de las revelaciones de que la compañía falseó los controles de emisiones contaminantes de sus coches en Estados Unidos.
Es la opinión, compartida por muchos, de Karl-Heinz Lülsdorf, un jubilado de 75 años que visita como otros miles de personas este salón, uno de los más importantes del sector, que se celebra cada dos años.
Aunque tiene un Mercedes, una marca de lujo deDaimler, competidor directo de Volkswagen, Lülsdorf reconoce que "normalmente" es una marca que inspira confianza.
"Estoy muy sorprendido", dice igualmente Tobias Genter, de 26 años, que ha venido a ver los últimos modelos.
Según las autoridades de Washington, 482.000 vehículos de las marcas Volkswagen y Audi, construidos entre 2009 y 2015 y vendidos en Estados Unidos, tenían una sofisticada aplicación que les permitía emitir menos gases cuando eran sometidos a un test de emisiones contaminantes.
De esta manera, el coche obtenía su certificado ecológico. Pero una vez superada la prueba, seguía contaminando por encima de los niveles legales.
Ajenas al escándalo, cientos de personas seguían este lunes agolpándose en el stand de la marca en Fráncfort para ver los últimos modelos, donde los responsables se negaban a responder a las preguntas de los periodistas.
Volkswagen ocupa un pabellón entero del Salón donde expone las novedades de sus doce marcas, entre ellas Porsche, Seat, Skoda y Audi y donde publicita su compromiso con el medio ambiente.
Para muchos visitantes, y a pesar de este nuevo escándalo, Volkswagen es un ícono de la industria alemana y seguirá siéndolo en el futuro.
"Es un rasguño para Volkwagen pero la imagen del grupo sigue siendo buena", asegura Gerhard Meurer, de 76 años, propietario de un Touran, el monovolumen de la marca. "Para mí no es una razón suficiente para dejar de comprar coches Volkswagen" asegura.
Para Meurer, ahora jubilado pero que durante años trabajó en la industria automotriz, "dentro de pocas semanas la gente se habrá olvidado de esta historia".
Una previsión quizás demasiado optimista, teniendo en cuenta que las acciones del grupo caían este lunes más de un 20% en la bolsa de Fráncfort.
A Christian, un estudiante de 26 años, propietario de un Audi, tampoco le escandaliza el caso. "Las medidas antipolución siempre están un poco manipuladas.
Quizás en Estados Unidos cambiará su imagen pero en Alemania o en Europa no lo creo. Los Volkswagen siguen siendo muy buenos coches", asegura.