Bernie Ecclestone deja su puesto como "Supremo" de la F1. Lo confirmó el diario alemán AutoMotorundSport. Comienza una nueva era en la F1 liderada por Chase Carey. Si hace unos días se conocían los rumores de su salida después de 39 años al frente de la F1, ayer se hizo oficial.
El propio Ecclestone confirmaba la noticia: "Me han despedido. Yo desaparezco. Es oficial, ya no voy a dirigir la empresa. Mi puesto lo asume Chase Carey". Liberty Media, que adquirió la semana pasada las riendas de la F1, ya ha tomado la primera gran decisión.
"Mi nueva posición será la de una especie de presidente de honor, algo típico norteamericano. Utilizo este término sin saber qué significa", indicó un Bernie Ecclestone que en septiembre ya dejó en 'SkyF1' abierta una posible salida:
"Gracias a Dios, de momento no necesito dinero ni trabajar, y si por casualidad las cosas no van en la dirección que yo creo adecuada, entonces, desapareceré, seguro". La dirección que toma Liberty, -grupo norteamericano líder de comunicación-, será diferente por su propia naturaleza como empresa habituada a desarrollar conceptos del entretenimiento y márketing.
Por lo pronto, en el día a día ya se ve a Chase Carey con su bigote y el rótulo grabado en su camisa de presidente ejecutivo. Importante eso de 'ejecutivo', no ha llegado para supervisar a Ecclestone… sino a dirigir y tomar decisiones.
La semana pasada, con la confirmación por parte de la FIA del traspaso de poder de CVC a Liberty Media (por cierto, se prescindió de llamar a Ecclestone en diferentes reuniones entre ambas compañías), los planes de la organización estadounidense adquirieron más fuerza y la figura de Ecclestone se hizo en ese momento algo más pequeña. Dicha adquisición también propició otros cambios: Liberty Media Group pasó a llamarse Formula One Group.
Ecclestone, por lo que pudiera pasar y como recompensa al trabajo que comenzara en 1976 negociando en nombre de todos la 'final' entre Lauda y Hunt de aquel GP de Japón, vendió en el primer tramo de septiembre el 13% de sus participaciones en la F1 (5,3% y otro 8% a través de Bambino).
Ahora sí, como señaló hace tres meses cuando se hizo oficial la compra de 'su' negocio por unos 8.000 millones de dólares: "Lo único que me queda por hacer es morir y pagar mis impuestos -en ese orden-. Aparte de eso, no tengo nada más que hacer".
Con 86 años, la pregunta del millón es qué hará Bernie sin la F1. ¿Disfrutar de la vida o vigilar sus negocios? Atendiendo a su energía actual y filosofía de vida, esta última opción tomaría más fuerza que la de descansar y relajarse. Porque eso de "presidente de honor"... no parece que se lo haya tomado muy bien.
"Mis días ahora serán un poco más tranquilos. Tal vez vaya alguna vez a un Gran Premio. Todavía tengo muchos amigos en la Fórmula 1 y tengo suficiente dinero como para ir a una carrera”, comenta con sorna al periódico alemán, quien describe que su tono de voz no era el de una persona triste.
En cuanto a su papel en la FIA, su futuro es incierto: “Si mantengo mi puesto en el Consejo Mundial de la FIA, aún no se conoce. Lo dudo. Tengo que hablar personalmente con Todt”.
Este despido de Ecclestone no desembocará en un cambio radical en la presente temporada o de cara a la siguiente. En cuestiones deportivas, Liberty quiere lograr un espectáculo en pista cuya suerte está echada a corto plazo (por el cambio de reglamentación que se verá ya esta temporada).
Según luzca, Liberty propondrá cambios. En otros puntos como el desequilibrio en el reparto monetario de los equipos, tampoco podrá meter mano porque hay firmado un contrato que obliga a que todo siga igual hasta 2020. Sólo se podrá romper en el caso de unanimidad por parte de todos los interesados… algo que Ferrari, Red Bull y Mercedes no estarán a favor (sobre todo Ferrari).
La vara que deja Ecclestone está complicada de igualar no sólo por haber logrado generar ese deseo de querer estar dentro de la F1, sino porque es un negocio con unos ingresos de 1.900 millones de dólares anuales y un beneficio de entorno a un 50%.
El vendedor de coches que convirtió la F1 en un negocio
Ecclestone deja la Fórmula 1 después de 39 años al frente. Un hombre particular que manejó la categoría reina del automovilismo con mano de hierro y la llevó hasta sus cotas más altas. Nació en Suffolk, Inglaterra, un 28 de octubre de 1930, en pleno período de entreguerras, algo que quizás le marcó durante toda su vida. Hijo de humildes pescadores abandonó pronto los estudios para centrarse en su pasión, el motor.
Empezó a vender motocicletas y coches con su primera empresa, Compton & Ecclestone y a probarse como piloto una vez terminada la Segunda Guerra Mundial.
En 1949 se probó por primera vez como piloto, participando en pruebas locales de Fórmula 3 de 500 cc. Después un grave accidente en su circuito local, Brands Hatch, abandonó su carrera como piloto. Tras varios negocios fallidos, volvió al automovilismo en 1957, como mánager de Stuart Lewis-Evans y como propietario del equipo Connaught.
Ecclestone se animó a volver a competir, aunque sin éxito en el Gran Premio de Mónaco de 1958. Lewis-Evans sufrió un terrible accidente en el Gran Premio de Marruecos de 1958, falleciendo días después a causa de las quemaduras sufridas. Esto impresionó tanto al inglés que volvió a retirarse.
Roy Salvadori fue su piloto en el equipo Connaught, formando una gran amistad. Una amistad que le llevó a convertirse en el mánager de Jochen Rindt y a ser dueño en forma parcial de su equipo de Fórmula 2, Lotus. En 1972, el británico compró el equipo Brabham, iniciando su control de la F1, creando la Asociación de Constructores de la Fórmula 1 (FOCA), junto a otros propietarios.
Asumió su control total en 1978. Tras esto, Ecclestone creó la FOPA, con el objetivo de dividir las ganancias televisivas entre: Equipos, FIA y FOPA. De esta forma, Ecclestone, propietario de la mencionada FOPA, se hacía con el control efectivo de la F1, un control que ejerció durante 39 años.
Entre las decisiones más importantes está el acuerdo que se vio obligado a firmar en 1997, el Pacto de la Concordia. El objetivo, renegociar los acuerdos televisivos entre sus empresas, la FIA y los equipos.
El británico se ha visto involucrado en varios escándalos políticos durante los últimos años. Pagos a partidos políticos que favorecían sus intereses o polémicas declaraciones a los medios de comunicación sobre asuntos políticos o deportivos, han hecho de él un personaje singular. Recordadas son sus alabanzas a regímenes políticos como el Nazi o a polémicos dirigentes actuales como Vladimir Putin.
De lo que no hay ninguna duda es que la Fórmula 1 no sería lo mismo sin Bernie Ecclestone, podría ser mejor o peor, pero no sería la misma sin un hombre que ha marcado la historia de este deporte tanto como lo han hecho los grandes campeones.