Se acabó el sueño para el Lobo en la Copa Argentina. Gimnasia cayó 3-2 ante Olimpo en Sarandí y se despidió en octavos de final, después de una gran tarea en el torneo, con la frente en alto. Esta vez no hubo milagro y ni el tiro del final le salió para igualar el juego y llevar la definición a los penales.
Más allá de la diferencia de categoría, el Blanquinegro juega el Federal A y Olimpo está en Primera, en cancha no se marcaron. O al menos pareció un pleito de equipos que están a la misma altura. Es cierto que los errores propios terminaron dejando afuera al Lobo, pero en el trámite todo fue muy similar ante los bahienses.
Gimnasia arrancó tratando de hacerse dueño de la pelota a través de Leandro Becerra, pero el cerebro del equipo de Fuentes no tuvo socios durante la primera parte y le costó mucho poder asistir a Palacios Alvarenga y a Agudiak. La pelota llegaba rápido a zona de gestación, pero con la misma velocidad también se perdía.
En ese ida y vuelta el Lobo pagó muy caro sus errores. Una mala salida de Mateo Ramírez terminó siendo el puntapié inicial para la apertura del marcador. El balón cayó a la derecha del ataque bahiense y encontró solo a Mancinelli que terminó enviando el centro al área. La pelota no tenía un destino concreto, pero en el camino en su afán por rechazar Diego Mondino terminó venciendo a su propio arquero. Un primer golpe que dolió.
Pero lejos de apichonarse y esperar a ver qué hacía el rival, el once de Marcelo Fuentes siguió insistiendo con Becerra como armador. Pero la opción de gol no llegó de una jugada hilvanada sino de un largo pelotazo para Palacios Alvarenga que definió desviado.
Después de haber tenido el empate a tiro, llegó el segundo golpe bahiense. Otra mala salida, esta vez por derecha, termina facilitando la subida de Fornari, quien tuvo todo el tiempo del mundo para buscar a Tellechea en el área y éste definir ante Marchiori con mucha tranquilidad y poner el 2-0. Una diferencia que parecía excesiva por el trámite.
De todas formas, a poco del cierre del primer acto Gimnasia pudo descontar y seguir en carrera gracias a un cabezazo de Ramírez para conseguir el 1-2 en un momento clave.
Una vez más, Fuentes metió mano en el entretiempo y sacó a los dos laterales para armar línea de tres en el fondo y sumar en el ataque a Patricio Cucchi. La apuesta era importante, porque así como podía llegar al empate, el rival iba a tener más espacios para atacar.
Y cuando el equipo empezaba a acercarse al arco de Olimpo, llegó el tercer golpe, casi como un calco del segundo gol: error en la salida y gol de Tellechea. Con este tanto pareció caerse toda ilusión blanquinegra, pero no fue así.
Es que a los dos minutos del tercer grito bahiense llegó el segundo descuento del Lobo en la cabeza de Cortizo, quien ganó por arriba de todos y le dio vida al sueño de Gimnasia, al menos hasta que Lamolina dijera basta.
Pero el dominio de territorio y de la pelota no encontró resultados en la red de enfrente. Apenas un remate de Becerra desde afuera que dio en el travesaño y un cabezazo de Diego López en el último minuto que se fue muy cerca. Final para la ilusión de Gimnasia, que se va con la frente alta pero aprendiendo que no se pueden cometer errores infantiles si se pretende ser protagonista en esta o cualquier otra competición.