A 23 años de la ley 6.216/94 y 6.543 de Mendoza y San Juan (Acuerdo Mendoza -San Juan) sobre el cupo de uva destinada a mosto, siguen los mismos cuestionamientos, sin ofrecer alternativas, dejando de lado los problemas de fondo. El discutir que si manteniendo los stocks bajos (oferta menor a la demanda) beneficia a los precios (precios altos) o si con altos stocks (oferta mayor a la demanda) perjudica a los precios (precios bajos) es ir en contra de las reglas básicas de la economía. Como alguna vez escuchamos de un ex presidente de los EEUU: “Es la economía, estúpido”.
Es difícil entender por qué nos ensañamos en seguir discutiendo una herramienta regulatoria, producto de una ecuación polinómica matemática, la cual está comprobada que repercute en los precios (distintos informes lo demuestran que es así). Siendo así ¿por qué seguimos discutiendo sobre supuestos? Eso sí, siempre poniendo de ejemplo al productor de cómo se perjudicaría el mismo. ¿Se han sentado con los productores a ver qué es lo que pretendemos? Ese gesto por parte del sector industrial lo estamos esperando y seguiremos esperando. A nosotros, los productores, nos conviene que los stocks estén acotados dado que si falta uva o vino el precio se tonifica en nuestro favor. De lo contrario, baja.
"¿Quieren que discutamos sobre políticas de Estado que beneficien a los productores? Somos materia más que dispuesta y con ideas propositivas, pero no nos usen más de escudo".
En numerosas reuniones, notas, entrevistas, entre otras, les hemos planteado la necesidad de tener un contrato por la venta de uva en el que la misma no puede ingresar a la bodega si no está firmado entre las partes, y que dicho contrato solamente contenga las formas de pago y si entre las partes hay acuerdo del precio, lean bien un contrato que solamente les haga cumplir lo que prometen de palabra. Sabemos que hay muchos que con esfuerzo lo cumplen pero otros no. Culpa de esos pocos es que solicitamos dicha herramienta a fin de tener un instrumento legal que nos permita reclamar algo justo. También les hemos planteado la necesidad de buscar una herramienta con la que se pueda determinar un precio justo. Esto es lo que los productores necesitan: seguir dando vuelta en debates vacíos que en el fondo beneficien a unos pocos especuladores escudándose en los productores, no lo consideramos honesto. ¿Quieren que discutamos sobre políticas de Estado que beneficien a los productores? Somos materia más que dispuesta y con ideas propositivas, pero no nos usen más de escudo.
Hemos visto en etiquetas de vinos mendocinos la leyenda “vino procedente de Chile”. Eso nos perjudica y nos duele, no lo creemos conveniente. Es por ello que estamos de acuerdo en acotar las importaciones como también estuvimos de acuerdo en que aquellos que importen vino, en la ecuación del cumplimiento del acuerdo Mendoza - San Juan les repercuta en contra. Hay que realizar cambios estructurales para superar la importación de vino y que no suceda nuevamente. De ser así, estar preparados para que aquél que quiera importar no le sea un negocio tan rentable como algunos lo hicieron.
Seguimos en discusiones internas y por mientras continúa la alta presión impositiva. El retraso cambiario, el flagelo de la inflación, las tarifas excesivas, etc. Un Estado que lo único que ha hecho en todos estos últimos años es sustentar su déficit sacándole a los pocos que producen y se animan a invertir en nuestro querido país, el sector privado es el que genera riqueza y empleo, tenemos que hacerles entender a los que llevan el rumbo de la economía que si tenemos condiciones favorables somos lo suficientemente eficientes para seguir adelante. De lo contrario, estamos en un círculo vicioso que termina en catástrofe. Cuando los distintos sectores productivos desaparezcan, que nos expliquen a quién le van a ir a sacar para sustentar la estructura pública.