Uno de los armeros más famosos del mundo, Mijaíl Kaláshnikov, y su criatura mortal, el fusil automático AK-47, ya tienen un monumento en pleno centro de Moscú, que fue inaugurado hoy por las autoridades locales en medio de la polémica.
La figura de cinco metros de Kaláshnikov, empuñando su emblemático fusil y subida a un pedestal de otros cuatro, fue instalada en una céntrica calle que ya en la Edad Media albergaba a los armeros artesanos de la ciudad.
"A mí el monumento en sí me gusta, pero el fusil parece demasiado grande, podían haberle puesto uno más pequeño", dijo Alina, una vecina del barrio, invadido hoy por decenas de periodistas y curiosos que no dejaban de mirar hacia arriba y moverse continuamente para encontrar el mejor ángulo desde el que observar la gigantesca obra.
Sin embargo, muchos habitantes del barrio protestaron con anterioridad contra su nuevo "vecino de bronce", en particular por no haber sido consultado vecindario antes de colocarse la estatua.
"Nací en Moscú, he vivido aquí toda mi vida y creo que la aparición del monumento (a Kaláshnikov) en este lugar, ahora y con ese aspecto, es, por decirlo de alguna manera, inoportuna", señalaba el abogado moscovita Dmitri Schabelnikov, de 45 años, en una carta a la prensa rusa.
Según el letrado, que reconoce ser parcial porque vive a cien metros del monumento y tendrá que "contemplarlo cada día", la estatua, obra del escultor ruso Salavat Scherbakov, es un "símbolo de complejos imperiales y agresión".
"No me puedo imaginar ni una sola ciudad del mundo que acoja en su centro un monumento megalómano a un arma letal", escribió la moscovita Vera Doroféeva en Facebook.
Uno de los detractores del monumento quiso ir más allá y protagonizó hoy un piquete solitario contra la colocación de la estatua.
El joven, identificado como Andréi Kiseliov, sujetaba un cartel con el lema "Diseñador de armas = diseñador de muerte", cuando fue detenido por la Policía a poco metros del monumento y en plena celebración de la ceremonia de inauguración.
También expresó su descontento por la amenazante estatua de bronce el cantautor ruso Andréi Makarévich, quien la tachó de "mediocre y fea".
La hija de Kaláshnikov, Elena, salió hoy al paso de las críticas al agradecer a las autoridades el homenaje al legendario armero y asegurar que "el diseñador de armas no tiene la culpa" de que estas luego acaben en manos de gente malvada.
"(Mi padre) dedicó toda su vida a la creación de armas que ayudarían a defender su patria", resaltó.
Por su parte, el ministro de Cultura ruso, Vladímir Medinski, alabó "el talento, la sencillez y la honradez" de Kaláshnikov, que le permitieron crear "toda una gama de armas para la defensa de la patria", siendo su invento más famoso el legendario fusil AK-47.
"No en vano, sus mejores ejemplares se exhiben en los museos del Kremlin, junto a otras destacadas muestras del armamento ruso", señaló.
El monumento al famoso ingeniero y militar soviético, fallecido en 2013 a la edad de 94 años, está acompañado por un mural con la forma de la Tierra, en la que la figura de San Jorge atraviesa con su lanza a un dragón.
Esta composición se encuentra justo detrás del gigantesco monumento a Kaláshnikov y, a diferencia de este, está colocada a la altura de los transeúntes.
Kaláshnikov declaró en 2007 que los nazis, al invadir su país durante la Segunda Guerra Mundial, fueron los verdaderos responsables de su invento, porque su auténtica vocación era diseñar maquinaria agrícola.
En 1945, el ingeniero participó en un concurso para la elaboración de un fusil capaz de disparar con balas fabricadas en 1943, y entonces nació el famoso AK-47 -acrónimo de Avtomat Kaláshnikova (fusil de Kaláshnikov)- que en 1947 fue recomendado por las autoridades soviéticas como arma reglamentaria para el Ejército.
El AK-47 es ahora el arma oficial en los ejércitos de más de 55 países y su silueta aparece en los escudos y banderas de varios Estados, como Mozambique o Timor Oriental.