Lazos que se volvieron endebles a causa de límites impuestos a la fuerza; necesidad de encontrar en otros la escucha que no hallan en sus padres. Falta de comprensión, diálogo y contención; noviazgos y relaciones de amistad no aprobados. Agresiones verbales y físicas que hablan a las claras de hechos de maltrato y/o abuso que se viven dentro del entorno familiar.
Las situaciones que explican por qué un adolescente decide distanciarse o huir de su hogar son tan variadas como la historia particular que cada caso guarda tras de sí. Sin embargo, todas ellas comparten patrones comunes que, de abordarse adecuadamente, permitirían evitar que la problemática continúe dejando en riesgo a cada vez más jóvenes.
Los datos comprueban aquello que los especialistas en niñez y adolescencia repiten hasta el cansancio: los jóvenes no se sienten contenidos y emiten señales claras de que algo no está bien en su interior. Sólo en enero, al menos 200 personas han desaparecido de sus hogares en Mendoza, según los datos reportados desde la División de Búsqueda de Personas del Ministerio de Seguridad.
Esa cantidad equivale a decir que en promedio, al menos siete mendocinos se van de su casa durante más de un día sin aviso alguno, generando incertidumbre y preocupación entre sus familiares, quienes se acercan a las Unidades Fiscales a remitir la denuncia. De ese total, según aclaran las autoridades, la gran mayoría son adolescentes menores de 18 años y de ellos, la mayor proporción está conformada por mujeres.
Nelson Ortega, jefe del área de seguridad a cargo de la búsqueda de personas, explica que por lo general son los padres quienes se acercan preocupados a reportar que su hija/o falta del hogar.
“Ni bien se recibe la denuncia, se toman todas las medidas necesarias para determinar si se trata o no de una desaparición forzosa. En la mayoría de los casos la complejidad del entorno familiar se deduce a partir de las entrevistas con los padres y los allegados”, explica el funcionario y detalla que en 99% de los casos la persona aparece en la casa de una amiga/o o allegados, o bien es hallada por la Policía dentro o fuera de la provincia. Si la/el joven se ha ido de algunos de los hogares de la Dirección de Niñez y Adolescencia, (Dinaf) quien debe realizar la denuncia de manera inmediata es el propio Estado.
Debido al riesgo que implica para el/la adolescente el hecho de encontrarse desaparecido/a, el mecanismo que se activa para dar con su paradero implica un alerta con diversos organismos e instituciones para reunir información. Una vez que los fiscales lo consideran necesario, se autoriza la orden para que la foto sea difundida en los medios de comunicación y se pone en marcha un operativo de alerta en las zonas de frontera como así también a los jueces de otras provincias donde el/la chico/a podría encontrarse.
Desde la Secretaría de Información Pública del Poder Judicial destacan que sólo en enero han solicitado la publicación de 13 fotografías, de las cuales nueve son de adolescentes de entre 14 y 18 años.
De hecho, en las redes sociales la página de Facebook denominada "Desaparecidos Mendoza" (que presta un servicio a la comunidad en ese sentido) ha dado a conocer los datos, fotografía descripción y breve reseña de los mendocinos que faltan de su hogar. Entre ellos, una minoría son personas mayores.
Días atrás, este sitio confirmó la aparición de tres adolescentes que fueron halladas en buen estado de salud y que habían huido de sus respectivos domicilios, según las investigaciones, por problemas familiares.
Actuar a tiempo
El fiscal Fernando Giunta, a cargo de la Unidad Fiscal N°22 de Las Heras-Lavalle, explica que debido a la situación de vulnerabilidad a la que puede estar atravesando la persona que desaparece es necesario activar los mecanismos de búsqueda en forma inmediata, ni bien es remitida la denuncia por desaparición.
“Los datos se insertan en el sistema de manera inmediata. Una persona desaparecida es un tema a abordar con urgencia; no puede esperar”, dice el fiscal y aclara que en su caso, “la totalidad de los paraderos -diez en las últimas dos semanas- han sido hallados”. De ser necesario, se da intervención a la Justicia Federal.
Giunta agrega que también existen hechos en los que la denuncia por desaparición es motivo de nuevas investigaciones debido a que en ocasiones (una minoría) la mujer escapa de su hogar por ser víctima de violencia y abuso. “Hay veces en las que la misma persona que viene a radicar la denuncia termina siendo imputado porque es el propio agresor”, advierte Giunta.
Otra característica que comparten entre sí los casos de desaparición de adolescentes tiene que ver con la naturalización de la problemática. De hecho, asegura el fiscal, hay padres que consideran normal que su hijo o hija se vaya de la casa y vienen a denunciar cuando el/la adolescente lleva ya varios días sin dar señales de estar bien. “Mi hija siempre se escapa; para mí es normal que se vaya, pero ahora se ha pasado”, suelen argumentar los tutores.
Riesgo latente
Silvina Anfuso, referente social que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, destaca que la población que se encuentra con un mayor riesgo de ser sometida por las redes de tráfico de personas son las adolescentes. Justamente, una de las modalidades para captarlas es la seducción y el engaño. Por eso, el hecho de que se vayan con una pareja no implica que la joven no esté en riesgo de ser explotada sexualmente o maltratada.
“El hecho de que la chica tenga un novio no implica que esté debidamente protegida y que los padres deban desentenderse”, destaca Anfuso y advierte que algunas señales de esa situación son el alejamiento de la adolescente de su entorno familiar y amigos, así como la falta de comunicación y el aislamiento.
Al amparo de la ley nacional N° 26.364, que establece la prevención y erradicación de la trata de personas en nuestro país, la activación de los mecanismos de investigación relativos a la búsqueda de paradero deben ser inmediatos. “Frente a una desaparición no se debe esperar más de 24 horas. La denuncia debe realizarse en la Fiscalía o Juzgado de Familia más cercano al domicilio”, insta Anfuso y brinda algunas recomendaciones para los padres al momento en que el chico/a es hallado.
En forma paralela es muy importante que los padres o tutores efectúen un sondeo por cuenta propia, llamando a los amigos y conocidos de su hijo/a, buscarlo en los lugares habituales que frecuenta. “Si no logra encontrarlo/a en esos sitios, es necesario que realice la denuncia en forma inmediata”, recalca Anfuso.
Fortalecer el vínculo, el secreto para la unión
Encontrar instancias de diálogo, lograr un acercamiento genuino desde la comprensión, la confianza y el afecto mutuos, son las claves que los especialistas en salud mental destacan como los fuertes al momento de construir lazos saludables entre padres e hijos. Sonia González Herrera, psiquiatra infanto- juvenil, explica la importancia de la comunicación entre padres e hijos y recalca que si bien es muy importante marcar los límites a los jóvenes, esto se debe lograr desde una perspectiva flexible y adaptable a los tiempos actuales y nunca desde el autoritarismo, la agresión o la descalificación.
“Antes que juzgarlos hay que acompañarlos y desarrollar cierta plasticidad para comprender que ellos están en una etapa de cambios difícil. La rigidez y la imposición nunca funcionan y generan que el/la adolescente busquen refugio en otras personas que no siempre son las adecuadas”, aclara la especialista y agrega: “Hay que darles la posibilidad de que ellos nos demuestren que no están equivocados”.
En los casos en que los jóvenes requieren de un tratamiento por una adicción es indispensable que los padres estén con ellos, que no los juzguen ni discriminen y si es necesario que inicien el tratamiento psicológico en conjunto con su hijo, para aprender a afrontar la situación.
Comprender la tecnología, estar actualizados y entender que ser adolescente hoy no es lo mismo que año atrás también ayudará a comprender el contexto al que deben adaptarse los hijos. Por eso, la permeabilidad es una instancia crucial para la comprensión, destaca González Herrera.
Para tener en cuenta
Cómo afrontar la situación
# Es importante que los padres conozcan las amistades de sus hijos y cuenten con los números de teléfono de otros padres para estar al tanto ante cualquier imprevisto.
# Conocer los lugares que ellos frecuentan.
# Generar instancias de diálogo.
# Concientizarlos acerca de los peligros a los que quedan expuestos al deambular solos por las calles o viajar a destinos con personas desconocidas.
# Favorecer que los hijos cuenten con otros adultos de confianza de la familia a los cuales acudir en el caso de que no se sientan escuchados o comprendidos por sus padres.
# En el caso de realizar la denuncia por desaparición en la fiscalía más cercana al domicilio, es muy importante que una vez resuelta la situación los padres no culpabilicen al adolescente, sino que afronten lo ocurrido como una oportunidad para acercarse a ellos.
# No retarlos, ni culparlos ni maltratarlos. Nunca discriminarlos.
# Escucharlos y comprender qué les está pasando.
# Comprender que ellos viven en un contexto diferente, que sus inquietudes no son las mismas a las de los padres cuando atravesaron esa edad.