Esto se da en el marco del Día Mundial del Donante de Sangre que se celebra hoy, a fin de transformar ese noble acto en una buena costumbre y, así, formar donantes de sangre voluntarios y frecuentes. “Un donante de sangre voluntario es una persona que dona en forma solidaria y desinteresada, sin tener un familiar enfermo o alguien conocido que lo requiera”, explicó la doctora Gabriela Dabusti, presidente de la AAHITC.
La diferencia principal entre donantes voluntarios y donantes de reposición es la información. "Los donantes voluntarios donan frecuentemente; ya pasaron varias veces por la experiencia y están informados. Conocen su situación de salud, son conscientes de las situaciones de riesgo y ellos mismos saben que están en condiciones de donar. Por ello decimos que es sangre segura", aclaró Dabusti.
Solamente el 1,5% de la población dona sangre en la Argentina, muy por debajo del 8 ó 10 por ciento necesario. Es decir, que de los 45 millones de habitantes que viven en la Argentina, son donantes de sangre unas 670.000 personas. Según cálculos del Hospital Garrahan, para alcanzar el objetivo de cubrir las necesidades transfusionales, nuestro país debería contar con hasta 2 millones de donantes por año.
A escala mundial se realizan anualmente unas 92 millones de donaciones de sangre. Sin embargo, 30 millones de estos donantes voluntarios donan una sola vez y no vuelven a hacerlo. En cada donación se extraen tan solo 450 mililitros, de manera que al tener más donantes de repetición se puede lograr que el suministro y la seguridad de la sangre y sus derivados sean más confiables.
Recurso vital
La donación de sangre es un acto anónimo, voluntario y altruista, y siempre se realiza bajo vigilancia de personal calificado. Es muy importante, ya que la sangre es una necesidad permanente, no puede fabricarse, no se compra ni se vende y sólo se obtiene de personas solidarias que la donen para ayudar a vivir a quienes la necesitan.
La sangre es un recurso importante en todos los tratamientos programados y en las intervenciones urgentes. Permite aumentar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades potencialmente mortales y llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. Asimismo, es fundamental para tratar a los heridos durante urgencias de todo tipo (desastres naturales, accidentes, conflictos armados, etc.) y cumple una función esencial en la atención materna y perinatal.
“La población debe tener presente la necesidad de donar sangre regularmente. En las campañas o recolecciones notamos que es proactiva a donar sangre, pero hay que acercarse a ellos, ya sea visitando universidades, iglesias, empresas, ONGs, organismos del Estado, instituciones, etc., para que haya más convocatoria”, afirmó la doctora Adriana Loggio, médica especialista en hemoterapia y medicina transfusional de la AAHITC. Y agregó: “Estamos transitando un cambio de paradigma. Antes la gente se acercaba a los hospitales o clínicas para donar a un determinado paciente, amigo o familiar. Ahora la propuesta es salir a la población para incentivarlos a donar sangre y que no sea en un momento de urgencia o necesidad solamente”.
La especialista apunta a que se trate de “un motivo solidario y de festejo” y aclaró que también se evita la idea generalizada de “reservarse la sangre” para donarla a un amigo o familiar que lo necesite. “Se puede donar cada dos o tres meses. Y si ello ocurriese, no habría ningún pedido de donación en el centro de salud. Si todos donamos por lo menos dos veces al año, estaría cubierta la necesidad de sangre para todos los pacientes en todo el país”, precisó Loggio.
Fuente: Consenso Salud