La trágica muerte de una joven tucumana mientras realizaba un vuelo en parapente en aquella provincia el viernes pasado reactivó la alarma sobre un detalle que debería estar presente en todo momento a la hora de realizar esta actividad: estar atentos a las medidas de seguridad y -por sobre todas las cosas- exigir la habilitación del instructor para este tipo de vuelos.
En Mendoza hay 17 pilotos que cuentan con la licencia de la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL) -dependiente de la ANAC-, requisito indispensable para poder ofrecer el servicio de vuelos biplazas (dos lugares) y que son precisamente aquellos que cualquier persona inexperta contrata para vivir la adrenalina por unos minutos.
Sin embargo, al no contar con una legislación provincial que regule estas actividades, desde el Ente Mendoza Turismo destacaron que no se encargan del control y que, por la misma razón, en el calendario y dentro de las actividades oficiales, todas aquellas vinculadas a aventura en el aire no son promocionadas ni recomendadas.
Precisamente éste era el tipo de vuelo que había contratado Natalia Vargas (28) en Tucumán, y el piloto instructor era Ariel Salazar.
Todos los años y de forma periódica, la FAVL realiza controles a los pilotos y capacitaciones obligatorias para lograr la renovación de la licencia. “En 2017 ya se hicieron 2 talleres para unificar criterios de seguridad y chequear equipos. La idea es que ahora sea obligatorio realizar cursos de seguridad cada 24 meses”, destacó el piloto mendocino habilitado Hernán Vicente (28), de la empresa AcroFly y que trabaja en el Cerro Arco.
“En Mendoza está regulada la actividad por la FAVL, los pilotos tenemos licencia y todos los años se hacen cursos y controles obligatorios para poder renovarla. Es uno de los lugares más profesionales del país”, acotó a su turno Horacio Quiroga (55), experimentado piloto de parapentes de la empresa Fly Excursión.
Ambos pilotos también se refirieron a la tragedia de Tucumán, e hicieron hincapié en las recomendaciones que debe tener cualquier persona interesada en hacer uno de estos vuelos.
“La primera recomendación siempre es contratar a un piloto habilitado por la FAVL, y el listado está en la página web de la Federación. También el piloto tiene que tener en cuenta las condiciones meteorológicas. Por ejemplo: no volar si hay viento fuerte. El usuario, en tanto, debe estar atento y escuchar todas las instrucciones, sin interrumpir en ningún momento”, destacó Vicente, quien hace 11 años es piloto biplaza.
El joven destacó que la persona tiene que arrancar caminando y luego correr antes de quedar suspendido en el aire. “En ningún momento hay sensación de caída libre. Uno siempre va suspendido en el aire y volando”, insistió. Agregó que los comentarios en TripAdvisor también son un filtro más que válido para hacer la elección.
“Es mejor buscar calidad y no precio”, indicó.
Es imprescindible llevar el equipamiento de seguridad que se engancha al arnés de pasajero, una silla para el piloto, el equipo biplaza homologado (con test de porosidad) y un paracaídas de emergencia. La licencia N5 / Biplaza es la que habilita a volar parapentes biplaza con pasajeros.
"Si la gente va a contratar por internet, la recomendación es que averigüe si el piloto tiene licencia. Y si es posible que la exhiba antes del vuelo o que, al menos, envíe una foto por WhatsApp. A mí me da mucho orgullo cuando los clientes me piden la licencia", indicó por su parte Quiroga (55), quien ya lleva 23 años en la actividad y 17 de ellos volando con turistas.
Tanto Vicente como Quiroga destacaron que lo ocurrido en Tucumán fue una fatalidad, pero que no debería ser algo que se generalice para todos los vuelos en parapente. “Fue un error de distracción del piloto. Por los videos que se han visto, es casi un hecho que el piloto no había enganchado la pernera -sistema de seguridad que sujeta las piernas del pasajero al arnés de seguridad- a la mujer, por lo que pasó derecho y cayó.
Lamentablemente estas cosas manchan un poco la actividad. pero fue un error humano. No necesariamente es peligroso el parapente. Los peligrosos en todo caso somos los parapentistas cuando no se hacen las cosas como corresponden”, indicó Vicente. “El piloto de Tucumán no estaba habilitado para llevar turistas. Sí lo estaba para competir, pero no es lo mismo”, acotó Quiroga.
En Mendoza
De los 17 pilotos habilitados en Mendoza, 10 son parte del Club Vuelo Libre y operan en el Cerro Arco. “Mendoza es uno de los mejores lugares del país para volar en parapentes. Y si bien la temporada alta es en verano, hay vuelos todo el año”, indicó Vicente, quien destacó que tampoco hay límites de edad. “He volado con chicos de 5 años y también con una señora de 77 años hace poco. La clave es hacerle caso al instructor siempre. Es una actividad muy segura si se hace con gente idónea y en condiciones adecuadas”, resumió. El precio por excursión ronda los $ 1.750 y la duración estimada del vuelo es cercana a los 20 minutos. Incluye además el retiro del pasajero por el hotel o la locación en que se indique, por lo general.
Quiroga asegura: “Hace 23 años que vuelo, y en Mendoza nunca ha habido un accidente fatal en biplaza”.
Temporada alta de enero a mayo en el cerro Arco
Según destacó el piloto Horacio Quiroga, en temporada alta (de enero a mayo) pueden hacer hasta 2 vuelos de mañana y 2 por la tarde, mientras que en invierno hay menos actividad.
"El Cerro Arco -1.650 msnm- es uno de los mejores lugares para volar. Aquí, en un día bueno, los pilotos pueden completar un día habiendo volado con 50 personas", indicó. Agregó que en ese sitio son 10 los pilotos habilitados por la FAVL.
“Tenemos muchos pasajeros que llegan porque les regalaron el vuelo, para el Día del Padre o cumpleaños, por ejemplo. Vienen muchos abuelitos también”, destacó Quiroga, quien también es uno de los que protagoniza los llamados "vuelos semilla". “Son para chicos con discapacidades motrices avanzadas y que no tienen los medios para pagar el vuelo por su cuenta”.